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Silvanos vs Enanos

En el año 1350 del Calendario imperial, una expedición enana dirigida por Grungni Buscaoro descendió de Karak-Norn e intentó atravesar Athel Loren, con la intención de establecer una ruta comercial entre Parravon, en Bretonia, y Nuln, en el Imperio.

Historia[]

Grungi Golffinger dirigió una expedición de cazadores de tesoros enanos que descendió de las Montañas Grises para adentrarse en el Bosque de Loren en busca de tesoros enterrados esperando a ser robados. La ruta que Grungni seguía la sacó de antiguas sagas y leyendas enanas que databan de los días anteriores a la Guerra de la Barba. Los tesoros que buscaban estaba seguramente en aquellos salvajes parajes que rodeaban el Bosque de Loren al Norte y al Oeste. La ruta de Grungni debía atravesar, por tanto, el Bosque de Loren, que se había convertido en el reino de los Elfos Silvanos. Los invasores enanos eran inconscientes del peligro que comportaba esta ruta; o tenían un exceso de confianza en sí mismo.

Los Enanos cortaron árboles y encendieron hogueras, lo que alarmó a los Elfos Silvanos. Cuando los Enanos estaban aproximándose a los claros sagrados de los Elfos Silvanos, estos les atacaron. Mientras los invasores avanzaban siguiendo un barranco conocido como Los Pinares, los Elfos Silvanos, al mando de Findol, les tendieron una emboscada. Los Elfos consideran a los Enanos unos seres destructivos, ambiciosos, criaturas que se han olvidado de la belleza de la naturaleza, que queman los bosques para alimentar los mecanismos de sus máquinas y que dedican su vida a excavar la tierra en busca de piedras y metales preciosos. Mientras Buscaoro y sus guerreros llegaban hasta los Pinares, el noble elfo Findul reunió a sus tropas escuchando a su corazón, que ardía de odio.

Los Elfos recibieron a los Enanos con una lluvia de flechas, dispararon mientras permanecían ocultos entre los árboles, algo que enfureció al orgulloso Grungni. El Enano, que quería enfrentarse a su enemigo cara a cara, ordenó a sus tropas crear una muralla de escudos y avanzar hacia la línea de batalla de los Elfos. Los Enanos se acercaban más y más al barranco. Los matadores pintados con colores vistosos corrían hacia los Elfos, sumergiéndose así más y más en el bosque, donde eran abatidos uno a uno sin que llegasen a acercarse siquiera a su enemigo. Los magos elfos aseguraron que la retirada de los Enanos era inminente, pues el propio bosque cerraba filas tras los Enanos en la bien orquestada trampa. En cuanto Grungni entendió que estaba rodeado, intentó organizar una formación mediante la que pudieran resistir al ataque, pero su final estaba muy próximo. Los Enanos fueron cayendo poco a poco víctimas de las flechas de los Elfos Silvanos. El último Enano que quedó con vida fue Grungni, que, rodeado de los cadáveres de los suyos, gritaba y maldecía enfurecido. Las hermanas gemelas, las legendarias Naestra y Arahan, fueron las que pusieron fin a su vida clavándole una flecha en cada uno de sus ojos. Ahora, los huesos de aquellos expedicionarios enanos adornan los nidos de las majestuosas águilas gigantes y los de los halcones que viven en lo alto de esta zona.

Guerreros enanos-0

Más tarde, en el año 1352, Ketil Grungnison y sus parientes vengaron la muerte de su padre en Athel Loren.

Ketil descubrió de boca de los hombres de Bretonia que los Elfos Silvanos son mucho menos activos en invierno, así que él y su familia esperaron a que la nieve formara una capa espesa en los campos y a que los árboles quedaran recubiertos de hielo, sabiendo que el clima no es obstáculo para un Enano.

Entonces, él y su grupo se adentraron en el bosque y se pusieron a talar con sus hachas los árboles más viejos que encontraron. Los Elfos no tardaron en aparecer para hacerles frente, pero esta vez no venían con arqueros, sino con filas de lanceros pálidos y delgados. Con Ketil al mando, los Grungnisons arrasaron a los Elfos y lograron un buen pago en sangre por la muerte de Buscaoro.

Antes de regresar a Karak-Norn, donde fue recibido con vítores, Ketil hizo una hoguera con los árboles talados y los cadáveres de los Elfos. En muy pocas ocasiones se ha llegado a saldar una afrenta en tan poco tiempo

Fuentes[]