
Gran Duque de Talabecland, Bienamado de Taal, Margrave de la Marca del Este
El Conde Elector de Talabecland, Helmut Feuerbach, está desaparecido en acción. Cuando la Tormenta del Caos castigó el Imperio, Helmut marchó junto con un numeroso contingente del ejército a luchar junto a Karl Franz. Pero en los últimos momentos del conflicto, Feuerbach desapareció. Inmediatamente surgieron rumores entre la tropa –se lo comieron los Hombres Bestia, una nube de energía del Caos lo barrió y se lo llevó lejos, le asesinaron generales traidores mientras dormía, fue envenenado, los Hombres Rata lo secuestraron, y docenas de otras inverosímiles teorías.
Naturalmente, el Conde y su temperamento proporcionaron más combustible a los rumores. Era notorio su mal humor y acumuló mucha ira de su parlamento de nobles, el Gremio de Mercaderes y varios templos. Sus órdenes provenían de crisis caprichosas y banalidades, y era famoso por su particular estilo de gobernar con mano dura. Su falta de criterio combinada con su irritante personalidad dio lugar a una larga lista de gente que preferiría ver desaparecer al Conde, dando crédito a los rumores de un golpe de estado. Hay rumores persistentes de que el Conde se encuentra en Talabheim, en los bosques exteriores del Taalbaston, e incluso tan lejos como en la ciudad de Kislev, aunque ninguna de estas observaciones ha sido verificada.
En realidad, nadie sabe lo que pasó al Conde Feuerbach. Su pérdida abrió un vacío de poder en la política de la provincia y, por ende, dentro de la élite gobernante de Talabheim. El Conde no dejó herederos, y su sucesor no ha sido nombrado todavía, por lo que la Condesa Elise Kreiglitz-Untern de Talabheim amplía su alcance político en su ausencia, y los nobles del gobierno de Talabheim en su lugar, demostrando incluso más rebeldías y puñaladas traperas de las que nadie sospechaba.