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La condesa Elise Kreiglitz-Untern es una noble de Talabheim que ha ampliado su alcance político con la desaparición del Conde Elector Helmut Feuerbach.

Descripción[]

La familia Kreiglitz-Untern era rica y poderosa incluso antes de la curiosa desaparición de Feuerbach. La llegada de la Condesa al poder, para un observador externo, fue rápida y concisa. Sin embargo, los que la conocen saben que su incremento de poder no estuvo exento de crujir de dientes y amenazas de muerte. Las maquinaciones para proponer a Elise parecieron tener lugar, de hecho, en el momento en el que el Conde dejó Talabheim para luchar contra las hordas del Caos. Ella y sus cortesanos niegan las acusaciones, y los que acusan demasiado alto han sido el blanco de terribles campañas de desprestigio o contraen una misteriosa y letal enfermedad.

La Condesa es una mujer de baja estatura, corpulenta y de rasgos poco atractivos, siendo el blanco de muchas bromas antes de su asignación al puesto más alto de la ciudad. A pesar de su apariencia, la Condesa posee una mente astuta y una profunda comprensión de cómo funciona realmente la política en la ciudad. Se contenta en permitir a sus detractores que calumnien su aspecto, dejando que crean que es estúpida, ingenua o simplemente incapaz de gobernar una gran ciudad. Esto ha funcionado a su favor, permitiéndole ver a través de felicitaciones no sinceras y conductas serviles.

La Condesa sustituyó a la mayoría de la élite gobernante con personas competentes de su confianza, una decisión que enojó de sobremanera a las casas nobles. Soltera, la Condesa ha rechazado hasta ahora todas las proposiciones que ha recibido, aunque hay rumores de un enlace con Joerg Hafner, el actual Señor Cazador de la milicia de la ciudad y comandante de los Elegidos de Taal. Para disgusto de los nobles, los plebeyos adoran a la Condesa y alaban su sensata actitud y políticas públicas decentes. Los campesinos gritan con júbilo su nombre durante los bulliciosos brindis, y sus excepcionales apariciones en las calles generan los aplausos de los transeúntes que la ven.

Fuente[]