Estos guantes no revelan sus siniestros poderes más que en las peleas cuerpo a cuerpo. Si el portador consigue golpear, unos ganchos venenosos aparecerán de la punta de los dedos e inyectarán su veneno en el torrente sanguíneo de la víctima. El portador no puede llevar armas en la mano con la que toca a su adversario. Las criaturas con la piel muy gruesa, como los trolls, o una espesa capa de grasa, como un oso, no se ven afectadas por el ataque de estos guantes.
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