En las tierras de Arabia, localizadas en el ecuador del mundo, los Vientos de la Magia soplan escasos. Es por ello que los hechiceros de esta tierra utilizan el poder de los Djinns, los cuales pueden ser atados a objetos mágicos, canalizando el poder arcano de estos elementales en su interior. Encontramos desde las Alfombras Mágicas, con Genios de la Tormenta en su interior, hasta espadas llameantes, conteniendo la furia ardiente de un Ifrit. Las Lámparas Mágicas son objetos extraordinariamente raros, que encierran el poder de los Djinn, así como a los poderosos Genios en algunos casos. No solo se trata de lámparas, sino que los magos árabes son capaces de encerrar a estos espíritus en botellas, cristales, cajas o en jaulas mágicas. Con el tiempo, muchos de los artefactos que encierran a los genios se han perdido en las arenas del tiempo.
Se cuenta que el Sultán Jaffar usaba magia y rituales oscuros para invocar a estas poderosas deidades elementales al mundo real, para luego sellarlos en objetos tan simples como lámparas. De esta forma, podía disponer de sus poderes ocultando su verdadera identidad. En ocasiones, alguno de estos peligrosos objetos ha caído en manos de alocados o de imprudentes, que han decidido usar los poderes de los temidos Djinns. El corsario Magus Dorado guarda celosamente tres Grandes Urnas que, según cuentan, encierran a los Genios Reales, unos genios cuya antigüedad y poder superan cualquier entidad presenciada jamás por un ser humano. Estas Grandes Urnas pertenecieron al mismísimo Nagash, por lo que su antigüedad está asegurada.
Fuentes[]
- El Heraldo de Mordheim Nº17, pág. 10.
- Manual de Dreadfleet, págs. 52-53.
- Warhammer: Forces of Fantasy (Arcane Magicks), pág. 6.
- Suplemento: Warmaster Armies (2006), pág. 48.