Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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El delgado Gavius Klugge es un Hechicero Maestro Gris que ha sido miembro de la Orden Gris durante más de cincuenta años. Su viaje hacia las sombras le dejó una huella indeleble. Actualmente es un hombre nervioso e inquieto cuyos ojos grises oscuro se mueven constantemente de un lado a otro.

Descripción[]

Su introducción al Ulgu estuvo envuelta en horribles pesadillas. Al llegar a su décimo cumpleaños, visiones aterradoras nublaron las horas de vigilia del joven Gavius y atormentaron el poco sueño que pudo reunir. Gavius tenía sueños recurrentes del hueco de una escalera de caracol excavada en el sótano de una taberna. Estaba atormentado por sombras demoníacas, que lo conducían inexorablemente hacia el hueco de la escalera. Los sueños persistieron durante semanas, y el pobre Gavius casi se volvió loco por las pesadillas y la falta de sueño.

Su padre lo llevó al templo de Shallya, con la esperanza de que los sacerdotes pudieran ocuparse de sus problemas mentales. Al detenerse en una taberna en el camino para buscar sustento, Gavius reconoció de inmediato la taberna de sus sueños y se escabulló de su padre para meterse en el sótano. Nieblas arremolinadas rodeaban la entrada al hueco de una pétrea escalera de caracol.

Tras respirar profundamente, bajó las escaleras. El hueco de la escalera de caracol serpenteaba más y más profundamente en la tierra. La luz se desvaneció lentamente, y el chico vio las sombras demoníacas de sus sueños formándose en la oscuridad. Pero estaba más asustado por su padre y por lo que podría hacerle si regresaba, por lo que el joven siguió adelante, descendiendo cada vez más. Pasaron las horas mientras Gavius descendía, ahora en completa y total oscuridad. Justo cuando el miedo se apoderó de su garganta y consideró dar marcha atrás, Gavius salió al suelo de piedra lisa y pulida.

Una luz gris sucia se filtró desde arriba y se encontró de pie en el centro de un gran salón. Cuatro hechiceros en sólidos bancos de madera lo miraban desde lo profundo de sus capuchas de color gris oscuro. Uno se acercó a Gavius con una espada larga y delgada en la mano. Gavius no se inmutó, de pie allí en un estado de ensueño. El hechicero se inclinó, ató la espada a la cintura de Gavius y le susurró al oído.

"El sueño ha terminado, Gavius. Abre los ojos. Has despertado de verdad".

Fuente[]

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