El Señor Liche de Khemri
Khatep es el Gran Hierofante de Khemri, cabeza del consejo del Culto Mortuorio y único personaje que conoce todos los secretos y conocimientos no escritos de dicha orden. Khatep es el más viejo y sabio de todos los Sacerdotes Funerarios y el primer miembro del Culto Funerario que logró escapar al abrazo de la muerte, si bien no a los estragos causados por el paso del tiempo. Su edad es inmemorial, y su cadaveroso cuerpo está encorvado y retorcido como si cargase sobre sus espaldas el peso de todas las eras que ha vivido.
Tras el Gran Ritual de Nagash, Nehekhara estuvo a punto de ser destruida por la guerra civil, y fue Khatep quien asumió personalmente la tarea de restaurar el orden. Rompió los sellos mágicos de la Gran Pirámide de Khemri y despertó a Settra, el mayor Rey Funerario que jamás había existido, quien se aprestó a aniquilar a todos los que se le opusieron. En poco tiempo, el resto de Reyes Funerarios se habían inclinado ante él. Sin embargo, pese a volver a ocupar el trono de Khemri, la ira de Settra era grande al ver en qué estado de decadencia estaba Nehekhara. Su rabia se dirigía principalmente contra el Culto Mortuorio, pues creía que le mentían sobre el alcance de sus poderes, y que podrían haber hecho mucho más. En un arranque de furia, Settra exilió a Khatep fuera de Khemri y le prohibió volver a pisar cualquiera de las grandes ciudades hasta que hubiese restaurado la era dorada de Nehekhara. Por tanto, desde aquel día Khatep vaga por los desiertos en busca de pergaminos, inscripciones y reliquias de poder que puedan ayudar a que su querido reino recupere su antigua gloria.
Khatep viaja por la Tierra de los Muertos, prestando su ayuda a los Reyes Funerarios siempre que puede. Cuando el Rey Dhekesh de Mahrak se enfrentó a los Hombres Lagarto del sur, la ferocidad y el dominio de la hechicería de aquellas criaturas reptilianas se demostró demasiado grande para sus legiones de Guerreros Esqueletos, hasta el punto de que Mahrak estaba al borde de la destrucción. Entonces, en medio de una nube de polvo apareció una figura que entonó una única palabra de poder con la que silenció toda la magia de los Hombres Lagarto. A continuación, la encorvada figura alzó su bastón de cobre, y por todo el campo de batalla los huesos destrozados de miles de Esqueletos caídos volvieron a recomponerse. De pronto, los Hombres Lagarto quedaron rodeados y superados en número, y en poco tiempo las arenas quedaron bañadas con su sangre. Antes de que el Rey Dhekesh pudiese siquiera dar las gracias al misterioso extranjero, volvió a desaparecer en la tormenta de arena. Éste es el tipo de historias que se atribuyen al Gran Hierofante Khatep, el Señor Liche de Khemri.
Fuentes
Libro de ejército: Reyes Funerarios (8ª Edición).