La isla Malfic, envuelta en nieblas y situada junto a la orilla del río Reik, es el hogar ancestral de la odiada familia Schrekensrich. Todos ellos eran inmundos nigromantes, y hace mucho que fueron condenados a la hoguera y los cazadores de brujas quemaron su casa. Puede que ahora sean cenizas, pero su legado aún perdura. Los lugareños hablan de luces extrañas en las ruinas y de buscadores de tesoros que han partido hacia la isla y que nunca han regresado.
Cuenta la leyenda que el patriarca hereje de los Schrekensrich vendió todo lo que tenia, sus tierras, sus títulos, sus joyas y hasta su alma a cambio de un cofre de oro que jamás se vaciaba. Los cazadores de brujas no lo encontraron nunca, y este legendario tesoro de Malfic ha atraído a muchos hasta los calcinados escombros negros de la mansión Schrekensrich. Algunos afirman que se trata de un cofre tremendamente pesado, enterrado a gran profundidad, que contiene una única moneda de oro forjada por las Fuerzas Malignas, y que el sonriente rostro grabado en esta moneda susurra poderosos secretos más valiosos que todo el oro de Reikland...