Espadas de Loec: Las formas delicadas y en espiral con las que se decoraron estas espadas gemelas cuando fueron forjadas cobran vida cuando la luz del sol cae sobre ellas; y sus movimientos distraen al rival de quien las empuña.
Venablo del Amanecer: Cuando la Cacería Salvaje empieza en Athel Loren, al príncipe elfo elegido como privado de Orión se le entrega el Venablo del Amanecer, un poderoso talismán tan viejo como la alianza entre los Asrai y Athel Loren. Cada vez que esta lanza prueba la sangre, de su punta sale un rayo de potente luz cuyo brillo ciega a los enemigos de quien lo empuña.
Lanza del Crepúsculo: Los golpes de esta lanza transmiten la rabia y la ira de su portador, unos sentimientos destructivos.
Garra de Callach: Callach es una bruja que aparece en numerosos relatos de la sabiduría popular de los Asrai, un agostado y retorcido espíritu que disfruta con el sufrimiento. Al blandir de un lado al otro esta espada pueden escucharse los agónicos cantos de todas y cada una de sus víctimas.
Garra del Cazador: Este arco largo, creado por Altathir, un antiguo maestro de forestales, tiene la apariencia de un viejo e inútil arco, apariencia tras la que esconde su inhumana precisión.
Espada de los Mil Inviernos: Esta espada produce un frío que no es de este mundo, un frío que quema la carne y hiela la sangre: solamente el guerrero más fuerte resiste su toque.
Espadas Ardientes de Rageth: En cuanto son desenvainadas, estas dos espadas se cubren con llamas mágicas que nadie puede extinguir.
Maldición de Asyendi: Este ligero y elegante arco está excepcionalmente bien hecho, lo cual mejora la habilidad del arquero que lo empuña. La leyenda cuenta, sin embargo, que en su interior hay un malicioso espíritu deseoso de castigar a quien empuña el arco cada vez que este falla un tiro.
Armaduras Mágicas[]
Armadura del Roble Eterno: Esta armadura, de la que se dice que fue forjada por Daith en persona, entrelaza las energías vitales de Athel Loren y de quien la viste, manteniendo a este último libre de todo mal.
Manto de Railarian: Este manto, tejido por el más anciano espectro de los árboles para el primer Elfo guardián de los árboles sagrados, solamente puede vestirlo un individuo elegido por el propio Athel Loren.
Armadura de las Hadas: En Bretonia se cuenta la historia de un solitario caballero elfo a quien nadie podía abatir en batalla debido a que su armadura le mantenía a salvo de las lanzas y espadas mágicas de sus enemigos. El cuento termina diciendo que este caballero encontró la muerte a manos de una campesina que había raptado, quien le rebatió la garganta con un simple cuchillo.
Armadura de la Zarza: Las espinas de esta armadura crecen alrededor del portador de la misma y lo convierten en invisible excepto para el observador más avezado.
Talismanes[]
Arpa del Bardo: Yimas el Bardo fue un renombrado compositor de Athel Loren, cuyo vagar junto a Naieth la Vidente hace tiempo que se convirtió en leyenda. Aunque sus aventuras fueron muchas y muy peligrosas, las hechizadas notas del arpa de Yimas siempre los mantuvieron a salvo.
Broche de Amarantos: La magia de este broche, hecho a partir de los pétalos de una flor que florece en todas las estaciones, protege a su portador sin importar la gravedad de sus heridas.
Colgante de Ámbar: Este misterioso artefacto no existe solamente en la dimensión material, sino que provoca una distorsión en el devenir del tiempo y ralentiza los movimientos de todo aquel que preterida atacar a su portador.
Piedra del Lago de Cristal: La piedra es un precioso cristal sin tacha que fue extraído de las profundidades del lecho de un río y otorgado a modo de presente al héroe Naithal. Aunque esta piedra protege a quien la lleva, es muy frágil y se romperá en pedazos en caso de no alcanzar su propósito.
Tejedor de Encantamientos: El aire que rodea al portador de este broche tiene diferentes e hipnóticos colores y formas. Tan solo un ser con una voluntad excepcional podrá evitar su atracción.
Piedra del Retoñar: Esta gema, bendecida por los guardianes de las arboledas que hay en lo más profundo de Athel Loren, ofrece a su portador la promesa de que renacerá tras la muerte.
Fragmento de Fimbulinvierno: El aire se congela en presencia de este talismán ancestral, cuyas runas hablan de un tiempo en el que todo signo de vida desaparecerá bajo un manto de nieve.
Gema de Merciw: Merciw era un excéntrico noble que tenía en gran estima los conceptos del honor personal y la justicia. Esta gema es una indudable extensión de sus creencias.
Objetos Hechizados[]
Piedra Espectral: Este cristal contiene los chillidos de angustia de todos aquellos que encuentran la muerte dentro de los límites de Athel Loren.
Maldición de la Bruja: En estas flechas, elaboradas a partir de madera muerta del Llano del Roble Partido, queda parte de la corrupción de Morghur, una virulenta enfermedad que hace que las flechas tiemblen dentro de su carcaj. Si la punta de una de estas flechas penetra la carne de su objetivo, la víctima morirá gritando de dolor.
Feldespato de los Sabios: Aunque el mundo ha cambiado mucho desde su creación, los sabios conocen caminos que siguen uniendo unos bosques con otros. A veces, sin embargo, los conocimientos no son suficientes, puesto que algunas sendas están selladas. Pero el Feldespato de los Sabios puede abrirlas...
Flechas de las Estrellas: Estas flechas emiten una luz antinatural y un aullido quejumbroso cuando prueban la sangre de su objetivo, algo que hiela el alma hasta del más bravo guerrero.
Cuerno de los Asrai: El precioso sonido de este cuerno embriaga a todos los enemigos que lo escuchan, lo que mina su voluntad y los lleva a su perdición.
Espadillas Arcanas: No importa el material del que esté hecha la armadura, estos dardos penetrarán cualquier metal, piel o tejido: si el disparo es bueno, el objetivo está condenado a morir.
Broche de Elynett: Este intricado tesoro conserva parte de la fuerza de voluntad de su primera poseedora y convierte a su portador en un ser resoluto.
Dientes de Dragón: Las cabezas de estas flechas están hechas a partir de los colmillos de uno de los más grandes dragones del bosque de Athel Loren y contienen parte del veneno del aliento de esta fantástica criatura.
Cuerno de Gwytherc: No hay sonido más puro que el de la solitaria nota de este instrumento artesanal, un sonido que envalentonará hasta al más cobarde y animará al más tímido.
Vara de Olmo: Un báculo hecho con la madera mágica de un olmo es un instrumento muy deseado. Con él, un mago puede manipular los vientos de la magia con mayor facilidad de lo habitual.
Orbe de las Profecías: Un mago cuidadoso puede leer las hebras del futuro entre la neblina que hay en el interior de esta esfera, lo que le permitirá anticiparse a los movimientos de sus rivales.
Orbe del Bosque Profundo: Este retorcida orbe de madera de ébano lleno de espinas puede comunicarse con los árboles utilizando las más amargas palabras para apresar la ira y la venganza, y exhortarlos a que ataquen a los intrusos. Solamente los más temerarios individuos, o los más atolondrados, se aventurarán a entrar en un bosque bajo la, influencia de esta esfera.
Corazón de Ranu: Concentrarse con esta antiquísma gema en la mano puede ayudar a un mago a calmar sus pensamientos y temores y a controlar mejor los vientos de la magia.
Gaemrath, el Estandarte del Invierno: Se trata de un estandarte cuya asta (aún con vida) está hecha con la madera del anciano roble Gaemrath; un símbolo para todos los que no quieren rendirse ante el enemigo o ante el paso del tiempo.
Faoghir, el Estandarte del Otoño: Este mágico estandarte, tejido por doncellas elfos a partir de las últimas y más púrpuras hojas del otoño, purifica la energía de esta estación para ayudar a los Asrai en su lucha contra los enemigos del bosque.
Saemrath, el Estandarte del Cénit: Se dice de este estandarte que refleja parte de la luz de Ariel, puesto que tiene un brillo tan puro que ninguno de los que pretenden hacer algún mal a los Asrai pueden acercarse a él.
Aech, el Estandarte de las Mareas Vivas: Este estandarte, decorado con símbolos de fecundidad y fertilidad, imbuye de la energía y vitalidad de la primavera a los Asrai, lo que les permite reaccionar ante las amenazas con gran presteza.
