
Un ejército de Elfos Oscuros no lucha únicamente con el acero plateado de sus armas, sino también con otras fuerzas poderosas con las que puede contar todo valiente general de un ejército Druchii. Recurren al Templo de las Hechiceras y solicitan su ayuda durante la batalla, pues sus habilidades arrasarán a los guerreros del ejército enemigo, les arrebatarán las almas de sus cuerpos y traerán la ruina y la condenación sobre sus cabezas. Pero han de tener cuidado en tus tratos con las hermosas Hechiceras Elfas Oscuras, pues siempre se debe pagar un precio por poder contar con su ayuda... ¡Siempre!
Descripción[]

Los Elfos son seres mágicos, con una afinidad natural para guiar y canalizar los cambiantes Vientos de la Magia que proceden del Reino del Caos. En la antigüedad, los Elfos aprendieron los secretos para manipular este poder místico de los Slann, los servidores más poderosos de los arcanos creadores conocidos como los Ancestrales. Inmersos en el conocimiento de la magia, los Elfos perfeccionaron estos poderes en las largas guerras contra las hordas demoníacas tras la invasión del Caos.
A pesar del control y la habilidad de los Magos Elfos de antaño, siempre existía un límite a la cantidad de poder que podían soportar; el riesgo de perder el juicio, de sufrir un ataque demoníaco y de una corrupción espiritual impidió que los elfos pudieran adentrarse más en el poder del Caos. La primera de las Elfas en aventurarse en este terreno prohibido fue Morathi, la madre del Rey Brujo. Mediante rituales oscuros y sacrificios sangrientos, logró contener la energía pura del Caos, moldeándola a su voluntad. Morathi usaba el Dhar, el poder de la magia sin refinar, para lanzar hechizos de predicción y destrucción. Con esta hechicería, el poder puro de la magia, pronto creó encantamientos y hechizos cuyo poder superaba con mucho el de cualquier otro antes conocido por los Elfos.
Cuando Nagarythe emprendió la guerra contra otros reinos de Ulthuan, Morathi ya había corrompido a varios de los magos de Saphery. Seducidos por el poder de la magia oscura, se sublevaron contra sus antiguos compañeros y dio comienzo una guerra mágica. Al final, los hechiceros se vieron obligados a huir y buscaron la protección y el tutelaje de Morathi y Malekith. Hasta el día de hoy, los Elfos Oscuros han continuado estudiando las artes mágicas oscuras, buscando métodos de aumentar su poder e influencia, seducidos por la posibilidad de dominar energías sin límite.

De entre todos los hechiceros de Naggaroth, cabe destacar a las “hermanas" del Templo Oscuro, que son hechiceras que se han concentrado en la gran fortaleza de Ghrond. La competencia por las posiciones en el Templo Oscuro es sangrienta y fiera, y solo las más poderosas y despiadadas sobreviven a los ritos de iniciación. Las que consiguen superarlo, aprenden la magia más poderosa del mundo. Pueden invocar a entidades demoníacas ancestrales para que devoren a sus enemigos, atraer tormentas de fragmentos hechizados de esquirlas sobre sus enemigos o fulminarlos con rayos de energía oscura. Y lo más importante, la magia oscura permite a un hechicero disponer de un suministro de energía ilimitado con el que puede canalizar y mejorar los hechizos sujetos a los vientos de la magia.
Aunque los Elfos Oscuros de ambos sexos pueden dominar las artes mágicas, se mira con desdén, miedo y sospecha a los hechiceros, una situación agravada por las generosas recompensas que ofrece el Rey Brujo por cada cabeza cercenada de esos seres. El Rey Brujo conoce la Profecía de la Definición, cuyas antiguas estrofas auguran que un gran guerrero será expulsado de su hogar por un hechicero. Malekith, que siempre mira tales asuntos con suma cautela, cree que la profecía se refiere a sí mismo, y está decidido a eludir ese destino, cabeza a cabeza. Sin embargo hay algunos que prefieren arriesgarse a hacer enfadar al Rey Brujo antes que contraer una deuda con el Templo de Hechiceras, así que aún quedan algunos hechiceros.
En caso de que un Príncipe Oscuro se vea tan apurado como para recurrir a la ayuda del Templo Oscuro, tendrá un dominio indirecto sobre la magia tan profundo como despiadado. Los conjuros de la Magia Oscura son solo una de las disciplinas que estudian las Hechiceras de Ghrond, y pueden usar los Saberes de la Magia con la misma pericia que los encorsetados magos de Ulthuan. Una Hechicera puede inmolar a sus enemigos con tormentas de luego mágico, cristalizarlos con remolinos de energía púrpura, hacer que los descuarticen elementales, reventarlos con un relámpago, o transmutarlos en oro macizo. Y mientras lo hace, reirá con un deleite malévolo y sus hechizos serán más salvajes según la domine el júbilo de la batalla. Pero por más sumida que esté en la destrucción, la Hechicera siempre tendrá un ojo sobre su patrón, y su mente inflamada por los posibles métodos de cobrarse su salario si no recibiese de buen grado el pago por sus servicios.