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Corte del Emperador - Herederos de Sigmar

Los reiklandeses patrióticos han llegado a ver el Imperio bajo el gobierno de la casa Holswig-Schliestein como tan rico, poderoso y estable que para ellos todos los gobiernos extranjeros son temporales, cuando no raros. Su Emperador personifica el ejemplo de Sigmar, por lo que su palabra debe ser ley y sus deseos, órdenes para sus súbditos. Porque, si la palabra del Emperador fuera cualquier cosa menos ley, ello sería una traición a los principios que han mantenido cohesionado al Imperio.

En realidad, pocos emperadores han tenido tanto poder. Circunstancias desesperadas y fuerza de voluntad han visto a hombres como Magnus el Piadoso ejercer su influencia contra poca oposición. La mayoría de quienes han ocupado el trono Imperial han tenido que equilibrar sus deseos contra los de grupos poderosos con agendas divergentes.

Algunos emperadores débiles del pasado han permitido a sus favoritos influenciarles abiertamente, han nombrado aduladores o incompetentes para sus consejos y han emitido edictos que las Haciendas Principales se han limitado a ignorar. Los emperadores sabios han sabido rodearse de expertos cualificados, capaces de complementar sus ideas y proporcionarles críticas constructivas. Estos consejeros y representantes han construido relaciones con sectas, gremios y comisiones para ganarse el apoyo popular y han sabido hacer ofertas que los poderes fácticos como las Haciendas Principales han encontrado difícil rechazar.

La Familia del Emperador y el Consejo Privado[]

Familia de Karl Franz por Victor Leza

Karl-Franz, su familia y sus consejeros más cercanos viven en la parte septentrional del Palacio Imperial. Aparte del propio Emperador, pocas de estas personas tienen papeles formales que desempeñar en el gobierno. Su trabajo consiste sobre todo en una u otra forma de administración o de acompañamiento. Incluyen tutores, favoritos y personal doméstico. Estas personas ejercen un poder enorme, puesto que Karl-Franz discute asuntos con ellos fuera de las reuniones formales y de las ocasiones de Estado.

Consejo Privado[]

Hay docenas de consejeros privados. Muchos de ellos se ocupan de tareas claramente menores, como asegurarse de limpiar el orinal del Emperador o de organizar su guardarropa. Y sin embargo, todos ellos son favoritos de confianza de Karl-Franz. Le gusta decir lo que piensa y pensar en voz alta cuando está en sus propios alojamientos, por lo que incluso el más aparentemente modesto de sus sirvientes es un diplomático experto y de confianza.

Enanos en la Corte[]

Kazadar Durginsson, del Clan Murodepiedra, es uno de los dos Enanos Imperiales que ostenta una posición significativa en la Corte Imperial. Bruni Gromsson, el anciano del barrio de Metallschlacke, es el otro. En su calidad de responsable de las defensas de Altdorf, Kazadar inspecciona de forma regular el estado de la muralla de la ciudad y su guarnición. Cada mes, envía informes meticulosos y sumamente apreciados a la atención del Gran Señor Mariscal del Reik.

También hay embajadores de los reinos enanos presentes en la Corte Imperial. Los más importantes son los que representan al Imperio enano de Karaz Ankor, así como las fortalezas enanas de Karak Norn y Karak Azgaraz.

Los Tres Consejos del Volkshalle[]

Cada día, docenas de asuntos reclaman la atención del Emperador, desde la política fiscal hasta las apelaciones de los prisioneros nobles que piden clemencia, pasando por la apertura oficial de la Gran Feria de Altdorf. Si bien Karl-Franz es famoso como estadista, su éxito se debe en gran medida a los equipos de consejeros (en su mayoría) leales y (ampliamente) competentes en quienes delega la gobernanza de su Imperio, su provincia, y su capital.

En particular, hay tres consejos que se reúnen de forma regular en las salas de reuniones públicas de Palacio, denominadas colectivamente el Volkshalle (volks halle = salón del pueblo). Los consejeros son individuos poderosos en quienes el Emperador confía para aconsejarle sobre cuál es la mejor política relativa a su área de experiencia, e incluso actuar en su nombre si estuviera ausente o indispuesto. El papel de los consejos es apoyar al Emperador, proporcionándole información relevante y planes constructivos para poner en marcha sus deseos. En buena lógica, un consejero podría plantear críticas de forma educada, pero sólo si a continuación sugiere soluciones y mejoras.

Consejo de Estado[]

El de Estado es el más influyente de los tres consejos. Su labor es aconsejar al Emperador sobre el estado de la nación, propiciar acuerdos entre el Emperador y los Condes Electores y tomar el pulso al estado de ánimo del país. Carece de poder formal. Mattheus II, abuelo de Karl-Franz, intentó una vez redactar una constitución que giraba alrededor del consejo, pero los Electores vieron esta iniciativa como una amenaza a su autoridad y rehusaron apoyarla.

El Consejo de Estado no ha sufrido cambio alguno desde que el Emperador asumiera el poder hace una década. Sus miembros son viejos, poderosos y están acostumbrados a salirse con la suya. Como su padre antes que él, el Emperador concede a cada uno de sus consejeros una ‘cartera’ amplia y un título oficial, y permite a dicho consejero ejercer plena autoridad en el área de influencia otorgada.

Consejo de Reikland[]

Consejo de Reikland - Manual Warhammer Fantasy 4º ed

Las reuniones del Consejo de Reikland tienen lugar cada semana en la Cámara Wilhelm del Volkshalle, para discutir asuntos importantes. Como quiera que la mayoría de miembros del Consejo tienen papeles muy importantes de que preocuparse relativos a sus propias haciendas y familias, es raro que más de seis de los grandes señores se reúnan a la vez. Uno de los privilegios de Karl-Franz como Gran Príncipe de Reikland es presidir las reuniones del Consejo, aunque lo hace en raras ocasiones.

Consejo de Altdorf[]

El tercero de los Grandes Consejos es también el mayor y el más sujeto a cambios. El Consejo de Altdorf se compone de coordinadores de Komission (que informan de los resultados de las pocas Comisiones de Altdorf), maestres gremiales (que abogan por los oficios que representan y controlan), capitanes de la guardia (que informan sobre las amenazas al orden y la seguridad públicas), sacerdotes (que hablan en nombre de sus respectivos cultos) y burgomaestres (que son los políticos en jefe de cada barrio de la ciudad).

Incluso para el secretario es difícil seguir el reparto de personajes que asisten a las reuniones del consejo de Altdorf, y la frecuente presencia de invitados de honor no ayuda a esta situación. Cualquier reunión en particular puede incluir una disertación de algún embajador extranjero, un teatrillo de venta de algún comerciante o algún ingeniero enano en busca de encargos para mejorar los muros o las alcantarillas de la ciudad. Incluso los caudillos de los Peces se han llegado a reunir con los consejeros (o al menos eso dicen los rumores) de forma altamente secreta. A pesar de estas vicisitudes, hay dos hombres que dominan la mayor parte de las reuniones.

Haciendas Principales[]

El poder de las Haciendas Principales no se debería subestimar, ni siquiera en lo que al gobierno local se refiere. El propósito formal del organismo es conceder a los Condes Electores voz en la política Imperial, una alerta temprana si el Emperador pretende actuar contra sus intereses y el poder de vetar de facto edictos Imperiales cuestionables.

La relación entre las Haciendas Principales y el Emperador no es enteramente formal. El Emperador está en su derecho de dar órdenes a los Electores y hacer que las tengan seriamente en cuenta, pero si los Electores no quieren obedecerlas, hay poco más que pueda hacer. La tradición dicta que los Electores deben proporcionar tropas al Emperador si éste quiere ir a la guerra, pero otras exigencias pueden ser ignoradas o directamente desafiadas, si los Electores presentan objeciones. Edictos impopulares del pasado, como la Tasa del Ancla de la Emperatriz Magritta, fueron puestas en práctica brevemente antes de ser abandonadas como inviables. Las Haciendas Principales anunciaron que los Electores no persistirían en recaudarla a pesar de las protestas de Magritta.

En general, Karl-Franz tiene buen cartel entre las Haciendas Principales. En lugar de dar órdenes, prefiere emplear poderes de persuasión más sutiles. La mayoría de Condes Electores tienen más motivos para desconfiar de sus pares que del Emperador. Por lo tanto, las Haciendas Principales no son actualmente el poder que podrían ser; sus miembros, siempre en disputa, actúan con cierta complacencia en su labor de controlar las decisiones del Emperador. Sin embargo, algunos sucesos recientes han generado preocupación. No se toman en serio el Edicto sobre los Mutantes, puesto que saben que carece de amplio respaldo. La reciente destitución por parte del Emperador de los Jungfreud de Übersreik ha provocado quejas. Las Haciendas Principales carecen de poder directo para evitar que el Emperador lleve a cabo semejantes acciones en Reikland, pero defienden ruidosamente los derechos de sus terratenientes nobles.

Komissiones[]

De vez en cuando en Altdorf se organiza una Komission, aunque la impresión general es que son impropias, de alguna forma, y tienden a ocuparse de trivialidades. El propósito declarado de una Komission es informarse acerca de cómo afectan a los ciudadanos los aspectos de la vida en la ciudad, como el sistema legal o policial, y qué se puede hacer para mejorarlos. Una Komission funcional reúne las opiniones de la población y después recomienda cambios sensibles en las políticas a la luz de sus hallazgos. En Altdorf, la mitad de las veces las Komisiones se crean para que fracasen, y que al hacerlo quede demostrada la eficacia de los privilegios aristocráticos. En la ciudad hay actualmente unas pocas Komissiones en funcionamiento, pero se consideran más como ‘una de esas cosas que hacen en Middenheim’.

Gremios[]

A menudo, los gremios funcionan como una ley en sí mismos, controlando a sus miembros, protegiendo sus intereses e intentando obtener concesiones de los diversos grupos políticos de la ciudad. Existen muchos y muy variados gremios que ofrecen aprendizaje y progresión de carrera a sus miembros… a cambio de un elevado precio en cuotas y favores. La entrada en un gremio permite a un individuo obtener la ciudadanía en Altdorf (sin lo cual no puede tener propiedades privadas intramuros) y, quizás, la posibilidad de entrar en uno de los muchos consejos de barrio. Algunos gremios son lo bastante poderosos como para esquivar algunos aspectos de la ley, habiendo obtenido el derecho a juzgar a sus propios miembros de forma privada si se les acusa de mala praxis profesional. Los gremios ofrecen diversos beneficios a sus miembros, desde pensiones y becas a servicios de búsqueda de pareja y fondos para viudas. Una persona podría fácilmente pasar toda su vida en un gremio, y raro es el día en el que las lealtades cambian sin que ello conlleve consecuencias.

Fuentes[]