
En sus días de mayor esplendor, la ciudad de Karak-Ocho-Picos era la más importante de los enclaves Enanos del sur. Sus incontables salas y galerías, minas y túneles, capillas y templos, casi rivalizaban con los de Karaz-a-Karak en esplendor, tamaño y poder. Su espectacular arquitectura le otorgó su nombre Enano original, el cual era Vala-Azrilungol, que significa "Reina de las Profundidades de Plata".
La ciudad se construyó en un gran anfiteatro natural rodeado de ocho elevados y poderosos picos: Karag-Zilfin (“Montaña de los Vientos”), Karag-Yar ("Montaña del Ocaso"), Karag-Mhonar ("Montaña Sombría"), Karagril (“Cuerno de Plata”), Karag-Lhune (“Montaña de la Media Luna”), Karag-Rhyn (“Monataña Rocarroja”), Karag Nar ("Montaña del Amanecer"), y Kvinn-Wyr (“La Dama Blanca”).
Su seguridad estaba garantizada por el hecho de que sólo un pequeño paso de montaña llevaba a Karak-Ocho-Picos desde el Paso de la Muerte. La ciudad no sólo era de difícil aproximación, protegida por sus ocho cumbres montañosas cubiertas de nieves eternas, sino que sus fortificaciones eran formidables. Las murallas cubrían una gran área, pero bajo tierra aún había más que sobre ella: grandes patios y plazas abovedadas, profundas minas y las tumbas de los reyes. Con la fortaleza de Karak-Drazh (ahora conquistada por Orcos y rebautizado como Peñasco Negro) custodiando el extremo occidental del paso, las formidables murallas de Karak-Ocho-Picos abarcaron todo el valle.
Historia[]
La Caída de Karak-Ocho-Picos[]

La caída de Karak-Ocho-Picos comenzó hace más de 3.200 años cuando los mineros enanos se encontraron accidentalmente con los túneles Skavens. A pesar de numerosas batallas, durante periodo que duraría mas de cien años, las incursiones Skaven en las minas se incrementaron con el tiempo mientras que en la superficie, los Orcos y Goblins sitiaban la fortaleza en números cada vez mayores. Al darse cuenta de que aquel ataque por dos frentes acabaría inevitablemente por abrumarlos, los Enanos sellaron las sagradas capillas de sus antepasados junto con los tesoros que no se podían llevar. Luego, en una salida masiva encabezada por el Rey Lunn, la población Enana restante atravesó las líneas de Orcos y Goblins y huyeron a Karak-Azul. La Fortaleza caería definitivamente en el año 513 antes de Sigmar, según en calendario Imperial.
La pérdida de este antiguo y poderoso enclave fue un terrible desastre para los Enanos y significó el fin de todas las posesiones del Sur con la excepción de Karak-Azul. Las cavernas fueron abandonadas a los horribles seres que se arrastraban y procreaban en las profundidades y las montañas fueron abandonadas a los Goblins Nocturnos. Durante los siguientes siglos, los Pieles Verdes y los Skavens se enfrentaron en muchas batallas por la posesión de Karak-Ocho-Picos, pero tampoco podían obtener ninguna ventaja significativa con respecto a la otra.
La Reconquista de Karak-Ocho-Picos[]

En los siglos posteriores que siguieron a la caída de Karak-Ocho-Picos, los rumores de los tesoros perdidos de los Enanos se extendieron por todo el Viejo Mundo. Los Enanos enviaron muchas expediciones para intentar reconquistar la ciudad. Algunos solo se dedicaron a explorar y recuperar reliquias, pero todos soñaban en regresar un día al hogar de sus antepasados. La fama de Karak-Ocho-Picos y sus tesoros era tal que no todos esos aventureros fueron Enanos. Algunos hombres de los reinos del Oeste vinieron también en busca de fama y fortuna entre las ruinas del imperio enano. Muchos se aventuraron a Karak-Ocho-Picos, pero pocos regresaban, y la mayoría de los que lo lograban lo hacían con las manos vacías.
Desde la pérdida de la fortaleza, varios descendientes del Rey Lunn han intentado recuperarla. En épocas recientes (año Imperial 2473), el general Enano Belegar Martillo de Hierro del Clan Angrund, descendiente del propio Lunn, dirigió una expedición hacia la ciudad que logró un éxito parcial. La ciudadela exterior fue reconquistada, donde se estableció un campamento en la ciudadela, y se declaró Rey legítimo de Karak-ocho-Picos. Desde esta base los Enanos han descendido hacia algunas de las viejas minas y han recuperado tesoros perdidos en el pasado, pero Belegar centró su atención principalmente en la reconstrucción de las defensas de la fortaleza, y la mayoría de las cámaras y túneles subterráneos fueron sellados. Belegar sabía que una vez que se supiese que los Enanos habían regresado a Karak-Ocho-Picos, tanto los pieles verdes y como los hombres rata irían a por ellos.
Tal como había predicho, los ataques se produjeron, y una enorme hueste piel verde sitió la ciudadela justo en el momento en que los enanos habían terminado de fortificar los muros. El asedio duró 25 años, hasta que el pariente de Belegar, el Señor Duregar Martillo de Hierro; y el herrero rúnico Hurgar el Negro dirigieron la primera de las cinco expediciones de socorro de Karaz-a-Karak. Los pieles verdes se ven obligados a retirarse en cada momento, pero siempre acaban regresado.
Situación Actual[]

Actualmente, unos cuantos miles de Enanos viven en Karak-ocho-Picos en un perpetuo estado de asedio. Toda una sección de la fortaleza ha vuelto a ser ocupada, y también la Sala Real, el Gran Salón, las fundiciones, y algunas residencia de los clanes. Sin embargo, los Enanos controlan solo una pequeña parte de la antaño gran ciudad y se encuentran rodeados por sus enemigos. En los niveles superiores de la ciudad no quedan más que ruinas entre las que pululan los Pieles Verdes, mientras que los Skavens y monstruosidades desconocidas deambulan por la red subterránea de salones, minas y tumbas, muchas de las cuales fueron selladas por lo Enanos para evitar ataques. A lo largo de los años, las ruinas han sido saqueadas en más de una ocasión, debido a las pugnas constantes por el control de la ciudad que enfrentan a Orcos y Goblins con los incontables clanes de Skavens, como carroñeros disputándose Las restos de una bestia muerta.
El rey Belegar y la reina Kemma todavía se aferran al sueño de reconquistar y restaurar Karak-Ocho-Picos. Además de animar a los miembros de clanes refugiados a regresar a la fortaleza, también da la bienvenida a los Enanos expatriados para que se asienten allí. También contratan a mercenarios y exploradores humanos para aumentar sus defensas. Aunque los fondos son limitados, ocasionalmente reciben oro de Karaz-a-Karak. Cada envío es custodiado por un pequeño ejército, y a menudo acompañan a grupos de colonos; lo que hace que sean un tentador objetivo para los sitiadores pieles verdes, pero uno mortal. Además de los mercenarios, Karak Ocho Picos acoge aventureros (incluso algún que otro Elfo aunque constantemente vigilado) que utilizan la fortaleza como una base para las expediciones en las montañas y las cuevas cercanas.
Los Enanos viven en un estado de asedio permanente y no es seguro que puedan sobrevivir. Cada incursión se ha saldado con terribles bajas para el bando Enano. No obstante, Belegar ha liderado recientemente una reconquista exitosa de los niveles superficiales de la ciudad, con la ayuda del Gran Rey Thorgrim y Thorek Cejohierro. Belegar y su ejército defienden la ciudadela de la superficie ante las oleadas de atacantes que pretenden destruir esta frágil cabeza de puente entre las ruinas.
Quizá un día los Enanos puedan recuperar realmente la antigua ciudad de sus antepasados, pero de momento tienen que conformarse con resistir
Fortaleza[]
Las Defensas[]

Los muros exteriores de la fortaleza forman la primera línea de defensa. Las torres están colocadas a intervalos regulares, con piezas de artillería de diversa naturaleza (muchas de las cuales son manejadas por mercenarios humanos). Un gran cuerno se encuentra cerca de la Puerta del Este, para hacer sonar la alarma si las defensas se pueden ver superadas. Entre los poco más de ochocientos metros que hay entre el perímetro defensivo y la ciudadela ha sido limpiado de cualquier tipo de obstáculo o accidente geográfico que pudiera ser empleado como cobertura por un ejército invasor. Un número de autogiros, recién llegados de Karaz-a-Karak, patrullan la zona y el valle más allá.
Los muros interiores rodean la ciudadela, que proporciona el único acceso por la superficie a la fortaleza principal. Se dice que la ciudadela de Karak-Ocho-Picos es más grande que cualquier castillo imperial. Visitantes (y los que buscan empleo) son interrogados en la puerta por un sargento de los Martilladores, la guardia personal del rey, Después de que los visitantes hayan respondido a sus preguntas y se llegara a un acuerdo acerca las condiciones de su estancia (o empleo), son escoltados a alojamientos en el ala este. Los alojamientos son generalmente habitaciones pequeñas y espartanas, que solo puede ser ocupado por dos individuos. No les está permitido visitar el resto de la ciudadela sin autorización, cuyo único acceso está asegurado por una enorme puerta protegida rúnicamente.
La Sala de Audiencias[]
Los visitantes sólo pueden entrar en la fortaleza principal bajando la gran escalera en el ala este. Después de un descenso de unos 200 metros, la escalera se abre a una gran sala de audiencias. Protegido por Martilladores, el representante del rey (aunque el Rey podrá saludar a los nobles enanos y otros visitantes de alto rango personalmente) saluda formalmente a los visitantes y se ocupa de cualquier negocio que los lleva a la fortaleza.
Hay otras dos salidas en esta sala, ambos fuertemente custodiadas. Una puerta de acero con incrustaciones de oro, a través del cual el Rey Enano o su representante entran y salen de la Cámara, conduce a la Sala Real. La otra puerta también es de acero, pero está inscrita con runas de protección y reforzado con una barra de acero del grosor de un tronco de roble. Los Enanos se refieren a esta puerta como Barak Khatül ("Puerta a los peligros que acechan"); los aventureros pasan por ella para ir a las secciones no reclamadas de Karak-Ocho-Picos. Huelga decir que muchos no la atraviesan una segunda vez.
El Camino Subterráneo[]
La reapertura de la ruta hacia Karak-Azul en el sur se considera como uno de los más recientes éxitos significativos en Karak-Ocho-Picos. Todavía es traicionero en un número de puntos. Las grietas y las porciones parcialmente derrumbadas obstruyen una serie de túneles del Camino Subterráneo. Trolls y otras criaturas de vez en cuando se abren paso en estos túneles. En general, las bandas armadas de diez o más miembros pueden hacer el viaje con relativa seguridad. La ruta hacia el norte permanece bloqueada para evitar cualquier entrada de los Orcos y Goblins de Peñasco Negro (la caída de Karak Drazh).
Mapas[]
Imágenes[]
Madriguera Skaven[]
- Ver Artículo: Ciudad de los Pilares.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Enanos (4ª Edición), pág. 11.
- Ejércitos Warhammer: Enanos (8ª Edición), pág. 25.
- Warhammer Fantasy JdR: Dwarfs - Stone and Steel (1ª Ed. Rol), págs. 31 y 32.