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Leonardo Miragliano

Leonardo de Miragliano fue un famoso ingeniero tileano conocido por inventar un gran número de ingenios bélicos. Es comúnmente citado como el mayor genio, un maestro del arte y la ciencia cuyas ideas y logros siguen siendo incomparables a pesar de quinientos años de progreso posterior.

Descripción[]

Leonardo fue alguien único, y la palabra que mejor le describe es “genio”. Sus especialidades fueron las ciencias, la alquimia y los estudios, y aunque no era militar solía acompañar a los ejércitos mercenarios ( y más tarde del Imperio), donde sus observaciones eran muy valoradas, ya que era capaz de aplicar su intelecto a cualquier problema y llegar a un modo de mejorar las cosas. Por supuesto, los generales mercenarios encontraban de gran utilidad sus talentos especiales, y le consultaban cuando hacían sus planes de batalla, construían defensas de campo o máquinas de asedio, planeaban el orden de marcha o simplemente inspeccionen la artillería antes de la batalla.

Por ejemplo, Leonardo podía calcular los ángulos y trayectorias, y efectuaba correcciones en los aparatos o aconsejaba sobre las técnicas de disparo, cantidad de pólvora, tensión de los resortes y cosas similares. Esto mejoraba la precisión de la artillería o las máquinas de guerra de la batería. También podía inspeccionar una unidad de Ballesteros mientras practican contra unas dianas. Comprobaba la tensión de los arcos y consideraba la velocidad del viento y el peso de los virotes de ballesta. Aconsejaba cierto retoque en las guías para mejorar la precisión, o recomendaba que los Ballesteros apuntasen ligeramente a la derecha o a la izquierda de su objetivo, o justo encima de su cabeza. El resultado de todo ello era que la precisión de los Ballesteros de esa unidad mejora durante la duración de la batalla.

Incluso se le llegaba a consultar por la estrategia para la batalla, pues Leonardo inspeccionaba los mapas y planos, y cabalgaba hasta el punto más alto del terreno para observar la orografía circundante con su telescopio. Después discutía las opciones con el general y sus capitanes en un consejo militar, explicando sus cálculos sobre capacidades de marcha y cosas similares. Esto permitía a los general tomar ventaja y adelantarse a los movimientos del enemigo.

A menudo se hace referencia a Myrmidia como mecenas de la ciencia de la guerra y Leonardo era un devoto de la diosa. A ella dedicó su obra, retratando su imagen y hazañas en muchas obras de arte, en particular las magníficas imágenes del fresco abovedado del templo de Wurtbad. Es también famoso por sus trabajos de ingeniería militar, entre ellos la invención y fabricación de una docena de tanques de vapor. Los que conocían a Leonardo decían que pretendía que sus máquinas de guerra fueran como una ofrenda devota a la diosa (aunque el hecho de que fuera patrocinado en su trabajo por mecenas tan ricos como el príncipe Cosimo de Miragliano y el príncipe Stephan Franz de Altdorf, sin duda ayudó).

La Escuela Imperial de Ingenieros se preocupa de posicionarse como una institución laica, con un moderado sesgo sigmarita (tales actitudes se consideran aptas y adecuadas para cualquier institución importante de Altdorf). Como divinidad con particular asociación con la ciencia de la guerra, Myrmidia tiene muchos admiradores dentro de la escuela. Los soldados de alto rango pueden considerar a Myrmidia una diosa de los oficiales, pero tiene algunos de sus más fervientes admiradores entre las filas de los ingenieros.

Una de sus aficiones y el ejercicio intelectual favorito de Leonardo era diseñar torres inclinadas. Se puso como meta diseñar una torre que permaneciera en pie a pesar de tener el más exagerado ángulo de inclinación. En poco tiempo, ¡todos los Príncipes de Tilea competían entre sí por conseguir el último diseño de Leonardo de la torre más extraña y que desafiara la ley de la gravedad!

Historia[]

Leonardo da Miragliano tuvo unos orígenes oscuros y humildes en las tortuosas calles de su ciudad. Su genio se dio a conocer por primera vez cuando era un simple aprendiz de uno de los arquitectos del Príncipe, ocupado en reconstruir la ciudad según un nuevo plan.

El Príncipe Cósimo pasó a inspeccionar las obras y, por casualidad, vio los planos que había dibujado el joven Leonardo. El Príncipe se dio cuenta que Leonardo era el genio que había estado buscando, e inmediatamente le puso a cargo de sus grandes planes para la ciudad. Después de muchos años, Leonardo no sólo había completado el plan general para la nueva Miragliano, sino que además había rediseñado las murallas, hasta hacerlas más inexpugnables que antes. Leonardo se convirtió después en el inventor de la corte de Cósimo y su casa.

El talento de Leonardo pronto recibió peticiones de todos los Príncipes y ciudades de Tilea, y puso su intelecto a trabajar en muchos y variados problemas, además de servir como consejero de muchos generales mercenarios. Su fama finalmente llegó incluso al Imperio. Esto favoreció la creación de los inventos más famosos de Leonardo, que se encuentran en la Escuela Imperial de Ingenieros. Leonardo dirigió esta organización y creó muchas nuevas máquinas de guerra mientras estuvo allí, las más famosas de las cuales son los temidos Tanques a Vapor.

Al final, Leonardo desapareció sin dejar rastro, levantando numerosos rumores, algunos más mundanos como que fue mandado asesinar por un rival del príncipe de Altdorf, hasta más fantásticas como en la que partió en una máquina subacuática y nunca regresó, pasando por las que se voló así mismo por los aires cuando trataba de mejorar las palomas-bombas de Herstel-Wenckler y por descuido empleó una paloma mensajera criada en su casa.

Independientemente de lo que le sucedió, sus libros de bocetos se perdieron con él y son muchos los que se han dedicado a buscarlos sin éxito. Leonardo diseñó una gran cantidad de extrañas máquinas de guerra potencialmente efectivas. Muchas de ellas no son más que bosquejos sobre trozos sueltos de pergamino, o en el reverso de mapas o mensajes militares que Leonardo hacía para pasar el tiempo mientras se hallaba en un campamento en mitad de una campaña. Le entregaba estos bosquejos a los diversos Príncipes Mercaderes a los que sirvió, por si acaso le pedían construir la máquina.

Normalmente sus patrones estaban demasiado ocupados guerreando y simplemente guardaban los planos para utilizarlos más tarde. Muchos de estos ingenios no pueden construirse todavía con la tecnología actual disponible. Aún así, estos planos, que ahora se hallan dispersos a todo lo largo y ancho del Viejo Mundo, cambian de manos por enormes cantidades de oro, y son muy codiciados por todos los Príncipes Mercaderes.

Objetos Científicos[]

Leonardo no era ni un general ni un hechicero. Era un científico, y su genio estaba iluminado por la luz de la razón y el método científico, ¡no por la superstición! Por tanto, Leonardo no poseía objetos mágicos. En vez de ello, poseía objetos científicos, lo que reflejaba su habilidad como inventor e investigador.

Conflicto Canon[]

  • En el Libro de ejercito del Imperio de la 4º edición establece que Leonardo murió mientras intentaba ser pionero en "vuelos más pesados ​​que el aire". Un trágico accidente no solo mató al propio inventor, sino que también destruyó muchos de los edificios originales de la Escuela Imperial de Ingenieros.

Fuentes[]