
Hay regiones de Avelorn en las que está prohibido entrar. Algunos son lugares sagrados de poder, unidos intrínsecamente con los rituales de renovación mediante los que la Reina Eterna ayuda a mantener Ulthuan y sus gentes. Otros son lugares oscuros y peligrosos, donde el toque del Caos nunca ha desaparecido. Las Hermanas de Avelorn vigilan esos lugares, asegurándose de que las tierras sagradas permanecen sacrosantas y que las bestias que moran en los lugares manchados no los abandonen, o sean rápidamente eliminadas si lo hacen.
Descripción[]
Las Hermanas de Avelorn son arqueras hábiles, doncellas Elfas elegidas de las levas ciudadanas por decreto personal de la Reina Eterna. Por tradición, solo las más dotadas son bienvenidas en las Hermanas de Avelorn, ya que al igual que la Reina Eterna personifica el ideal de la raza élfica, sus guardianas elegidas también deben aspirar a la perfección; no solo de cuerpo y mente, sino también en el ámbito espiritual. Se espera que las doncellas guardianas estén por encima de las pequeñas iniquidades que a menudo impregnan la corte de la Reina Eterna, de forma que sean incorruptibles.
Las Hermanas de Avelorn prefieren luchar a distancia, ya que sus armas no disparan flechas ordinarias, sino virotes de llamas blancoazuladas que incendian la carne contaminada. Sin embargo, las Hermanas no rehúyen la batalla cuerpo a cuerpo, ya que ningún peligro puede superar a aquellos que caminan por los oscuros senderos de Avelorn. Ya sea contra caballeros a la carga, Demonios desbocados o un grupo de Asesinos Khainitas con el asesinato en sus corazones, las doncellas guerreras permanecen firmes. Con puntería precisa y corazones fríos disparan sus flechas hasta que el enemigo está sobre ellas. Entonces desenvainan sus espadas y entran en combate.
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Imágenes[]
Fuente[]
- Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (8ª Edición), pág. 49.