
La Guardia Negra de Ostland es un regimiento incondicional y altamente experimentado de Grandes Espaderos. Sus hazañas les han ganado fama en todo su estado natal y más allá. Con una reputación tan feroz, numerosas hazañas de honor y una valentía que proporcionan la narrativa a su larga historia, no es de extrañar que estos guerreros hayan luchado en innumerables campañas para muchos electores diferentes.
Historia[]
El regimiento de la Guardia Negra se encuentra en la ciudad de Wolfenburgo. Los soldados prometedores de otros regimientos menos prestigiosos son incorporados a las filas de la Guardia Negra únicamente por méritos. Un candidato debe haber demostrado ser no solo un gran luchador, sino también un hombre con un alma fuerte y un valor inquebrantable en el fragor de la batalla. Solo entonces se lo juzga digno de ser presentado para su consideración.
Es una cuestión de honor unirse a sus filas, pero ni las grandes influencias sociales ni amigos poderosos de ninguna manera ayudarán a un hombre a ingresar en la Guardia Negra de Ostland. Es por esta razón que siguen siendo una fuerza de combate tan potente; cada hombre se ha ganado a pulso su lugar mediante el trabajo duro y probados actos de valentía.
La Guardia Negra está pagada por el estado provincial, y mantiene una fuerza de combate total de unos quinientos hombres como parte del ejército permanente. Estos hombres son soldados profesionales, de corazón duro y luchadores hasta la médula.
Ser descubierto, recomendado por un oficial e incluido en las filas es solo el primer paso en el largo camino para convertirse en un Guardia Negro de Ostland. El régimen de entrenamiento es estricto, y solo tres hombres de cada diez duran lo suficiente para convertirse en miembro. La mayoría son enviados de vuelta a sus regimientos de origen, escarmentados y más impresionados hacia la Guardia Negra que nunca. Para aquellos que demuestran ser dignos, obtienen el privilegio de ser parte de uno de los regimientos más famosos de Ostland.
Un Arma Efectiva y Brutal[]
La Guardia Negra está entrenada a un alto nivel en todas las armas blancas, pero finalmente aprenden a manejar el arma más difícil para dominar todas ellas: la Gran Espada. La Gran Espada, también conocida como Espadón y Zweihander, es un arma a dos manos, con aproximadamente la altura de un hombre. Es extremadamente difícil de manejar y requiere grandes medidas de habilidad, fuerza y disciplina para hacerlo de manera efectiva.
Es difícil para un profano entender cómo se puede usar el espadón en la batalla. Parece grande, pesado y difícil de manejar, pero esto es así cuando está en manos de alguien que no está entrenado para usarlo. Pero en manos de un Guardia Negro, es una espada mortal y poderosa, que no tiene rival en cualquier otra arma blanca en su poder para incapacitar y matar. Los hombres de la Guardia Negra de Ostland entrenan todos los días cuando no están en campañas, realizando combates y practicando la esgrima, perfeccionando su técnica para estar listos para las batallas que se avecinan.
A la Guardia Negra de Ostland se la conoce como tal por el color de sus protecciones de placas laqueada y sus hauberks de cuero. Este sombrío honorífico también se deriva de su comportamiento taciturno y su fuerte adhesión a los credos de Morr. De hecho, antes de cada batalla, un sacerdote del Dios de la Muerte y los Sueños bendice a todos y cada uno de los miembros del regimiento, con sus cabezas inclinadas en solemne reverencia. Cada hombre también lleva una bolsita con dos monedas de plata, en la creencia de que si caen en la batalla esta ofrenda asegurará que sean recibidos por Morr en su jardín y no queden sujetos a las depredaciones de los demonios y nigromantes.
Una de sus hazañas más conocidas fue durante una batalla contra las hordas de Hombres Bestia del Gran Bosque, en la cual el centro de la delgada línea del Imperio estaba en manos de la Guardia Negra. Dirigidos por un caudillo musculoso y cubierto de espuma, con el sudor brillando sobre sus cuerpos hediondos, las abominaciones del Caos se lanzaron aullando y gritando a los ostlandeses, con la esperanza de abrirse paso y dividir el ejército imperial en dos.
La mayoría de los regimientos de infantería se mantienen cerca el uno del otro con el objetivo de mantener al enemigo a raya y no dejarle atravesar la línea. Los Grandes Espaderos tienen el mismo objetivo, pero lo llevan a cabo de una manera diferente. Debido a la longitud de la gran espada y el modo de su uso (balancear la hoja en amplios círculos alrededor del cuerpo, y apuntar a las extremidades y cabezas), se necesitaba mucho espacio alrededor de cada soldado para garantizar que no dañaran a sus camaradas.
Este método individualista de guerra se remonta a los días de Sigmar, cuando los hombres fueron juzgados por sus actos de heroísmo único en la batalla, y los ataques coordinados en rangos disciplinados eran desconocidos. En la batalla, un Guardia Negro se queda solo contra el enemigo, al que se le ha confiado su sección de la línea que debe defender a toda costa, armado solo con un espadón, su habilidad y su coraje sin límites frente a las abrumadoras adversidades.
Para los Hombres Bestia, aquella línea debía haberles parecido una zona muy vulnerable, si es que tales criaturas poseen la perspicacia táctica para ser completamente conscientes de esto durante la batalla: los Guardias Negros se mantenía a varios pies de distancia el uno del otro, algunos bastante atrás, apoyados en sus enormes armas. No es de extrañar que los malolientes brutos cayeran sobre ellos con alegre salvajismo. Aquello fue su perdición.
La Guardia Negra hizo girar sus armas y barrer el aire a su alrededor con una precisión infalible. El largo alcance de la gran espada con los brazos del portador completamente estirados significaba que nadie podía acercarse con seguridad para infligir un golpe, pues entrar en la zona mortal alrededor de la Guardia Negra era una manera segura de perder una extremidad. El ejército de Hombres Bestia quedó perdido ante ellos. Era como ver a carniceros sacrificando a ovejas. La Guardia Negra era una máquina asesina que destrozaba a todos los Hombres Bestia que intentaban atacarlos, humillando al enemigo con su brutal habilidad y coraje.
La Guardia Negra sigue una delgada línea en la batalla. Si pierden estabilidad o el agarre de la empuñadura, o pierden el control de la espada, pueden fallar a la hora de mantener el equilibrio y caer al suelo, permitiendo que el enemigo tenga tiempo de acercarse y organizar una matanza. La supervivencia de la Guardia Negra está asegurada por golpes bien dirigidos y controlados; sus armas no están diseñadas para las fintas y bloqueos, deben atacar rápidamente para herir o matar.
La Guardia Negra en Hel Fenn[]
No fue sin razón por la que Martin de Stirland puso contingentes de la Guardia Negra en los flancos de su línea cuando se preparó para enfrentarse al ejército de muertos vivientes de Mannfred von Carstein en la Batalla de Hel Fenn. Era imperativo que protegiera a su ejército de un ataque por los flancos, y sabía que la Guardia Negra eran los soldados mejor equipados a su disposición para ello. Liderados por Vladamir Ludennacht; campeón del Conde Elector de Ostland, y un oficial que actuaba en nombre del Conde Martin, estos guerreros debían probar su capacidad para enfrentarse a cualquier horror no muerto lanzado contra ellos.
Además de su feroz profesionalidad que les prohíbe retroceder ante cualquier enemigo, no importa cuán numeroso o poderoso sea, las armas de la Guardia Negra de Ostland son extremadamente potentes contra las fuerzas de los No Muertos.
Los guerreros No Muertos difieren mucho de los vivos, pues los golpes que matarían o incapacitarían a estos últimos no servirían de mucho contra a estas criaturas, y mucho menos para vencerlas. No sangran y ni tienen puntos vitales que atacar; deben ser despedazados y destruidos para detenerlos.
Y aquí es donde la gran espada de la Guardia Negra se hace más fuerte. Es un arma cortante, y proporciona golpes con tal poder que las extremidades se pueden cortar con relativa facilidad. En Hel Fenn, la Guardia Negra priorizó el cortar cabezas y atravesar torsos, lo que incapacitó a sus adversarios lo más rápido posible. El plan funcionó con tanto éxito que mantuvieron a raya a vastas hordas de zombis y guerreros esqueletos durante toda la batalla, asegurando así que los flancos del ejército estuvieran seguros.
Todos los soldados de la Guardia Negra de Ostland que lucharon en Hel Fenn recibieron (muchos a título póstumo) la Orden de la Rosa Espinosa, un prestigioso premio militar exclusivo de Stirland. Es una recompensa adecuada para este famoso regimiento de hombres que ganaron tal honor, ya que sin ellos las fronteras del Imperio seguramente se sostendrían con menos firmeza.