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Yoann Boissonnet Estrechos de Lothern

Lothern es la mayor de todas las ciudades de Ulthuan (con un población superior a 250.000 habitantes) y la capital de Eataine, el más poderoso de todos los reinos élficos en la actualidad. Originalmente, Lothern era poco más que un pequeño pueblo de pescadores pero durante el reinado de Aethis el Poeta, se gastaron enorme grandes cantidades de dinero para transformarla de a una gran ciudad para acomodar el incremento de comercio con las colonias y los otros reinos élficos.

Mas adelante, durante la regencia de Bel-Hathor el Prudente y aconsejado por el futuro rey Finubar, se revocó el edicto que denegaba a los hombres el acceso a Ulthuan. Abriendoles la ciudad de Lothern a los mercaderes humanos y en poco tiempo, se agolpaban barcos procedentes del Imperio, Bretonia, Marienburgo, Arabia, Catai y otros muchos que querían visitar la ciudad élfica más importante. De esta forma empezó un segundo período de gran crecimiento para Lothern.

Para sus habitantes, Lothern es el futuro, si los elfos tienen un futuro. Es un gran centro comercial, que además es el hogar de un vanguardista, sofisticado y mercantil Rey Fénix. Es una ciudad de comercio, un lugar cosmopolita y multicultural donde los elfos comparten las calles con los habitantes de otros reinos, aprendiendo de ellos y adaptándose al nuevo y diferente mundo. Los habitantes de Lothern, crecen con el conocimiento de la importancia del comercio, que de hecho es su mayor fuente de riqueza, y desarrollan una actitud mas tolerante y cosmopolita del mundo que sus pares de otros reinos de Ulthuan. Pero también es un lugar de intrigas y politiqueos en el que las casa comerciales tratan siempre de imponerse sobre las otras y las rivalidades están a la orden del día.

La ciudad cuenta con poderosos muros y numerosas defensas. A los que se suma una guarnición de 10.000 efectivos de la Guardia del Mar de Lothern.

Descripción

La Torre Resplandeciente

The glittering tower by neisbeis-d4sqmwb Altos Elfos

La Torre Resplandeciente

La primera cosa que puede ver un marinero que se aproxime a Lothern es la Torre Resplandeciente, ubicada a aproximadamente una milla de distancia del puerto. Se trata de un gran faro lleno de miles de lámparas que según la tradición no pueden apagarse nunca, situado en una isla rocosa en la entrada de las traicioneras aguas de los Estrechos de Lothern, siendo una de las maravillas más famosas y magníficas de Lothern.

Esta titánica fortaleza vigila las rutas a la Puerta Esmeralda, la principal ruta marítima a Lothern. En su base había poderosas fortalezas, cada bastión equipado con docenas de lanzavirotes y atendido por cientos de guerreros de la Guardia del Mar. Las fortificaciones se mezclaban de manera natural con los acantilados y rocas de la isla de un modo a la vez letal y estéticamente agradable. La Isla Esmeralda en sí es una poderosa fortaleza en forma de arco que cubría la distancia entre los colmillos de roca que formaban la boca del estrecho de Lothern. Una brillante puerta cerraba la ruta por mar a Lothern, aunque la habilidad de sus diseñadores permitía que pudiera abrirse rápida y suavemente cuando surgía la necesidad.

Cualquier atacante que se aproxime a la Puerta Esmeralda quedará irremisiblemente atrapado en medio de un mortífero fuego cruzado procedente de las grandes máquinas de guerra de la Torre Resplandeciente y las que hay en la propia Puerta. La visión de estos gigantescos bastiones consigue que cualquiera que venga con malas intenciones se lo piense dos veces antes de atacar.

Estrechos de Lothern

Estrecho de Lothern por John Blanche

Guiado por un timonel Élfico, el navío cruza la Puerta Esmeralda, un gran arco fortificado repleto de máquinas de guerra y de los lanceros y arqueros de la Guardia del Mar de Lothern. La luz de la Torre Resplandeciente guía las naves que van y vienen por la bahía, y entran y salen por el colosal portal de la Puerta Esmeralda, más allá de la cual se extendían las aguas tranquilas de los Estrechos de Lothern.

Dos gigantescas compuertas de bronce grabado y con monstruosas esmeraldas engarzadas en ellas cierran el paso, pero a medida que el navío se acerca, las compuertas se van retirando lentamente por las agitadas aguas para revelar los Estrechos de Lothern. Aquellos a quienes se permita cruzar la Puerta Esmeralda pasarán por un estrecho canal flanqueado de escarpados acantilados culminados por castillos, baluartes y posiciones defensivas.

Al otro lado de los acantilados escarpados, a lo largo de cuyo borde se extienden torres y murallas de las que sobresalen las puntas de las lanzas en permanente movimiento de los centinelas de patrulla, se alza la colosal Puerta de Zafiro, cuya brillante plata grabada centellea con la luz mágica de los zafiros engastadas en ella, gemas de enormes que facilmente alcanzan el tamaño de una cabeza humana. Este segundo portal sirve para cortar el paso a aquellos a los que no se les permite el acceso. Más allá de la Puerta de Zafiro se encuentra una enorme laguna rodeada por las brillantes torres de Lothern. Las estrellas reverberan en la superficie de una laguna serena en su quietud, de cuyas tranquilas aguas emergen las playas.

Barcos de todos los tamaños abarrotan los muelles y los embarcaderos, que trazan una elegante línea curva sobre las aguas. Pequeñas yolas y barcos embarcaciones de recreo, de cuyos palos penden faroles de luz dorada, se balancean junto a la orilla. En medio del bosque de mástiles y palos menores de los buques mercantes de cubiertas blancas y de los yates de líneas elegantes se divisa la imponente masa de buques de guerra. Las enormes Naves Dragón anclados se dejan mecer por la marea con suficiencia, sus espolones dorados y la plata grabada de sus catapultas de flechas arrojan recordatorios centelleantes de sus propósitos sanguinarios. Los raudos barcos halcón de la Guardia del Mar, con su tripulación siempre alerta, dan bordadas sorteando el tráfico marítimo.

La ciudad

Puerto Elfo por DavidNash

La ciudad de Lothern nace a orillas de la laguna, expandiéndose por la costa y ascendiendo hacia las alturas, con sus blancas torres elevándose grácilmente hacia las colinas al pie de las distantes montañas. Bancales verdeantes, numerosas viñas y villas de escasa altura jalonan las laderas, conectadas por sinuosos caminos plateados que serpentean desde la orilla hasta las imponentes mansiones y torres erigidas en las cumbres de las veinte colinas de Lothern.

Meciéndose en el puerto se encuentran miles de navíos de todas las formas y tamaños, que van desde las embarcaciones mercantes de los príncipes mercaderes a los fantásticos balandros de recreo de los habitantes de Lothern y los bruñidos y mortíferos barcos de guerra de la Flota de los Altos Elfos. Por los bordes del puerto hay muchas más estatuas gigantes de dieciocho metros de altura de todos los Reyes Fénix que gobernaron Ulthuan, desde Aenarion el defensor al actual Finubar el navegante.

La primera que uno contempla de todas ellas es la estatua del primer Rey Fénix. Cuando uno alza la vista hacia la escultura no puede sentir más que asombro, pues se trata de una obra de arte pasmosa que capta totalmente la grandiosidad de Aenarion, así como su nobleza y su trágica soledad. La estatua de Aenarion no responde a la imagen normal de un héroe, sino que su aspecto es el de alguien que se siente solo y está un poco perdido, cargado con el peso de una responsabilidad formidable. El gigantesco guerrero de piedra se apoya en una gran espada en torno a la cual parecían ondular llamas. Se trata Colmillo Solar, la espada que Caledor forjó para él en el Yunque de Vaul y que ardía con fuego. Esto es así por que no está permitido representar la espada de Khaine.

La ciudad de Lothern no está construida simplemente alrededor de la laguna; en algunos lugares se han construido islas artificiales en el interior de sus aguas. Sobre estas islas se han construido grandes palacios, templos y almacenes, formando una intrincada red de canales. A ambos lados de la bahía se elevan dos estatuas de unos sesenta metros de altura del Rey Fénix y la Reina Eterna, y alrededor del puerto hay otras gigantescas estatuas de los Dioses Élficos: AsuryanLileathKurnousIsha, Vaul y muchos más. Cuando cae la noche, las estatuas brillan levemente con una llama blanca, excepto la de Khaine, cuyos ojos y manos brillan en tonos rojo sangre.

Poste indicador Warhammer Online Altos Elfos por Sven Bybee

Al atravesar las murallas interiores, se percibe de inmediato una sensación de antigüedad y hermosura. Las farolas encendidas por magia incandescente mantienen alejada la noche. Largas calles serpentean al ascender por cuestas cubiertas de árboles. Numerosos tramos de escaleras suben por las pendientes más escarpadas. Hay palacios con torres y minaretes puntiagudos. Palmeras. Jardines en azoteas. Calles aparentemente interminables llenas de palacios medio vacíos donde el eco resuena en las paredes. Se pueden ver fuentes por todas partes. Todo esto da la impresión de que una legión de escultores se había mantenido ocupada durante varias eras del mundo en el embellecimiento de la ciudad. Hay estatuas de magos, guerreros y reyes, así como de legisladores, oradores y poetas. Obras de piedra que parecían vivas, protegidas de los estragos del tiempo y los elementos por auras de hechizos y encantamientos muy antiguos. Muchas fueron, no obstante, creadas por motivos políticos para representar el poder y la riqueza de las personas que las patrocinaron. Como el León Blanco Khorien Ironglaive reseño una vez: "Alaban a los ancestros de sus creadores, o en muchos casos a los propios elfos vivos".

Incluso al anochecer, las calles están llenas, los jinetes montan junto a los carros llenos de balas de seda, pescado en hielo, y fruta apilada. Los vendedores venden de todo, desde chucherías hasta joyas. Soldados con los tabardos de la Guardia del Mar vigilan las puertas interiores de la ciudad, haciéndose patente por sus maneras que conocen a la mayoría de elfos que las atravesaban y que estos los conocía a su vez. Cuando divisan figuras de importancia como los Leones Blancos, las maneras distraídas de los guardias se alteran de manera visible, iriguiéndose, y adoptando un gesto más serio mientras saludan socarronamente.

Más haya de las puertas, las multitudes disminuyen y las calles parecen más vacías. Algunas casas, no muy lejos de la ruta principal, tienen techos parcheados y desmoronados. La gente mira por las ventanas medio cerradas con una mirada magra y hambrienta, aunque por lo que muchos elfos saben no hay hambre ni caristía en Ulthuan. Desafortunadamente, los habitantes de las otras tierras élficas desprecian a los elfos de Lothern. Son vistos como comerciantes ávidos de dinero, en vez de guerreros orgullosos o nobles magos, a pesar de que Finubar es el primer Rey Fénix que nació en Lothern, y en Eataine.

Este lugar es el punto más lejano al que puede llegar un viajero que no sea Alto Elfo. Los visitantes son libres de visitar los placeres de ciudad y de maravillarse ante sus obras, pero tendrá prohibido atravesar la tercera puerta de oro y rubíes que conduce al Mar Interior. Alberga la mayor biblioteca de Eataine, junto a mansiones propiedad de magos famosos como Khaladris e Inglorion Starweaver. Los dos templos más sagrados de todo Ulthuan están situados en el Mar Interior, al norte de Lothern, (aunque el Templo de los Reyes Fénix, que es junto a la Isla de la Llama el único lugar protegido por la Guardia del Fénix se ubica en la ciudad), así como una extraña y terrible región conocida como la Isla de los Muertos.

Actualmente, Lothern es una ciudad con gran presencia extranjera, y habitan en una sección de la ciudad conocida simplemente como Barrio de los Extranjeros. Se trata de una sección de la ciudad de Lother que quedó abandonada con el decrecimiento de la población élfica y que le fue entregada a los comerciantes, navegantes y marineros humanos de todas las naciones y reinos del mundo para que pudieran residir allí. Los mercaderes que se mueven por sus calles son tan numerosos como los Altos Elfos con los que comercian. Aunque estos humanos estaban muy lejos de su tierra natal, de algún modo han logrado construirse allí un hogar. La arquitectura de la zona terminó adoptado un aspecto humano, con edificios de ladrillo que se reclinan en ángulos disparatados contra los restos de estructuras élficas muy anteriores. Los antiguos palacios habían sido convertidos en enormes madrigueras y laberintos de viviendas, tiendas y oficinas de comerciantes.

Palacio del Rey Fénix

Situado en Lothern, el Palacio del Rey Fénix, alberga el corazón del gobierno de Ulthuan. Caledor el Conquistador estableció su corte en la ciudad, y pocos de sus sucesores han roto con esa tradición.

Antes de acceder a la sala del trono, aquellos que serán recibidos en audiencia por el Rey Fénix son confrontados por un guardia de los Leones Blancos vestido con los ropajes de la corte y una capa de piel de león blanco. Dicho guardia bloqueará el camino hasta que el suplicante entregue todas las armas que porte, pues está terminantemente prohibido permanecer en presencia del rey armado. Es reseñable que incluso si el suplicante no suele estar armado, se espera que porte un arma con el mero propósito de mostrar que tiene algo que entregar. Las armas son guardadas en unos estantes cercanos hasta la vuelta del suplicante.

Una cámara auxiliar se ubica en un lateral para aquellos que esperan reunirse con el rey, o los suplicantes que regresan de su audiencia con su Sagrada Majestad.

Sala del Trono

Incluso en conversaciones privadas con los suplicantes, el Rey Fénix siempre está acompañado por los Leones Blancos. Estos guerreros permanecen a una distancia discreta, la suficiente para no escuchar una conversación murmurada, pero lo suficientemente cerca como para correr en defensa del rey si fuese necesario. Solo ellos y el Rey Fénix pueden portar armas en la Sala del Trono.

Durante el reinado de Finubar, además de su espada el Rey Fénix vestía túnicas lujosas y formales que eran sutilmente discretas, aunque su diseño y calidad era el mejor de la tierra. Manteniendo así un aspecto en consonancia con la propia cámara.

Cámara de Audiencias

Una gran habitación del Palacio era utilizada por el Rey Fénix y sus asesores de mayor confianza para tratar materias que afectaban a toda la isla continente. La Cámara de Audiencias estaba dominada por una extensa mesa, en la que se servía un menú de embutidos, hogazas de pan, jarras de vino, y vasos de agua cuando se avecinaba una sesión larga, junto con los libros, pergaminos, y mapas relevantes para la materia a tratar. Algunas veces el vino se aderezaba sutilmente con un narcótico que agudizaba el ingenio y aumentaba la tolerancia a la fatiga. Tal brebaje no era ni de lejos tan potente como su equivalente Naggarothi. Si lo fuera, todos los que lo bebieran acabarían sumidos en una acalorada discusión.

Cámaras de Khorien

Antes de morir, las cámaras personales de Korhien Ironglaive eran simples para los estándares del Palacio del Rey Fénix. Lo que significaba que eran lujosas más allá de toda medida incluso para los estándares de Lothern. Alfombras de Arabia cubrían el suelo. De las paredes colgaban antiguos tapices de seda. Pinturas de la edad dorada del arte durante el reinado de Aethis colgaban de los muros. Mientras la ventana ofrecía una espectacular vista del puerto.

Uniformes y Heráldica

La Guardia del Mar de Lothern está compuesta por los mejores guerreros de Eataine. Diestros tanto con la lanza como con el arco, estos soldados veteranos luchan las batallas del Rey Fénix por agua como por tierra. Si los ejércitos de Ulthuan llevan la guerra a tierras lejanas, seguro que los barcos de Lothern y el avance disciplinado de la Guardia del Mar de Lothern capturarán las cabezas de playa.

Los Señores del Mar de Lothern han llevado la misma heráldica durante más de cuatrocientos años. Los estandartes y escudos de Lothern llevan la imagen de Amanar, el Dragón del Mar y antiguo protector de Lothern, que es también el emblema del Rey Fénix Finubar el Navegante.

Los Escoltas Celestes sobrevuelan los cielos igual de rápido que los carros más tradicionales de Tiranoc cubren las llanuras. Es el medio que utilizan los nobles para competir unos con otros, una lucha de alas y pezuñas con el objetivo de derramar la sangre del primer enemigo que encuentren.

Las velas y escudos de los Escoltas Celestes suelen estar decoradas con diseños de olas. La forma concreta del diseño identifica a cual de los muchos nobles de Lothern le debe alianza la dotación del Escolta Celeste.

Los Leones Blancos que forman la guardia personal del Rey Fénix no llevan los colores de su hogar natal, sino los colores del actual Rey Fénix, en este caso el azul naval de Finubar.

Imágenes

Fuentes

  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (4ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (7ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (8ª Edición).
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