Garrapato Colosal

Bestias sin mente con deseos simples, los Garrapatos Colosales son, sin embargo, criaturas difíciles de controlar. La mayoría sirven brevemente como mascota favorita de un ambicioso chamán goblin antes de escapar, algunos tras devorar a su antiguo amo. Son muy parecidos a sus primos más pequeños, más allá del hecho obvio de que son mucho, mucho más grandes.

Descripción[]

Las insólitas, inverosímiles y a menudo bastante desquiciadas criaturas conocidas como Garrapatos son extrañas bestias medio fungoides, medio cacho de carne, que se reproducen y se multiplican en simbiosis con los pieles verdes, una raza brutal y bélica que incluye a los Orcos y los Goblins, allí donde se asientan. Las tribus de pieles verdes conocidos como Goblins Nocturnos por los que han tenido la desgracia de toparse con ellos, son particularmente adeptas a la cría de estos retorcidos monstruos, manteniéndolos en lo profundo de las cuevas y túneles cerca de donde los Goblins tienen sus guaridas.

Estas sucias y crueles monstruosidades varían enormemente de tamaño, desde pequeñas criaturas no más grandes que un gato hasta bestiales garrapatos cazadores y monstruos trituradores que los Goblins Nocturnos utilizan como peligrosas e inestables bestias de guerra, pasando por el temido Garrapato Cavernícola Gigante, que es guiado a la batalla para que devore a los enemigos en masa. Pero ninguna de estas criaturas es capaz de competir con el tamaño de los Garrapatos Colosales, que habitan en las profundidades de las Montañas Grises y Las Cuevas.

Un Garrapato Colosal es una bestia que, por gran resistencia o simple olvido, no ha dejado de crecer. Estos gigantescos monstruos esféricos son de un tamaño aterrador y poseen apetitos insaciables ya que, en general, su cuerpo no es más que un buche imposiblemente grande con unas fauces cavernosas repletas de filas y filas de dientes afilados como cimitarras. La mayoría de las veces son criados por chamanes goblin particularmente ambiciosos, aunque de vez en cuando surgen ejemplares salvajes de cuevas desconocidas después de haber terminado de devorar a sus parientes más pequeños. Aunque a distancia su apariencia es algo ridícula, de cerca son cualquier cosa menos eso, devorando regimientos enteros de piqueros antes de huir para sembrar el caos tras sus propias líneas.

Estos monstruos son casi imposibles de controlar, y ya no digamos de entrenar, y para que sean vagamente manejables un Chamán de los Goblins Nocturnos debe recurrir a carne drogada (a menudo de vivos y desafortunados “voluntarios” Goblins), o a hechizos lo suficientemente potentes que les permitan superar los primitivos instintos que impulsan a estos seres a recorrer el mundo subterráneo, devorando cualquier cosa de aspecto apetitoso, sin importarle su forma y tamaño, que se cruce en su camino.