
Las Fortificaciones de los Elfos Silvanos generalmente están formadas por varios árboles gigantescos huecos en su interior, comunicados entre ellos a la altura de las ramas mediante pasarelas. Los elfos silvanos utilizan su habilidad de cantar a los árboles para que las ramas al crecer formen plataformas y pasarelas. Estos árboles mantienen su follaje, ocultando estas fortificaciones de la vista. Los troncos de los árboles son tan gruesos, que en su interior pueden vivir un gran número de Elfos.
Descripción[]
Las puertas y ventanas quedan disimuladas como si fueran grietas y nudos del tronco del árbol, por lo que es muy difícil distinguirlas. Desde ellas los guerreros Elfos son capaces de realizar ataques por sorpresa y retirarse rápidamente a la fortificación, sin que el enemigo llegue a saber de dónde ha salido el enemigo o por dónde se ha marchado. A las plataformas superiores también puede accederse mediante escaleras de cuerda y lianas.
El Bosque de Yrilliath contiene una muralla arbórea creada mediante el Cántico de los Árboles. Este proceso permite crear un efecto de enrejado similar al mimbre, pero mucho más resistente, y como está formado de madera viva, va haciéndose más y más fuerte a medida que el árbol va creciendo y haciéndose más viejo.
Leyenda del Bosque de Yrilliath[]
Tres formidables árboles unidos como si sólo fuera uno.
A su alrededor hay numerosas enredaderas entretejidas.
Invisibles, las grandes salas de Yrilliath se extienden entre su frondoso follaje.
Siete docenas de arcos pueden disparar desde la Sala del Olmo.
De las leyendas de la Estirpe del Olmo.
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Fuente[]
- Suplemento: Asedio (5ª Edición), pág. 83.