Hechicero del Caos de Tzeentch
Kelmain Varadorada y Loigor Baculonegro son dos Hechiceros del Caos inmensamente poderosos consagrados a Tzeentch. Son dos hermanos gemelos medio Demonios prácticamente idénticos. Con aspecto de buitre y garras de ave en lugar de manos, su piel es de una palidez cadavérica, con runas de Tzeentch inscritas en sus rostros y con ojos rojos relumbrantes. Lo único que los diferenciaba era que Kelmain sujeta un báculo de ébano y plata con su garra izquierda de uñas argénteas mientras que Loigor sujeta con su diestra de uñas doradas un báculo de oro.
A diferencia de la mayoría de los elegidos de los Dioses del Caos, los gemelos tienen una personalidad jovial y alegre, lo que suele exasperar a sus aliados, pero esto no implicaba que sean débiles, sino todo lo contrario, ya que se encuentran entre los servidores más poderosos de Tzeentch.
El Que Cambia las Cosas les había entregado poderes que los hacían muy superiores a cualquier otro que no fuese su gemelo y unos pocos más. Hasta hechiceros de renombre como el Vidente Gris Thanquol reconoció que son los brujos más poderosos que habían conocido nunca, y si se compenetraban juntos serían capaces de derrotar a magos tan famosos como Teclis. La unión entre ambos es tan fuerte que ni siquiera necesitan comunicarse, ya que saben perfectamente en todo momento lo que piensa y siente su gemelo; desde un intrincado plan o un sentimiento de ira, hasta el dolor producido por una herida. Todo aquello que le pase o se le ocurra a un hermano, también lo sentirá el otro.
Historia[]
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Este artículo puede contener spoilers de Matadragones, Matabestias y Matagigantes
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Los dos hermanos son fruto de la unión de su madre humana con un Demonio durante las orgías del solsticio de invierno en las cuevas de la tribu Sangre Bruja. Nacidos con garras y colmillos, el chamán de la tribu reconoció de inmediato su valor y los tomó bajo su protección para enseñarles los caminos de la magia del Caos. Antes de que cumplieran seis años ya habían aprendido todo lo que el chamán les podía enseñar. A través de sueños, Tzeentch les enseñó muchos secretos y los guió para que recuperaran muchos artefactos antiguos.
Antes de cumplir los diez, Kelmain y Loigor abandonaron la tribu y se dedicaron a recorrer el mundo. Visitaron los lugares sagrados de su dios en busca de más conocimientos y objetos. Astutamente disfrazados, recorrieron el Viejo Mundo para estudiar a la humanidad y obtener una mayor erudición sobre la magia. Cuando lo consideraron oportuno, regresaron a los Desiertos del Caos donde seleccionaron al Señor del Caos Arek Corazón de Demonio como su peón. Actuando como sus consejeros y principales hechiceros, le ayudaron a obtener poder y reunir una gran cantidad de seguidores de los cuatro poderes bajo su estandarte, para que pudiera conquistar el Viejo Mundo en el nombre del Caos.
Durante esta etapa, los dos hechiceros llevaron a cabo diversas acciones que pudieran beneficiarlos. Utilizaron su magia para despertar al centenario dragón Skjalandir e incrustarle fragmentos de Piedra Bruja en su cuerpo, transformando a la ya de por sí poderosa bestia en un monstruosidad mutada que causó una gran destrucción antes de ser asesinado por Félix Jaeger. Manipularon a un transformado Acechador Lenguadelatora para que iniciara una guerra civil entre los Skavens, y así no pudieran interferir. Asimismo, emplearon su magia para invocar a un ejército de Demonios que ayudaran a Arek a conquistar la ciudad de Praag.
Trabajaron con Arek Corazón de Demonio para traer la ruina a Kislev, sin embargo el Señor del Caos se hizo cada vez más arrogante y desdeñoso de su consejo. Arek empezó a tomar decisiones precipitadas que obligaron a los gemelos a abandonar su causa después de que hubieran previsto su muerte a manos del Matador Gotrek Gurnisson y el inminente fracaso de sus planes. Por lo que ellos respectaba, su verdadero objetivo no era ayudar a un Señor del Caos a reunir un inmenso ejército, sino emplear la Senda de los Ancestrales, una red geomántica que recorría todo el planeta y que permitiría a las fuerzas del Caos atacar cualquier región del mundo sin la necesidad de largas travesías.
Para ello, viajaron hasta la isla de Albión, desde donde podrían manipular las Sendas de los Ancestrales para mayor beneficio de las fuerzas del Caos. Sin embargo, a pesar de su confianza, no estaban capacitados para manejar energías de esa complejidad. La manipulación de la magia de los Ancestrales desestabilizó el equilibrio del mundo y por poco estuvieron a punto de provocar desastres de consecuencias cataclísmicas sobre el planeta, aunque en su locura, aquello también beneficiaría al Caos.
Sus planes pudieron ser frustrados gracias a la intervención del Enano Gotrek Gurnisson, el humano Félix Jaeger y el Alto Elfo Teclis, considerado como el mago élfico más poderoso de aquella época. Loigor acabó hecho pedazos bajo el hacha rúnica de Gotrek y Kelmain fue reducido a cenizas por la magia de Teclis.
Fuentes[]
- Novela: Matadragones, por William King.
- Novela: Matabestias, por William King.
- Capítulo 3
- Capítulo 9
- Capítulo 11
- Capítulo 13
- Novela: Matagigantes, por William King.