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Litigante por Scott Purdy

"Bueno, hay quince testigos que dicen que eras tú, y la Guardia te atrapó en el acto. Aparte de eso, no creo que tengan una prueba en tu contra."

Litigante anónimo.

Los Litigantes son fáciles de ver tanto en Talabheim como en todas las grandes ciudades del Viejo mundo. Expenden documentos legales, interpretan la ley, y representan a individuos en los tribunales mientras puedan abonar sus honorarios. Los litigantes son detestados por todo el mundo, hasta que nos encontramos en un apuro legal y necesitamos su ayuda. Los litigantes deben estar bien versados en las leyes del Imperio y de la región en que planeen ejercer la abogacía, además de tener conocimiento sobre los asuntos del día a día. Aún el litigante más humilde será considerado una "persona de letras" por el pueblo general y puede ser requerido para tareas mucho más allá de su instrucción.

Afiliaciones[]

Los litigantes se dedican a conocer todo tipo de profesionales, desde escribanos y eruditos hasta menestrales y trabajadores expertos, pasando por mercaderes, políticos, burgueses e incluso uno dos nobles.

Los litigantes exitosos tienen una amplia red de asociados de quienes dependen para recibir asesoramiento y servicios. Los litigantes frecuentemente emplean mensajeros o cocheros para llevar citaciones, facturas, pagos o contratos a través de la ciudad mientras están ocupados con otros asuntos.

En raras ocasiones, puede beneficiar a un litigante emplear los servicios de un cazarrecompensas, u otra persona de naturaleza desagradable, en la búsqueda exitosa de un testigo, o para ayudar a obtener pruebas que puedan exonerar a un cliente.

Hechos poco Conocidos[]

Los litigantes representan a nobles y adinerados personajes privados ante un magistrado en la corte. Han pasado años aprendiendo las leyes del Imperio y las costumbres locales particulares a la región en la que practican su oficio y son expertos en la lectura de los estados de ánimo y en retorcer argumentos convincentes a favor de sus clientes .

Contratar a un litigante está lejos de ser barato, y la gran mayoría de las personas en el Imperio no pueden permitirse el lujo de hacerlo. Sin embargo, los ricos gustosamente pagarán a un litigante capacitado para ayudarlos a evitar la desagradable estancia en la prisión. Como resultado, los litigantes son odiados por las clases comunes, y son el blanco popular de muchos chistes despectivos e insultantes.

Los litigantes no solo necesitan ser expertos en la ley, sino que también deben estar familiarizados con los magistrados ante quienes deben defender los casos de sus clientes. Cultivar una relación modesta con un magistrado puede hacer que todo sea diferente al presentar un caso. Saber a quien pueden y no pueden sobornar con éxito también puede tener un efecto sorprendente en el resultado de un juicio.

Los litigantes itinerantes tienden a ser aún más raros que los magistrados itinerantes. Por un lado, los litigantes dependen en gran medida de su red de expertos para ayudarlos, y estos tienden a ser de más fácil acceso desde una ubicación fija. Esto significa que solo en las ciudades y pueblos más grandes están disponibles los servicios de los litigantes.

Imágenes[]

Fuentes[]