"La suerte es solo otra palabra para destino"
- —Hermano Reuban, sacerdote de Ranald
Reuban era un jugador sin una moneda con deudas incobrables colgando sobre su cabeza. Lo arriesgó todo en una última tirada de dados, pronunció una oración a Ranald y ganó a lo grande. En ese momento encontró la religión. Usó el dinero que ganó para comprar una taberna antigua y convertirla en El Cuervo y el Gato, dedicando su vida al único dios que contestó sus oraciones.
El mundo del hampa está contento de tener al Hermano Reuban cerca, ya que desde que pagó sus deudas se ocupa de la mercancía, pero las casas de juego legítimas no están tan complacidas. Reuban ejecuta un juego más justo que ellos y las personas comienzan a darse cuenta. Algunos de los grandes apostadores de la ciudad han comenzado a patrocinar al Cuervo y al Gato exclusivamente. Las casas de juego han tratado de lograr que la guardia cierre a Reuban, aunque sin exito. Da la casualidad de que el Hermano Reuban realiza importantes donaciones al Fondo de Viudas y Huérfanos de la Guardia.
El hermano Reuban es un tipo desprecupado que confía en su suerte en lugar de pensar bien las cosas, pero no soporta a los necios de buena gana. Cualquier cliente que no le brinde el debido respeto a él, a su personal o a su dios será expulsado de manera eficiente.