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Mutación Caos pringoso por Paul Campbell

Imagen ilustrativa

"Soy un hombre honrado, y nunca digo embustes. Mientras luchaba con los mutantes cerca del Torreón de Latón, me enfrenté a uno especialmente desagradable. Jugoso, diría yo. Le supuraba un fluido transparente de la nariz y los ojos. Hasta le goteaba por la barbilla. Total, que lo ensarté en mi pica, y lo maté bien muerto, entre sollozos y alaridos. O al menos eso fue lo que pensé. Pero entonces todo aquella porquería se derramó sobre el suelo, y de ella nació una criatura nueva. Por la salchicha de Sigmar que salí corriendo como alma que lleva el diablo. Una cosa así no podía ser nada bueno."

Hans, piquero

Nadie sabe con certeza de dónde procede el Légamo del Caos. Algunos teóricos sugieren que la sustancia procede de mutantes excesivamente corrompidos, devorando rápidamente a todos los demás fluidos corporales hasta que sólo queda un icor pálido y diluida. El cuerpo continúa segregando esta sustancia a un ritmo alarmante, hasta que la forma mortal es incapaz de contenerla. En ese momento el cuerpo revienta y la vierte en el suelo. Otros afirman que se trata del residuo que queda tras la destrucción de un demonio. Sea cual sea su origen, el Légamo del Caos es muy poco habitual en el Imperio, y por lo general sólo se encuentra en el Territorio Troll y en los Desiertos del Caos. De vez en cuando también llegan informes de la presencia de dicha sustancia en Praag. Algunos conjeturan que las amebas tienen su origen en estos mutantes.

Un Légamo del Caos parece un charco de fluido rosáceo o azulado. Si una criatura viva que no esté corrompida por el Caos se acerca a 4 metros o menos del légamo, reacciona súbitamente y trata de alcanzarla con un pseudópodo de fluido. Los supervivientes de semejantes encuentros raras veces salen indemnes. 

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