
En el Viejo Mundo, los muertos no descansan en paz, ni con el paso de los siglos. Los Tumularios o Guardia de los Túmulos son héroes del pasado, guerreros ancestrales traídos de nuevo desde más allá de las puertas de la muerte para servir a sus amos nigrománticos.
Estos poderosos paladines de los No Muertos son animados mediante un ritual muy complejo que requiere un gran dominio de la Magia Oscura, puesto que los Tumularios no son sirvientes sin mente, como los esqueletos y zombis, sino que tienen voluntad propia, y se impondrán ante cualquiera con menos fuerza de voluntad que ellos.
Descripción[]
Los Tumularios pueden ser antiguos caballeros que fueron enterrados junto a sus pertrechos, ahora de nuevo animados para destruir todo aquello que una vez amaron. Otros Tumularios lo son por una maldición, y son recompuestos una y otra vez si son destruidos, para una eternidad de condenación.

Los Tumularios están armados con poderosas armas funerarias, encantadas con hechizos de muerte capaces de abatir de un solo golpe incluso al héroe más valeroso. Los más grandes héroes regresan a la existencia como Señores Tumularios, antiguos señores de la guerra que ahora comandan en combate las legiones animadas de su señor. Los Señores Tumularios son adversarios terribles para los héroes vivos, pues sus cuerpos muertos no sienten el dolor, la fatiga o el miedo, y sus ojos brillan con una luz sobrenatural capaz de helar los corazones de los más valientes.
Los Condes Vampiro habitualmente confían su seguridad a los Tumularios, siendo éstos considerados como sus mejores tropas y sirvientes. También es habitual que un Conde Vampiro delegue parte de sus quehaceres y responsabilidades a los Reyes Tumularios, puestos que los mismos son capaces de liderar por sí mismos a las tropas, además de deber obediencia ciega a su amo y dueño.
En ocasiones un individuo excepcional en vida, como un Gran Maestre templario, un Duque de Bretonia, un Señor Enano o incluso un gran Paladín del Caos es animado por algún poderoso nigromante o Liche, convirtiéndose en un Caballero de la Muerte, un guerrero prácticamente invencible. Sólo los más poderosos practicantes de las artes arcanas pueden controlar a un Caballero de la Muerte, pero si lo consiguen obtendrán un heraldo de la condenación sin igual, capaz de segar las vidas de sus enemigos como la guadaña siega la mies.
Miniaturas[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (6ª Edición), pág. 27.
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (7ª Edición), pág. 44.
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (8ª Edición), pág. 38.