Elthuir Tarai es un cerro solitario de roca negra que emerge abruptamente de la hierba amarilla, ubicado hacia el norte de la Gran Floresta de Nagarythe, Urithelth Orir, a menos de una jornada de marcha de Ealith, en la región de Nagarythe cercana a Tiranoc. El cerro se ubica próxima a un arroyo de aguas turbulentes donde descansan las piedras que antañon pertenecieron a un molino, y en la cumbre del cerro puede distinguirse un monolito blanco derribado que contrasta con la negrura del peñasco.
La región cercana a Elthuir Tarai, pese a discurir cerca del camino que recorre Nagarythe desde el Naganath hacia el nordeste, parece estar abandonada. Nadie vive allí y diseminadas en la tierra pueden apreciarse los restos de granjas viejas y torres que parecen haber sido estrujadas por el puño de algún diós. Na hay carretera, ni el más minúsculo camino o sendero por el que unos viajeros puedan desplazarse.
Según las palabras de Elthyrior (un heraldo negro que acompaña al ejército de Malekith en su primera expedición a Nagarythe contra las Sectas del Placer), el cerro fue el primer lugar donde Aenarion el Defensor empuñó por primera vez en batalla la Matadioses. Elthyrior afirma ser nieto de Menreoth; un príncipe que luchó junto al rey, cuyas tierras habían sido la ciudad de Tir Anfirec, (ubicada sobre la Elthuir Tarai) y las granjas y praderas aledañas, actualmente abandonadas y despobladas desde hace siglos.
Elthyrior afirma que el motivo de que la región se encuentre desolada se debe a los hechizos viles y la sangre sobrenatural de los demonios se filtro en la tierra y la corrompió. La inmundicia demoniaca contaminó campos y ríos. La magia negra empapó cada partícula, raíz, y hoja. La fiebre mató al ganado, los bebés nacían muertos, y ninguna vida floreció, haciendo que la ciudad se marchitara como una planta privada de agua. Caledor acudió a la ciudad, y colocó una piedra magnética como parte de su "Gran Esquema", para crear el vórtice. Esa monolito drenó la energía negra de los demonios y a lo largo de los siglos la vida fue regresando lentamente. No lo suficiente para que la ciudad fuese repoblada por elfos, pero si para que brotaran briznas de hierba y anidaran algunos insectos. Así fue, al menos, hasta cincuenta años antes de la primera expedición de Malekith a Nagarythe, cuando los seguidores de los Cultos del Exceso y el Placer se presentaron en el lugar y derribaron el monolito. Desbaratando así los encantamientos, y permitiendo que la magia negra regresase y se acumulase en la región. Elthyrior afirma que aunque los viejos sabios de Saphery o los naggarothi puedan restaurar el monolito, la vida nunca volvera a Elthuir Tarai, pues en ese cerro Aenarion selló su pacto con Khaine, y el Señor del Asesinato no compartirá sus tierras con otros.
Fuentes
- Trilogía de la Secesión: Malekith