El príncipe Imladrik era hijo de Caledor el Conquistador y hermano de Caledor II. Imladrik era conocido como el Maestro de los Dragones, ya que era el segundo y último Alto Elfo en ser considerado un igual por los Dragones, siendo el otro su gran abuelo, Caledor Domadragones. Lo respetaban en todos los sentidos tanto como lo hacían con los suyos. Montaba en el poderoso Draukhain, un Dragón Estelar de las Montañas Espinazo del Dragón en Ulthuan. Jinete y montura juntos podían arrasar ejércitos enteros sin ayuda.
Fundó la colonia de Oeragor en las Tierras Yermas y se casó con la noble Yethanial, con quien tuvo un hijo, el Príncipe Thoriol. Sin embargo, se sabe que tenía como amante a la guerrera Liandra Athinol.
Imladrik murió en el año -1968 CI en un duelo singular contra el famoso Morgrim Elgidum.
Historia[]
La Guerra de la Barba[]
El príncipe Imladrik era uno de los pocos Elfos que respetaba a los Enanos y, de hecho, le agradaban. Cuando comenzaron los primeros ataques Druchii disfrazados de Altos Elfos en el Viejo Mundo, Imladrik hizo todo lo posible para mantener la paz entre Enanos y Elfos, sabiendo que un conflicto destrozaría su mundo y dejaría a ambas razas arruinadas.
Sin embargo, para su desdén, su hermano no compartía su opinión y más bien veía a los Enanos como criaturas miserables que sólo podían lamer los zapatos de los Asur. Incluso cuando la guerra ya había estallado, todavía esperaba la paz entre las dos razas y tuvo varias reuniones con Morgrim Elgidum, con la esperanza de convencerlo de la inocencia de los Altos Elfos. La Guerra de la Barba inevitablemente había empezado, y se desataría por todo el Viejo Mundo con un odio sin precedentes entre ambas razas.
El Cuarto Asedio de Tor Alessi[]
El cuarto asedio de Tor Alessi fue, con mucho, el más sangriento en las primeras etapas de la guerra. El asentamiento más grande y poderoso de las colonias se enfrentó a las fuerzas combinadas de varias Karaks lideradas por Morgrim Elgidum. Fue en ese asedio que Imladrik y sus otros seis jinetes de dragones mostraron al mundo entero la terrible poder que los dragones eran capaces desatar. Inicialmente, el asedio parecía ir a favor de los Dawi. Se rompieron las murallas y había innumerables torres de asedio en las murallas. La ciudad quedó en ruinas tras el bombardeo interminable de la artillería enana. Fue entonces cuando Imladrik y sus compañeros jinetes se unieron a la batalla. Los Dragones quemaron regimientos enteros con su aliento, destrozaron torres de asedio y artillería con sus garras y mataron a miles de Dawi.
El Asedio de Oeragor[]
Oeragor, la propia ciudad de Imladrik, era un oasis en el desierto de las Tierras Yermas. Cuando los atacantes de Tor Alessi fueron repelidos, Morgrim ordenó a los Reyes y Comandantes que se reagruparan y atacaran los asentamientos menores de los Asur. El Rey Brynnoth de Barak Varr fue el que marchó sobre Oeragor. Poco después de que comenzara el asedio, Morgrim llegó después de días de marcha constante, llevando a su guardaespaldas personales con poco descanso. La ciudad en sí no era grande y, por lo tanto, no estaba fuertemente defendida. Los atacantes rompieron las murallas con facilidad y casi habían tomado la ciudad cuando llegó Imladrik.
Junto con Draukhain se lanzó contra la ciudad, matando a cientos en solitario. Dos disparos atravesaron el costado de Draukhain e innumerables virotes impactaron contra sus alas, pero no fue hasta dos disparos más en su cuello que la poderosa bestia se estrelló contra un edificio y fue enterrada bajo un derrumbe de escombros que ni siquiera el Dragón pudo mover.
Imladrik saltó de su montura y aterrizó en medio de cientos de Guerreros Enanos, pero ninguno lo atacó. Fue entonces cuando Morgrim emergió de las filas de los Dawi. Los dos pelearon en un duro combate, ningún guerrero fue capaz de vencer al otro. Fue solo cuando el hacha rúnica de Morgrim rompió la espada de Imladrik, que mató al legendario guerrero.
Los Enanos permitieron a Draukhain, que estaba gravemente herido pero aún con vida, llevar a su Maestro muerto a Tor Alessi, de regreso con su esposa e hijo. Y así murió el último de los Domadragones. Se dice que nadie ha podido igualar su poder y control sobre los Dragones desde entonces.
Citas[]
"Él es el amanecer y el crepúsculo. Él es el sol y la luna. A donde él vaya, nosotros iremos; cuando él pase, nosotros también. Él es el Kalamn-Talaen. Él es el Maestro."
- —El Dragón Solar Vranesh, sobre cómo ven los dragones a Imladrik.
Fuentes[]
- Novela: The Great Betrayal, por Nick Kyme.
- Novela: Master of Dragons, por Chris Wraight.
- Novela: The Curse of the Phoenix Crown, por C. L. Werner.