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Kurt Helborg Empire

Quienes se encuentran con Kurt Helborg, no albergan dudas sobre el poder de que dispone. Es el Gran Mariscal de la poderosa Reiksguard, comandante supremo de los ejércitos de Reikland y el general más importante del Imperio. Se sienta a la derecha del Emperador, y se toma extremadamente en serio su papel como uno de los consejeros de más confianza de Karl-Franz.

Descripción[]

Alto y robusto, Kurt Helborg es la imagen viviente del caballero heroico: lleva la armadura pulida como un espejo, el brazo que empuña su espada no duda y su valor es incuestionable. Helborg, Capitán de la Reiksguard, dirige a lomos de un enorme caballo gris (criado en los mejores establos del Imperio) una de las Órdenes de caballería del Imperio más letales.

Reiksmarshall Kurt Helborg

La apariencia y el porte del Mariscal del Reik están a tono con su estatus. Su famoso mostacho está siempre inmaculadamente encerado y su rostro, serio y arrugado, permanece impasible incluso cuando se irrita. Si no lleva su brillante armadura, luce ropajes de calidad de acuerdo con su posición, y siempre lleva su Colmillo Rúnico Terminarrencillas.

Helborg tiene reputación de ser el mejor espadachín del Viejo Mundo, aunque eso es algo que Ludwig Schwarzhelm, Paladín del Emperador, niega fervorosamente. Ambos guerreros suelen comparar cómo les ha ido durante la batalla para intentar determinar quién de los dos es el mejor combatiente del Imperio. Hasta ahora, y aunque sea por bien poco, Kurt Helborg va por delante (lo que ya revienta a Schwarzhelm).

Como Mariscal del Reik, Kurt Helborg es el comandante de todas las tropas del Imperio, la mano derecha del Emperador. Por tanto, se ha pasado la mayor parte de su vida batallando y es uno de los generales más experimentados del Viejo Mundo. Ha dirigido la Reiksguard y los ejércitos imperiales por todo el continente, desde los siniestros bosques del Imperio y los páramos de Kislev a los áridos desiertos de Arabia.

Portada Sword of vengeance Kurt Helborg por thorgrim Cheol Joo Lee

Como general casi no tiene rival y lidera con presteza las cargas atronadoras de las órdenes de caballería, con sus brillantes armaduras y puntiagudas lanzas. Al ser tan buen guerrero, le gusta situarse allí donde el combate es más duro para abatir con su Colmillo Rúnico y sin consideración a tantos a enemigos como le sea posible.

Cuando Helborg habla, lo hace con una voz hosca y dominante, que no requiere que la alce para establecer su autoridad. A pesar de sus años, tiene una energía y una intensidad controladas que desconciertan a quienes le rodean: una característica que usa en su ventaja. Es consciente de su propia importancia y, si bien no es arrogante, su inflexible sentido del deber hace que desdeñe a quienes considera temerarios, cobardes o deshonestos. Cuando el Mariscal del Reik está en una habitación, todo el mundo sabe quién está al mando. Si bien Helborg desdeña la política y prefiere el campo de batalla o la plaza de armas, sabe que de vez en cuando tiene que pelearse con los gobernantes de Altdorf y con el Imperio. Cuando los ejércitos de Reikland desfilan, es muy ceremonioso y de vez en cuando pronuncia una arenga.

Es difícil impresionarle, pero los sacrificios en pro del Imperio, los recursos y el valor se ganarán su respeto.

El Fin de los Tiempos[]

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

La Batalla de Heffengen[]

Kurt Helborg batalla Heffengen

Kurt Helborg esperaba morir en la Batalla de Heffengen. Durante semanas, el Mariscal del Reik había sido acosado por sueños en que un vasto demonio de plaga avanzaba para extinguir su alma, y sabía que una criatura así marchaba entre las filas del enemigo. Nadie habría adivinado este miedo por el porte del Gran Mariscal de la Reiksguard, pues era tan intolerante hacia los cobardes y los buscaglorias como siempre. Cuando el amanecer se alzó sobre Heffengen, Kurt Helborg hizo un juramento silencioso a Sigmar, renovó su voto de servicio al Emperador, y cabalgó al encuentro de su destino en la batalla.

La Caída de Altdorf[]

Aunque muchos de los Caballeros de la Reiksguard habían perecido en la guerra al sur del Bastión Áurico, el Mariscal de la Reiksguard todavía era capaz de reunir unos trescientos jinetes. Helborg envió al capitán Hans Zintler para liderar la carga en su lugar, mientras él se quedaba para coordinar la subsiguiente batalla.

Objetos Mágicos[]

Kurt Helborg recibiendo el Colmillo Rúnico de Solland por Sam Manley

Recibiendo el Colmillo Rúnico de Solland.

  • Colmillo Rúnico de Solland - La provincia de Solland jamás se recuperó de la destrucción causada por los ejércitos del kaudillo Gorbad Garra'ierro, y sus territorios han sido desde entonces absorbidos por la provincia vecina de Wissenland. Así, cuando el Colmillo Rúnico de Solland, que se perdió en batalla, fue recuperado y devuelto al Imperio, ya no había Conde Elector de Solland que pudiera empuñarlo. En su lugar, se decretó que fuera el Emperador quien tomara posesión de la espada mágica. Pronto se convirtió en una tradición que el Emperador confiara el Colmillo Rúnico al cuidado de uno de los mayores héroes del Imperio, y dicho honor recae actualmente en el Gran Mariscal, Kurt Helborg.
  • Laureles de la Victoria - Como es uno de los héroes más reputados del Imperio, Kurt Helborg luce varios de estos laureles encantados.

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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