Janna Eberhauer es una hechicera consumada y la ayudante del Gran Hechicero Helseher, por la que siente gran respeto. Según entre las órdenes Celestial y Dorada, el asistente del lider del Gremio de Hechiceros y Alquimistas debe pertenecer al Colegio Celestial, de modo que Eberhauer es una astromante.
Ambos son consultados por el Graf Boris en asuntos en los que las habilidades mágicas pueden ser importantes, especialmente para la seguridad de Middenheim.
Descripción[]
Janna solo tiene treinta y tantos años, aunque aparenta mucha menos edad, y ha alcanzado el rango de Maestra Hechicera. Tiene 1,77 m de altura y es de constitución curvilínea y escultural, con una ensortijada melena frondosa de cabellos color castaño rojizo que le llega a los hombros, unos ojos color avellana salpicados con destellos ámbar, y algunas pecas en las mejillas y sobre el puente de la nariz.
Janna es una practicante de la Magia Celestial, pero cuando no va vestida de su orden, evita muchos de los adornos ostentosos de la orden, prefiriendo la practicidad y el estilo clásico. Eberhauer se viste con elegancia, con un estilo discreto y distinguido, y su aspecto es muy diferente a lo que se espera de una hechicera.
También es inteligente y simpática, lo que le da el gran don de hacer que la gente se sienta cómoda. Esto es muy útil para obtener información que, de otro modo, no revelarían. Sin embargo, no se muestra demasiado dispuesta a expresar sus propias opiniones a la primera y deja caer pocas cosas; a menudo se muestra ambivalente en sus puntos de vista, de manera bastante deliberada.
Viven en la sede del Gremio, pero Eberhauer también tiene una pequeña casa en el selecto distrito de Ulricsmund. No está casada pero es mucho más activa socialmente que Helseher y especialmente aficionada a las veladas en la Luna Cantarina. Ella y Eva Dietrich, la propietaria del club, son muy amigas. El hecho de que Janna aparente ser mucho mas joven de lo que realmente es ha alimentado rumores sobre algún vinculo de sangre con Eva.
Historia[]
Secuestrada por los Skavens[]
Janna Eberhauer fue secuestrada por los Skavens hace varias semanas por orden del Ingeniero Brujo Maliss Manrack. El Gremio sabía que estaba de viaje al Colegio Celestial de Altdorf, así que cuando fue secuestrada su ausencia pasó desapercibida.
Janna prisionera de los Skavens.
Eberhauer fue llevada a Karak Skygg y ha sido obligada a trabajar para Maliss. El ingeniero brujo tiene intención de destruir Morrslieb con su cañón Rompelunas, sin embargo la órbita de la luna oscura es imprevisible, así que la obligó a ayudarle a prever los movimientos de Morrslieb. Janna intentó mentir, pero él no se dejó engañar y le royó el dedo pequeño del pie izquierdo como castigo. Desde entonces es una colaboradora reacia, sin darse cuenta de todo el horror del plan.
Janna está sujeta por una larga cadena que le permite moverse entre un escritorio cubierto de libros y planos, un gran astrolabio esférico de bronce y un telescopio. Tiene una mordaza apretada alrededor de la boca para evitar que lance hechizos. La presencia constante de cuatro alimañas con máscaras de gas también asegura que no tenga la oportunidad de hacer nada raro sin que la golpeen con el extremo romo de una alabarda.
Aparte del dedo del pie, no la han tratado demasiado mal. Maliss sabe que, si no puede llevar a cabo sus estudios sobre Morrslieb, no le proporcionará la información que necesita. Dado que su plan está casi completo, tiene la intención de matarla una vez que Morrslieb estalle en mil pedazos.
Fuentes[]
- Warhammer Fantasy JdR: El Enemigo Interior III - Middenheim, la Ciudad del Caos (1ª Ed. Rol), págs. 95-96.
- Warhammer Fantasy JdR: El Enemigo Interior IV - El Poder tras el Trono (1ª Ed. Rol), págs. 70.
- Warhammer Fantasy JdR: Reinos de la Magia (1ª Ed. Rol) - 01 Ars Theorica, pág. 39.
- Warhammer Fantasy JdR: Reinos de la Magia (2ª Ed. Rol), págs. 97-98.
- Warhammer Fantasy JdR: Middenheim: La Ciudad del Lobo Blanco (4ª Ed. Rol), pág. 28.
- Warhammer Fantasy JdR: El Poder tras el Trono (4ª Ed. Rol), pág. 128.
- Warhammer Fantasy JdR: La Rata Cornuda (4ª Ed. Rol), págs. 148, 149.