
Una vez que un arquero Alto Elfo ha probado su valía luchando con su regimiento durante una década o más, es entrenado para luchar como parte de un regimiento de lanceros usando las lanzas largas de los Elfos. Después de un breve período de tiempo, el regimiento de lanceros Altos Elfos se convierte en una máquina de matar.
Descripción[]
A diferencia de las falanges de lanceros de otras razas menores, los Elfos no necesitan pronunciar órdenes o gestos. Cada miembro de la unidad conoce instintivamente la mente de los camaradas que le rodean y el regimiento lucha intuitivamente como uno solo. Cada guerrero desempeña su papel como si cada uno de sus movimientos formase parte de un plan cuidadosamente coreografiado, coincidiendo en los movimientos, proporcionándose cobertura o abriendo las defensas del enemigo sin necesidad de articular palabra o mover la cabeza. Este entrenamiento solo sirve para mejorar la habilidad natural de los Altos Elfos y les ha hecho ganarse la reputación de enemigos temidos.

Centinela es el título otorgado a los Elfos que dirigen los regimientos de lanceros y su deber consiste en supervisar el entrenamiento de sus camaradas. Los Centinelas son veteranos de muchas batallas, que se han enfrentado a innumerables horrores y han vivido para contarlo. Su enorme experiencia beneficia a los Elfos que les rodean, ya que inspiran confianza y proporcionan una veteranía al regimiento que les hace capaces de enfrentarse a cualquier cosa con la que el enemigo les ataque.
Como los regimientos de arqueros, los regimientos de lanceros van ataviados de blanco, con un diseño de color en el borde que sirve para identificar el reino o ciudad del que proceden. Para los Altos Elfos el blanco es el color de la pureza y de la muerte, y sus túnicas simbolizan su determinación para luchar hasta el final si fuera necesario, sin importar el horror que les aguarde. Los lanceros Asur están muy bien equipados, tienen finas cotas de escamas, escudos resistentes, yelmos altos y lanzas de una longitud de hasta tres metros.

En el campo de batalla, los regimientos de lanceros forman bastiones de resistencia contra el enemigo. Estas formaciones son las defensas que preservan el corazón de Ulthuan. Cuando una falange de lanceros toma posición en el campo, resiste desde la acometida de una horda de Goblins al ataque de una mantícora enfurecida. Un muro de puntas de lanza amenaza con empalar a cualquiera lo bastante arriesgado como para efectuar una carga. Gracias a su magnífica formación de muchos años, los Elfos son mucho más certeros que el resto de lanceros de otras razas.
En el asedio de Tor Yvresse, un solo regimiento de lanceros de la milicia de Tor Yvresse defendió el estrecho paso hasta la torre enfrentándose al enemigo. Cuando Eltharion y sus guerreros finalmente lograron abrirse paso para liberarlos, encontraron a los últimos doce lanceros resistiendo firmemente, junto a una veintena de sus camaradas caídos y cientos de Goblins muertos.
Los regimientos de la milicia de Ulthuan son tas peligrosos que se han adjudicado innumerables batallas gracias a su habilidad con el arco y la lanza. Pocos enemigos soportan la lluvia de flechas el tiempo suficiente como para romper las líneas de lanzas relucientes. Los invasores de Ulthuan han tenido que vérselas con ellos durante siglos y los Altos Elfos esperan que siga siendo así en años venideros.