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Grandes fauces total war warhammer 3

Los Ogros adoran al llamado Grandes Fauces, un dios que lo devora todo. Sus relaciones con esta deidad no se basan únicamente en la devoción, sino también en el miedo, ya que las Grandes Fauces provocaron casi la destrucción total de la raza ogra.

Historia[]

Los Ogros, originalmente, no son nativos de las Montañas de los Lamentos, sino que provienen de unas tierras más al este, en la frontera del imperio oriental de Catai. En ese lugar la raza de los Ogros vivió en un estado primitivo durante años, sin temerle a nada y alimentándose de todo lo que se encontraba a su paso. Luego llegó la catástrofe que terminó con dos tercios de la raza ogra y cambió el destino de los supervivientes para siempre.

Protegetripas

Protegetripas.

Algunos estudiosos creen que el desastre que cayó sobre los ogros vienen del descontento de los Dioses del Caos, otros opinan que los Ogros estuvieron cebándose durante demasiado tiempo de las gentes del imperio catayano y que los astromantes de estas tierras se tomaron una merecida venganza. Sea como fuere, lo que resulta incontestable es que un enorme meteoro de Piedra Bruja de un tamaño nunca visto impactó en las tierras de los ogros, aniquilando a la mayor parte de la raza en un instante.

Tras la destrucción de sus antaño fértiles tierras, las tribus supervivientes se vieron presas del hambre y empezaron a devorarse unas a otras. Pero los Ogros más fuertes y resistentes, incluso tras haberse tragado a sus hermanos más débiles, comprobaron que la ferocidad devoradora que acompañó la llegada de las Grandes Fauces no iba a desaparecer. Así que la mayoría de los Ogros supervivientes se vieron obligados a migrar hacia las Montañas de los Lamentos en busca de nuevas tierras y fuentes de alimento.

Sin embargo, una de las leyendas más antiguas de los Ogros relata que Groth Undedosolo lideró a su tribu a aquel funesto desierto con la intención de ofrecer un sacrificio a este nuevo y poderoso dios. Lo que allí se encontró se ha representado posteriormente en miles de placas y estandartes y ha quedado inscrito para siempre en los anales de la raza ogra. Donde antaño moraban los ogros, el meteorito había dejado unas enorme fauces palpitantes en vez de un cráter convencional. Delante de Groth se extendía un gigantesco cráter del tamaño de un mar interior, lleno de acantilados escarpados como dientes afilados y que se convulsionaba como un músculo que se estrechaba verticalmente hasta perderse en la nada, unas fauces tan grandes que podrían devorar a la raza de los Ogros y aún no haber saciado su apetito.

Grandes fauces

Emblema de Grandes Fauces.

Los ogros conocen a este horror geográfico como "Las Grandes Fauces", porque le reconocen el mérito de haber sido capaz de devorar a tantos en tan poco tiempo. Acababa de nacer un nuevo dios, y finalmente los Ogros encontraron algo a lo que temer. En la actualidad todavía existe, un dios cruel y vivo que visita la faz de la tierra desde los cielos vengativos.

Desde entonces son muchos los Ogros que siguen los pasos de Groth, primer Profeta de las Fauces, en una peregrinación hasta el lugar donde se halla su deidad. Son pocos los que regresan, pues las Grandes Fauces siguen hambrientas. Su presencia se retuerce como un gusano malévolo en la mente de todos los Ogros, haciéndoles gestos para que sigan adelante. Por esta razón los Ogros recorren el mundo, ya que subconscientemente obedecen la inquietud que suscita su dios glotón en el momento de su nacimiento. La presencia de las Grandes Fauces domina la mente de todos los Ogros, incitándoles de manera obsesiva a volver y contemplar una vez más ese poderoso precipicio. Por ese motivo los Ogros se han convertido en criaturas incansables, que intentan constantemente escapar de ese susurro insidioso que flota en sus cerebros y los atrae de vuelta hacia su glotón (a la par que insaciable) dios.

Sin embargo, por mucho que los Ogros viajen arriba y abajo, saben que ninguna distancia les bastará para escapar a la terrible atracción de las Grandes Fauces. Tanta es la adoración y el miedo que sienten los Ogros por las Grandes Fauces que excavan donde quiera que viajan pozos alineados donde arrojan grandes bloques de carne roja como ofrenda a su dios antes de que se inicie cada festín. Regularmente luchan a muerte en los pozos de las fauces excavados en el corazón de sus salas de festines, con la esperanza de que la sangre derramada en sus ritos caníbales puedan aplacar a su deidad.

Pero ningún ritual ni festín podrá saciar del todo el eterno apetito de las Grandes Fauces, y mientras continúen con hambre, sus bárbaros hijos las alimentarán una y otra vez hasta el fin de los tiempos.

Curiosidades[]

  • Al contrario de lo que se piensa, las Grandes Fauces no fueron creadas en el libro de ejército de Reinos Ogros de la 6ª edición, sino que fueron mencionadas por primera vez en el libro Warhammer Fantasy Juego de Rol 1ª edición.

Fuentes[]

  • Ejércitos Warhammer: Reinos Ogros (6ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Reinos Ogros (8ª Edición).
  • Warhammer Fantasy: Reglamento (8ª Edición).
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