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Cuidado, la información procede de un videojuego, por lo tanto su validez puede ser exclusiva solo del videojuego.
Este artículo contiene información de Age of Reckoning, cuya trama se desarrolla en una línea de tiempo paralela.
Kaarn el vencedor

"¿Cómo lo matamos?

La voz de Vakaan se estremeció y se quebró. No creo que pueda morir, susurró..."

Un par de intrusos de Tzeentch al encontrarse a Kaarn

Kaarn el Vencedor era un poderoso Príncipe Demonio de Khorne que custodiaba los Escalones de la Ruina dentro de la Escalera Baluarte.

Historia[]

Kaarn fue una vez un señor de la guerra tan sediento de sangre que masacró a su propio ejército con sus propias manos. Por tal matanza, el Dios de Sangre lo recompensó, transformándolo en uno de sus Príncipes Demonio.

Encargado de proteger los tramos superiores de la Escalera Baluarte, el Vencedor podría ser convocado de la sangre derramada de sus enemigos, apareciendo como una nube de niebla carmesí. Eventualmente, la nube asumiría una forma vagamente humana, pero de proporciones gigantescas...

De veinte pies de altura, los hombros encorvados de Kaarn eran imposiblemente anchos, sus extremidades gruesas con músculos. Su cabeza brutal era un semblante calvo, parecido a un sabueso con colmillos sobresalientes y ojos ardientes, un aro de acero perforaba su nariz como un hocico. A cada lado de su cabeza, cayendo hacia abajo para acurrucarse sobre su pecho, apuñalando hacia adelante como los colmillos de un mastodonte, había dos enormes cuernos coronados en acero. La armadura de acero ennegrecido y latón bruñido cubría su enorme cuerpo de piel carmesí, cada brazalete y sabatón lucían el rostro de una calavera. Sobre la coraza ennegrecida estaban las flechas del Caos y la runa del cráneo de Khorne, cada una escogida en bronce. Cadenas de hierro caían de sus monstruosos brazos, con ganchos de latón que los aseguraban en su carne demoníaca.

En batalla, Kaarn empuñaba un par de hachas inmensas forjadas en bronce y acero. Con cada golpe infernal que golpeaba a sus enemigos, la sangre que explotaba de su destrucción volaba por el aire, girando como una cinta de sangre para congregarse alrededor de su cuerpo para ser absorbida por su carne carmesí. Por lo tanto, con cada pisotón de sus poderosos cascos, las heridas de Kaarn se cerrarían un poco más, regenerándose a través de la fuerza vital de sus enemigos asesinados.

Fuentes[]