Los Espectros son criaturas fantasmales y encapuchadas que habitan en los reinos de Pesadilla, atormentando los sueños de los hombres. Se cuentan entre los más temidos de todos los No Muertos. Como carecen de una forma física, no pueden morir a causa de un golpe asestado por un hacha, espada o martillo e incluso los guerreros con más fe no logran ahuyentar a estas criaturas fácilmente. Y lo que es peor, la caricia gélida de un Espectro absorte la esencia vital de los mortales. Un Espectro es capaz de alcanzar el cuerpo de un adversario y apretar sus garras heladas alrededor de los órganos vitales de su víctima, alcanzando el alma del hombre con escalofríos muy dolorosos.
Antes de la fundación de los Colegios de la Magia, los hombres sabían poco de las artes mágicas. Durante miles de años se veía a los sabios hombres tribales, videntes, curanderos, astrólogos y magos escapistas con sospecha, aversión o miedo. Solo los que tenían una naturaleza rara o una mentalidad creativa podían usar los Vientos de la Magia con relativa seguridad. Para la mayoría, la única magia que podía utilizarse era la impredecible de los chamanes o la efectuada mediante rituales complicados. Muchos no se percataron de los peligros inherentes a la magia. Poco a poco, la hechicería fue corrompiéndolos y; a medida que se sumergían en la Magia Oscura, los hechiceros aprendieron a prolongar sus vidas durante décadas e incluso siglos.
La mayoría de estos buscadores de la inmortalidad consiguieron preservar sus espíritus, aunque no sus cuerpos. La corrupción se apoderó de sus cuerpos mortales, pudriéndolos mientras ellos trataban desesperadamente de alimentarlos. Sin una forma corpórea con la que hablar, los hechiceros se convirtieron en espíritus errantes, ataviados únicamente con sus sudarios mortuorios. A medida que su vínculo con el mundo mortal se debilitaba, estas almas errantes se vieron atraídas hacia lugares de dolor, donde permanecían alimentándose de la pena de los dolientes. Corno no estaban realmente vivos pero tampoco podían morir, se convirtieron en sombras escalofriantes atrapadas entre este mundo y el siguiente, unos espíritus miserables que buscan el calor y la carne de los mortales. Unidos al reino mortal mediante tumbas y túmulos, y ataviados con túnicas de negra oscuridad, estos espíritus se convirtieron en Espectros.
Los Espectros son tan antinaturales que su simple presencia basta para inundar el aire de terror e, incluso los veteranos soldados imperiales tiemblan ante la simple visión de un Espectro; la mayoría de gente que los ha visto ha enloquecido presa del miedo poco antes de morir. Aunque los Espectros poseen una voluntad trémula, existen rituales ancestrales por los que los Vampiros más viejos pueden convocar a estos espíritus inquietos para unirlos a su ejército. Solo cuando el ritual es entonado al revés sílaba a sílaba, los Espectros regresan al lugar de su muerte.
Los Condes Vampiro unen a los Espectros a su servicio, usándolos como tropas de choque contra los vivos. Acompañadas de unidades de guerreros inmortales, estas o criaturas siniestras se deslizan por el campo de batalla con túnicas hechas harapos ondeando por los vientos etéreos ya que las flechas, proyectiles y virotes no les causan daño alguno. Como su movimiento no se ve entorpecido por las balas de cañón o las llamas, los Espectros pueden acercarse a su presa, localizando y destruyendo al enemigo con un simple susurro.
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Fuente
- Ejércitos Warhammer: Condes Vampiro (8ª Edición).