
"La fe no se da libremente, debe ser ganada. Y yo he estado tratando de ganarla durante muchos años."
- —Iniciado anónimo
Los Iniciados son aprendices de sacerdote. Se someten a una dura instrucción y entrenamiento bajo la tutela de profesores estrictos, y hasta que no la han completado no se les permite predicar ni oficiar ceremonias. Su adiestramiento incluye literatura y caligrafía, el estudio de las escrituras y el arte de los sermones, y pasan el tiempo leyendo las escrituras de la religión apropiada y actuando como criados y asistentes de los sacerdotes más veteranos. También aprenden técnicas básicas de combate con armas para poder defender el templo en caso de necesidad.
El período que se pasa como Iniciado suele ser considerado un examen de la decisión espiritual del sujeto y su capacidad para progresar en el sacerdocio.
Descripción[]

La gente del Viejo Mundo reconoce a muchas deidades. Estos dioses y diosas varían en importancia, desde deidades poco conocidas de un lugar en particular, hasta Sigmar, la deidad patrona del Imperio. Para la mayoría de la gente, los dioses son fuerzas de la naturaleza algo distantes y displicentes. Deben ser respetados para evitar cualquier desastre, pero el dinero ha empezado a desbancar a la religión como principal estima en el corazón de muchos habitantes del Viejo Mundo.
Sin embargo, todavía hay hombres y mujeres jóvenes dispuestos a dedicar su vida a los dioses, y se esfuerzan por llegar a convertirse en Clérigo, para llegar a ser un sacerdote se requiere una gran devoción y adiestramiento para lograr su meta. La profesión de sacerdote exige mucha dedicación y entrenamiento a sus miembros, y todos ellos empiezan como Iniciados.
Para convertirse en sacerdote, un devoto de un dios en particular primero debe convertirse en un iniciado. Un iniciado tiene que aprender la alfabetización y la caligrafía, necesita tener buena memoria para las escrituras y debe hacer un estudio detallado de los textos sagrados asociados con cada dios. El iniciado tendrá que entender el contexto de cada parábola y pasaje para poder explicarlos a los miembros de su congregación. El iniciado también tendrá que aprender el arte de la oratoria, ya que a menudo tendrá que leer ante grandes congregaciones, o guiarlos en las oraciones o el canto.

Los retablos de oro y plata y los grandes libros iluminados que se encuentran en los templos proporcionan un objetivo tentador para los ladrones y asaltantes, por lo que a los iniciados a menudo se les enseña cómo luchar en el combate cuerpo a cuerpo para repeler a los saqueadores. Incluso a los iniciados de Shallya se les enseñan algunas técnicas de defensa personal (no letales), mientras que los seguidores de Sigmar consideran un acto de fe convertirse en expertos en el arte de la lucha.
Los iniciados pueden cansarse de sus vidas más bien extenuantes y reglamentadas, o pueden recibir la inspiración divina de dejar sus templos por un período de vagabundeo. Tales iniciados pueden incluso unirse a grupos de aventureros, donde sus habilidades para hacer milagros son bienvenidas. A veces sus superiores les ordenan viajar para que puedan experimentar cómo su dios interactúa con el mundo más allá de sus claustros.
Convertirse en Iniciado[]

Existen múltiples razones por las que dedicar toda la vida al servicio divino, y no todas involucran la fe. Muchos iniciados no tienen otra opción en su destino, habiendo sido entregados a un culto en el momento del nacimiento.
Este es el destino de muchos huérfanos, los hijos de pobres, o de padres especialmente religiosos que esperan que entregar a su hijo a un culto traiga la bendición de esa deidad a la familia. Además, la nobleza envía a sus hijos más pequeños a seminarios para evitar problemas de herencia. Estos iniciados son a menudo los alumnos menos dispuestos.
Sin embargo, hay algunos que eligen convertirse en iniciados posteriormente en la vida. Tal vez un evento traumático les ha dado una profunda visión religiosa, o han experimentado una epifanía milagrosa que los llena con el celo de la fe. O tal vez una persona desea expiar una fechoría, tratando de enmendar su crimen dedicándose a una vocación sagrada. Tales iniciados a menudo son los seguidores más apasionados de su dios, castigando a aquellos que no logran igualar su propia e inflexible justicia.
La Vida de un Iniciado[]

La vida de un iniciado implica un arduo trabajo y largas horas de estudio y oración. Cuando no están siendo educados con el libro sagrado y la vara, los iniciados trabajan incesantemente, limpiando las habitaciones del templo o realizando otras tareas desagradables que los sacerdotes prefieren no hacer.
Este estricto régimen de trabajo tiene la intención de recalcar a cada iniciado que su único deseo debería ser obedecer los mandamientos de sus superiores y la voluntad del dios al que sirven. Después de varios años de entrenamiento intensivo, los iniciados son liberados de sus templos para experimentar la vida más allá de sus muros.
Antes de que puedan ayudar a su rebaño en asuntos espirituales, deben tomar conciencia del mundo y sus peligros. Los iniciados itinerantes descubren cómo superar los obstáculos de la vida utilizando solo las enseñanzas de su fe. Cuando hayan aprendido cómo lograr esto, se les permite regresar a su templo para ser ordenados como sacerdotes por pleno derecho, el momento más orgulloso de la vida de un iniciado.
Iniciados Conocidos[]
Fuentes[]
- Warhammer Fantasy JdR 1ª Edición, pág. 29.
- Warhammer Fantasy JdR 2ª Edición, pág. 47.
- Warhammer Fantasy JdR: Career Compendium (2ª Ed. Rol), pág. 112.
- Warhammer Fantasy JdR: Guía del Jugador (3ª Ed. Rol), pág. 151.