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"¡Caballeros de la Reiksguard, vuestro emperador os llama! La muerte o la gloria nos espera, pero si morimos lo haremos como guerreros, con nuestras espadas en la mano. ¡Y creedme, no hay mejor muerte que esa!"

Kurt Helborg, Mariscal del Reik

La Gran Orden de la Reiksguard es el ejército personal y la guardia de honor del Emperador. Como Conde Elector, el Emperador tiene el mando directo de su propio ejército provincial, que en el caso de Karl Franz son los regimientos de Altdorf y de Reikland. No obstante, las unidades que mejor simbolizan su poderío militar son sin la menor duda los gloriosos caballeros de la Reiksguard. La Reiksguard forma un núcleo de tropas de élite completamente leales al Emperador muy bien entrenadas.

Equipada con las mejores armas y las más sólidas armaduras, la Reiksguard efectúa poderosas cargas y vuelve junto al ejército para seguir luchando.

La Orden[]

La Reiksguard está acuartelada en la comparativamente confortable Altdorf, aunque mantiene fortalezas listas para la batalla por todo el Imperio. La Orden fue fundada durante el reinado de Wilhelm III, el primer Emperador del linaje de los Príncipes de Altdorf. Todos sus miembros son devotos templarios de Sigmar y juran dar sus vidas para proteger al Emperador, a quien consideran la encarnación viviente de su dios.

Portada novela Reiksguard por Clint Langley

A lo largo de las décadas la Reiksguard se ha forjado una reputación legendaria de valor, en muchas ocasiones cargando sobre oponentes que harían huir a combatientes inferiores. Una y otra vez su valor estoico ha traído al Imperio grandes y sangrientas victorias, y el nombre de la Reiksguard es sinónimo de heroísmo desinteresado en todas las provincias de la nación.

Como beneficio por su prestigioso papel y su estatus de élite, los caballeros de la Reiksguard están equipados con las armas de la mejor calidad, cabalgando sobre poderosos y enormes caballos de guerra, con sus armaduras relucientes blasonadas con símbolos de alianza hacia el Emperador, todo esto a expensas de los cofres del Emperador y del Ejército Provincial. Todos los integrantes de la Reiksguard van enfundados en recias armaduras de placas forjadas por Enanos, tan pulidas que uno puede reflejarse en ellas. Estas armaduras son tan costosas, que cuando un caballero cae en combate, suele ser prioritario recuperar la armadura antes que el cuerpo del caballero.

Aunque conocida especialmente por su experta caballería, a diferencia de otras Órdenes de Caballería, la Reiksguard se divide en guerreros que combaten a pie y los que lo hacen a caballo. A pesar que la infantería no tiene la misma imagen imponente y glamourosa de sus homólogos a caballo, en el campo de batalla no dejan de ser una fuerza de combate igual de formidable y flexible.

A pesar de no ser muchos, los Caballeros de la Reiksguard forman la parte más importante del ejército del Emperador, pues son el símbolo de la nobleza del Imperio y de su poder marcial. Como tal, cuando una unidad de los Caballeros de la Reiksguard se dirige al combate, esta normalmente formará con orgullo en el centro de la línea de combate del Imperio, para inspirar mejor a los soldados comunes y garantizarles que gozarán de la bendición del Emperador.

El líder de la Reiksguard es conocido como el Mariscal del Reik del Imperio.

La Reiksguard en Altdorf[]

La orden es una fuente de orgullo para la ciudad. Cuando los caballeros van a la guerra o vuelven victoriosos, sus habitantes se alinean en las calles y les aclaman. Da gusto contemplar un desfile de la Reiksguard, con hileras de caballeros a pie y compañías de caballería desfilando en su brillante armadura, con las lanzas enhiestas y los estandartes ondeando al viento.

A título individual, los caballeros de la Reiksguard son menos populares. Muchos son arrogantes primogénitos de las familias predominantes del Imperio. Saben que forman parte de la élite militar y esperan que la gente les respete. Muchos creen que están por encima incluso de las reglas del resto de la nobleza. Viven una vida de constante entrenamiento y campaña, salpicada de socialización a los más altos niveles de la sociedad del Imperio. Ni que decir tiene que muchos carecen de don de gentes.

De vez en cuando, la Reiksguard se ve obligada actuar en la propia ciudad. El Emperador les ordenó sofocar los Disturbios de la Tasa de las Ventanas en 2502 CI, a pesar de las objeciones de Helborg. Evitaron el mismo papel en los Grandes Disturbios de la Niebla, pero los agitadores siguen afirmando que la Reiksguard salió a la calle y mató inocentes.

Funciones[]

Caballeros del Imperio por Karl Kopinski imagen caja
Caballero Reiksguard a Pie por John Blanche

Al ser las mejores tropas disponibles para el Emperador, los caballeros de la Reiksguard forman el núcleo de la Guardia Imperial, tanto en el campo de batalla como en otras funciones de estado. La Reiksguard siempre acompaña al Emperador en sus campañas y también durante las giras políticas y viajes diplomáticos, ya sea por el Imperio o en el extranjero, así como mantener fortalezas y sedes distribuidas por todo el Imperio, el más destacado de los cuales es el Castillo Reiksguard. Sin embargo, tampoco es extraño que el Emperador ponga una de estas unidades de renombrados guerreros a disposición de algún Conde Elector necesitado. Al hacer esto, el Emperador demuestra su apoyo personal hacia dicho Conde Elector de cara a la próxima batalla.

Aunque escasos en número, los caballeros de la Reiksguard son la parte más importante del ejército del Emperador, ya que simbolizan la nobleza y fuerza marcial del Imperio. Como tales, cuando una unidad de caballeros de la Reiksguard toma parte en la batalla, suele formar orgullosa en el centro de las líneas imperiales, a fin de inspirar mejor a los soldados de a pie y asegurarles que la bendición del Emperador está con ellos.

En batalla, la Reiksguard prefiere combatir en grandes regimientos, que es lo mejor para acobardar al enemigo con el esplendor de sus resplandecientes armaduras y plumas carmesíes. A lo largo de la historia del Imperio han acontecido muchas batallas en las que se ha conseguido la victoria gracias a una decisiva carga de la Reiksguard a caballo o una dura defensa por parte de la Reiksguard a pie, y los salones de sus cuarteles rebosan con incontables trofeos y estandartes enemigos ganados en el campo de bramante.

Estandarte Reiksguard

Los integrantes de la Reiksguard también forman parte de la Guardia del Palacio cuando el Emperador reside allí, un trabajo no demasiado glorioso pues pasan la mayor parte del tiempo manteniendo alejados a los cortesanos y nobles insistentes del Emperador cuando este desea privacidad, pues depende de su propia voluntad decidir cuándo quiere estar disponible y cuándo no. Con todo, hacer guardia en el palacio es uno de los más solemnes cometidos que existen dentro de la Reiksguard ya que siempre tienen que estar preparados para impedir cualquier ataque que atente contra la vida del regente. Cualquier negligencia, cualquier abandono del deber, cualquier acto temerario cometido durante este servicio se considera un acto de traición.

A pesar del poder e influencia potenciales que semejante reputación podría llegar a ofrecerles, la Reiksguard se mantiene como una organización totalmente al margen de la política, y siempre leal única y exclusivamente al Emperador reinante en ese momento, algo que le ha causado problemas en el pasado con otras Órdenes menos leales.

Alistamiento[]

Reiksguard cabalgando

Las filas de la Reiksguard están abiertas a todos los hombres jóvenes de noble cuna, sin tener en cuenta en qué ciudad o estado del Imperio hayan nacido. Cualquier guerrero puede esperar unirse a esta ilustre hermandad siempre que sea capaz de probar su lealtad al Emperador, y que sus proezas marciales alcancen las expectativas del Mariscal del Reik.

La Reiksguard está formada por hombres de todas las provincias, de tierras tan diferentes como Ostland, Nordland, Wissenland, y Ostermark, si bien más de la mitad de sus integrantes son naturales de la provincia de Reikland, que se enorgullece de tener al servicio del Emperador un número mayor de sus hijos nobles que cualquier otra provincia. Para los vástagos de la aristocracia de Altdorf no hay servicio más conveniente que una Orden de Caballería establecida dentro de sus propias murallas, y no hay otra Orden más prestigiosa que la guardia personal del Emperador.

Entrar en esta unidad se considera un gran honor social y militar entre la nobleza del Imperio, y por ello siempre hay una gran cantidad de candidatos intentándolo: barones, duques y condes se enorgullecen cuando sus hijos son aceptados en esta selecta hermandad. Gracias a esta constante afluencia, la Reiksguard puede permitirse el lujo de mantener los mayores requisitos de acceso, y siempre consigue a los mejores guerreros de todas las provincias del Imperio. En las filas de la Reiksguard militan los herederos de muchas de las casas nobles más ricas y poderosas del Imperio, por lo que a menudo incluye a los hijos de varios Condes Electores e incluso a miembros de la misma familia del Emperador.

Caballero Reiksguard a Caballo por John Blanche

Al principio, hay ciertos cierto roces entre los novicios debido a la impetuosidad y la falta de disciplina, así como animosidad entre los originarios entre las distintas provincias. Los reiklandeses, al conformar la mayoría de los miembros, forman un grupo cerrado que excluyen al resto de "provincianos", como llaman a los otros. Sin embargos, los maestros y tutores de la Orden se encargan de templar los ánimos y dirimir las diferencias a base de una estricta disciplina para que sus integrantes trabajen en equipo y se apoyen unos a otros.

Antes de convertirse en hermanos de esta gran orden, los novicios deben demostrar su valía en tres disciplinas: fortaleza de cuerpo, fortaleza de mente y fortaleza de espíritu. En la fortaleza de cuerpo se les enseña a luchar como un miembro de la Reiksguard en todas las circunstancias, a caballo, a pie, en la acometida de un regimiento, en combate singular, contra un solo oponente, contra muchos, cabalgar en formación... así como hacerles diestros con todas las armas del Imperio (no solo con la lanza y la espada) y tácticas para los diversos enemigos de la nación. Con la fortaleza de la mente se les enseña el pleno significado del deber de caballero, del honor, la justicia y de la lealtad para con el Emperador, así como también tener dotes de estrategia y tener una mente ágil para adaptarla a cualquier situación. Y por último, la fortaleza del espíritu, como su nombre indica, consiste en fortalecer el espíritu de los caballeros para que no sucumban al pánico ni al miedo en medio de una batalla, así como evitar las tentaciones y promesas insidiosas que le hagan desviarse del camino.

Después de un arduo entrenamiento y tras un ritual austero a la vez que mortal que finaliza con el Torneo del Emperador, los nuevos reclutas ingresan en la Reiksguard. Este evento se celebra anualmente durante los festivales de primavera de Altdorf. Los miembros recién armados caballeros recibirán sus despachos de manos del Mariscal del Reik, el mismísimo Gran Maestre de la Orden, tales como unirse a la escolta del Emperador, ocuparse en labores políticas o incorporarse a filas con formaciones que se dirijan a la guerra bajo el mando de un Conde Elector.

Círculo Interior[]

Incluso entre la élite suprema de los ejércitos del Imperio, hay algunos que superan a sus camaradas como héroes natos. Esto es cierto especialmente en los miembros de la Reiksguard encargados de proteger al Mariscal del Reik. Aunque solo son veinte guerreros a caballo, su presencia en el campo de batalla ha sido comparada a menudo con la de todo un regimiento de Tropas Estatales.

Organización[]

La estructura de la Reiksguard es como la de cualquier otra orden de caballería. En lo más alto está el Gran Maestre Helborg, que manda el ejército de caballeros y se sienta a la derecha del Emperador. Por debajo se encuentra el Círculo Interior, compuesto por los veinte caballeros más experimentados. Se les denomina caballeros comandantes y submariscales, y supervisan las fuerzas de la Reiksguard en todo el Imperio. El Maestre de la Casa Capitular, el Capitán del Reik Zintler, pertenece al Círculo Interior.

Por debajo del Círculo Interior están los preceptores, que tienen bajo su mando en combate a las banderas de hermanos caballeros. Después están los novicios, que deben someterse a un entrenamiento intenso, además de instrucción y pruebas antes de ser aceptados como caballeros de pleno derecho. Según las reglas de la orden, un miembro actual o antiguo de la Reiksguard debe proponer a cualquier novicio potencial basándose en su carácter. En la práctica, hay otras formas de negociar la entrada.

Tras ingresar, los hermanos caballeros sirven en el Palacio Imperial. Cuando luchan al lado del Emperador, a los caballeros se les denomina la Guardia Imperial. Karl-Franz ha reclutado recientemente un grupito de Guardias Imperiales (todos los cuales miden más de seis pies de altura) a los que llama los ‘Altos Yelmos’. A sus compañeros de la Reiksguard les preocupa que esté creando un Círculo Interior alternativo. Emperadores previos han temido el poder de la Reiksguard, por lo que quizá a Karl-Franz le preocupe lo mismo.

Oficialmente, la Reiksguard está por encima de la política, pero ninguna organización tan poderosa puede escapar a verse arrastrada a una u otra intriga. En Altdorf, todo el mundo ve a la Reiksguard como leal al Imperio de Sigmar, pero a los nobles de Middenheim y de Nuln les parece que es una fuerza para centralizar el poder en Reikland.

Subfacciones[]

El Fin de los Tiempos[]

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

El Fin de Todas las Cosas[]

Caballero de la reiksguard batalla del fin de las cosas por Dave Gallagher

Últimos supervivientes del ejército que el Emperador había liderado desde las ruinas de Averheim, la Reiksguard sentía el peso de la batalla venidera no menos que su comandante. En verdad, pocos comprendían verdaderamente la completa y horrible profundidad de las apuestas en juego. La mayoría sabía sólo que se les había dado una última oportunidad para hacer pagar al Elegido por la destrucción de su patria y la matanza de sus familias. Antes de entrar en las cavernas, cada último caballero había pronunciado un juramento de sangre de que lucharían hasta el final, sin importar los horrores que les esperaban bajo la Fauschlag.

Miembros Conocidos[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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