
Los Enanos Nórdicos penetraron en las montañas de Norsca hace tanto tiempo que a lo largo de los siglos han desarrollado una cultura y un lenguaje ligeramente diferente de los de los Enanos que viven más al Sur. En muchos aspectos se parecen a los humanos de Norsca en sus expresiones, artes y temperamento... o quizás sean los humanos Nórdicos los que se han visto influenciados por los Enanos.
Los Enanos Nórdicos tienen fama de estar aún más locos que cualquier otro Enano; algo que, en gran parte, es achacado a la proximidad de sus fortalezas a los Desiertos del Caos y a los humanos adoradores del Caos del frío Norte. Los Enanos Nórdicos también son famosos entre los de las otras fortalezas por su habilidad para beber, realizando concursos anuales para establecer el mayor eructo de cerveza. También son famosos por contar entre ellos con una peculiar variante de Matadores, llamados “Berserkers” por los humanos: Enanos tan deshonrados y embargados por la pena que se afeitan la cabeza y cargan a la batalla echando espumarajos por la boca, decididos a conseguir una gloriosa muerte a manos del enemigo.
Historia[]
Durante la época anterior a la llegada del Caos, los Enanos iban extendiéndose por las Montañas del Fin del Mundo procedentes del sur, hasta que finalmente llegaron al extremo norte, una tierra desolada poco atractiva para los Enanos por sus escasez de vetas de minerales. Llegados a ese punto, la mayoría de los clanes Enanos dieron media vuelta, pero algunos de los clanes más audaces siguieron adelante. Algunos se dirigieron al este en dirección a las Montañas de los Lamentos, mientras que los clanes que darían lugar a los Enanos Nórdicos se dirigieron a las Montañas de los Gigantes (en Khazalid: Grontlelug), adentrándose en lo que hoy se conoce como Norsca. Aunque alejados de sus parientes en las Montañas del Fin del Mundo, seguían manteniendo contacto con ellos.
Cuando Grungni lanzó su advertencia sobre la inminente catástrofe desatada por la llegada del Caos, sus mensajeros llegaron a tiempo para advertir a sus hermanos del norte sobre la inminente catástrofe justo en el momento en que los Portales empezaron a colapsarse. Cuando los Enanos del Norte abrieron sus minas selladas y volvieron a la superficie, se vieron rodeados por las bestias del Caos y separados de sus parientes del sur. Se enviaron algunas expediciones para tratar de encontrar una ruta hacia las fortalezas sureñas, pero siempre se vieron obligados a retroceder. Debido a que, por aquel entonces, las fuerzas del Caos parecían estar concentradas en extenderse por el sur, apenas prestaron atención a aquellos Enanos. Sabiendo que esta situación no podía durar, los Enanos reforzaron sus fortificaciones, y esperaron.

Cuando se produjo el ataque, fue de una gran ferocidad. Las fortalezas periféricas fueron invadidas, pero consiguieron ralentizar el avance de los monstruos del Caos. Los guerreros Enanos se retiraron, engrosando las filas de los defensores en las principales fortalezas norteñas. Fortaleza tras fortaleza, batalla tras batalla, las fuerzas del Caos se debilitaban y su avance se ralentizaba. La guerra se prolongó durante años y ninguno de los bandos conseguía ganar terreno. Entonces, una noche, una tormenta inusualmente poderosa desató su furia sobre los combatientes, obligando a todos a buscar refugio. A la mañana siguiente, bajo un cielo despejado, los Enanos se encontraron con que las repugnantes criaturas del Caos se habían retirado de sus puertas. Los grupos de exploradores apenas encontraron rastros del enemigo, salvo alguna que otra banda aislada, que era aniquilada rápidamente. Más hacia el sur, sin embargo, los Enanos encontraron con partidas de guerra más poderosas y numerosas criaturas retorcidas del Caos que se interponían entre ellos y el Viejo Mundo. Se encontraban a salvo, pero todavía estaban aislados de los suyos.
Aunque la presencia del Caos fue una amenaza constante, aquel aislamiento benefició a los Enanos Nórdicos en cierto sentido. Mientras se recuperaban lentamente de las perdidas sufridas no se vieron envueltos ni en la Guerra de la Venganza y ni en las Guerras Goblins, por lo que no sufrieron sus destructivas consecuencias. En contrapartida, no tuvieron un desarrollo en ingeniería militar y civil tan importante como sus parientes del sur.
Las primeras tribus humanas llegaron a la tierra que más tarde se convertiría en Norsca más o menos al mismo tiempo que Karak-Ungor y Karak-Varn caían ante a los pieles verdes, cruzando el Mar de las Garras en barcos que estaban apenas en condiciones de navegar. Los registros históricos hacen una breve mención de su llegada, y señalan que los recién llegados eran pocos en número, y empleaban herramientas y armas de piedra y madera. Los Enanos Nórdicos evitaron todo contacto hasta que estuvieron seguros de que aquellos seres humanos no estaban al servicio del Caos. Con el tiempo, inevitablemente, acabaron estableciendo contacto, y las dos razas empezaron a desarrollarse. Sus culturas se influenciaron mutuamente; sus estilos artísticos se volvieron similares, y descubrieron que compartían valores como la importancia del clan, una naturaleza independiente y amor por la bebida, la lucha cuerpo a cuerpo y los poemas muy largos.
Por desgracia, la influencia del Caos empezó a distanciar a las dos razas. Debido a su proximidad con los Desiertos del Caos, los Nórdicos empezaron a venerar a los Dioses del Caos. Algunas de las tribus nórdicas resistieron esta "sumisión" a los poderes de la oscuridad, pero finalmente fueron obligados a emigrar a tierras más seguras al sur. Por lo tanto, las migraciones entre el siglo VI y finales de los siglos VIII y IX C.I. a la costa norte del Imperio se deben a esta presión, así como la más conocida migración de la tribu de los Ropsmann a la región de Erengrado alrededor del 1500 CI.
La buena relación que una vez existió entre los Enanos Nórdicos y sus vecinos humanos fue sustituida por inquietud y desconfianza. Los Enanos suspendieron toda actividad comercial con sus vecinos, y comenzaron a fortificar sus fortalezas. Destruyeron los senderos que conducían de sus asentamientos y minas, y erigieron enormes pilares de arenisca alrededor de sus fronteras, con una poderosa Runa Magistral inscrita en cada una de ellas, para proteger los territorios Enanos dentro de sus fronteras. Aunque ahora se encontraban aislados, los Enanos Nórdicos sabían que solo era cuestión de tiempo que aquel poder protector se viese sobrepasado. Por ello, construyeron el Ungruvalk, un camino subterráneo desde Draksfjord hasta el río Dypvann (en Khazalid: Dumaraz), que separa el sureste de Norsca del Territorio Troll. En el año 2292, los Enanos completaron el camino con entradas custodiadas en ambos extremos. Ahora las naves de los Enanos Nórdicos podían viajar hacia el Mar de las Garras sin tener que circunnavegar toda Norsca.
Durante la Gran Guerra contra el Caos, en el año 2302 CI, las fuerzas de los Enanos Nórdicos navegaron a través del camino subterráneo desde el puerto de Sjoktraken hasta el Mar de las Garras, donde hostigaron los flancos de las hordas del Caos que descendían sobre Kislev. Y fue entonces, durante la Batalla del Bosque de Grovod, cuando los Enanos Nórdicos se reencontraron con los Enanos de Karaz-Ankor por primera vez después de casi 7.000 años. El responsable de este reencuentro fue el sobrino del Gran Rey Alriksson, que poco después sucedería a su tío con el nombre de Thorgrim Custodio de Agravios, y que desde entonces ha intercambiado anillos de hermandad con muchos de los reyes Enanos de Norsca, incluyendo al Gran Rey de Kraka Drak, Thorgard Cromson.
Asentamientos[]
Las Montañas de los Gigantes tienen ricos yacimientos de hierro, metales nobles (principalmente de plata) y piedras preciosas, y los valles tienen grandes depósitos de ámbar. Las costas montañosas están cubiertas por bosques de coníferas, y los ríos y las aguas costeras están repletas de peces. La enorme población de Gigantes y Trolls atraen a Matadores de todo los rincones del Viejo Mundo. Fue en esta tierra de abundancia donde los Enanos Nórdicos construyeron sus cuatro magníficos fortalezas: Kraka Drak ("Fortaleza del Dragón"), Kraka Dorden ("Fortaleza del Trueno"), Kraka Ravnsvake ("Fortaleza Nido de Cuervos"), y Kraka Omsmotek ("Fortaleza Pico del Águila"). Otra fortaleza conocida por su rivalidad con Kraka Drak es Khazid Ravin (probablemente "Fortaleza del Cuervo").
Las fortalezas de los Enanos Nórdicos son más pequeñas que sus contrapartidas de las Montañas del Fin del Mundo, pero no por ello menos impresionantes. Los Enanos Nórdicos emplean más madera en la construcción de sus fortalezas que sus parientes del sur, con una buena parte de la fortaleza construida en la superficie. Cada fortaleza tiene un Gran Salón en la parte superior (es decir, en la superficie), que se utiliza para fiestas y audiencias con sus vecinos humanos. Por debajo de las fortalezas se encuentran las minas de los Enanos Nórdicos, que se van expandiendo por las montañas circundantes. El comercio anteriormente próspero con las ciudades y pueblos de los Nórdicos ha dejado de existir, siendo sustituido por el comercio con los territorios más al sur, donde los productos Enanos tales como la metalurgia, la joyería y las armas se intercambian por textiles, productos agrícolas, pescado y productos de lujo.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Enanos (4ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Enanos (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Enanos (8ª Edición).
- Warhammer Fantasy JdR: Dwarfs - Stone and Steel (1ª Ed. Rol).