
Las Hordas de Ratas son colonias de ratas que han formado una especie de comunidad móvil. El instinto natural de las ratas es el de congregarse, y estas han sido entrenadas para actuar y moverse en conjunto, al haberse vinculado gracias a la cría, el reconocimiento a través del olfato, y la aplicación de drogas y otros estímulos. Para una de estas ratas existir apartada de su horda es tan antinatural como quedarse en un fuego o respirar agua.
Descripción[]

Las atestadas calles de las ciudades humanas del Viejo Mundo son un hervidero de vida, y mucha de dicha "vida" no es humana. Las ratas (de todos los tamaños) se han reproducido hasta cifras mareantes. Infestan las podridas y combadas vigas de las casas abandonadas, anidan en los montones de paja, excavan túneles en la tierra, incluso rascan y mordisquean el ladrillo hasta atravesarlo, incansables. Con el tiempo se han vuelto lo bastante atrevidas como para recorrer los canalones y las calzarlas de las calles principales a plena luz del día. Al llegar la noche se convierten en legión, sus ojos brillando con un color rojo intenso al reflejar la luz de los faroles de los guardias nocturnos.
Las viejas cloacas que desaguan toda la porquería acumulada en las ciudades son pozos de cría ideales, que bullen de ratas en número incontable. Algunos de los mordisqueados esqueletos que se apilan entre los residuos son sin duda los tristes restos de vagabundos y mendigos muertos de inanición, pero los poceros que se encargan de reparar y desatascar las alcantarillas creen que hay algo más. Corren rumores sobre ciudadanos de los distritos más pobres que han desaparecido en medio de la noche, quizás víctimas de las siempre hambrientas hordas de alimañas que moran bajo tierra.

La presencia de un ejército Skaven suele tener un efecto alarmante en las ratas comunes, que corren a congregarse en una marea infinita a los píes de sus primos más evolucionados. Nadie está seguro de si esta alfombra viviente de sabandijas se reúne en respuesta a alguna llamada mágica, o simplemente para rendir homenaje espontáneo a la Gran Cornuda, pero en cualquier caso está claro que las ratas sirven ciegamente a los Skavens.
Algunas pueden ser imbuidas con magia a fin de realizar misiones de espionaje para los siempre vigilantes Videntes Grises, otras pueden ser infectadas por el Clan Pestilens para extender alguna nueva plaga por el mundo, y otras muchas son simplemente devoradas por los Skavens más desesperadamente famélicos. Sin embargo, la gran mayoría de ellas acompañan a los Skavens cuando marchan la batalla, y se lanzan a atacar a sus enemigos en oleadas.
Un señor de las bestias hábil es capaz de mantener a estas hordas de alimañas unidas en un grupo dirigido, incluso en el campo de batalla. y puede dirigirlas según sus deseos. Estas ratas, que se congregan en cantidades de no menos de cien ratas por cada horda, son una mezcla de ratas marrones, blancas y negras. La visión de una horda de ratas es suficiente para hacer que cualquier campesino y no pocos guerreros se den media vuelta y huyan.
Tanto si surgen en tromba desde las cloacas de una ciudad humana como si invaden un campamento Orco, estas chillonas masas de ratas pueden derribar y devorar en cuestión de segundos a una criatura de tamaño humano, hasta no dejar nada más que una masa de limpios huesos.
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Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Skaven (6ª Edición), pág. 11.
- Ejércitos Warhammer: Skaven (7ª Edición), pág. 37.
- Warhammer Fantasy JdR: Hijos de la Rata Cornuda (2ª Ed. Rol), pág. 113.