Las Elfas Oscuras son tan peligrosas como sus congéneres masculinos, y tan buenas guerreras como ellos, luchando codo con codo en las batallas. Las más salvajes son las Elfas Brujas, las más fervientes acólitas de Khaine, el Señor del Asesinato. Son las más crueles de su despiadada raza, las más sanguinarias, y las más bellas.
Las Elfas Brujas solo viven para satisfacer las demandas de Khaine de sacrificios cruentos y atroces. Su devoción hacia el Señor del Asesinato es sangrienta; arrancan el corazón del pecho a sus víctimas y lo arrojan aún palpitante al fuego, embadurnan cuerpos que se agitan en runas rojas de sangre, y engalanan los altares con las entrañas de sus cautivos moribundos.
Descripción[]
Los Elfos Oscuros rinden culto a muchos dioses oscuros y prohibidos, pero de todos ellos el más importante es Khaine, el Dios del Asesinato. Khaine representa el mayor culto de la sociedad Elfa Oscura, gobernado por sacerdotisas denominadas reinas brujas, las señoras de las esposas de Khaine. Khaine exige sangre y un sacrificio agónico porque es el dios de la muerte y el sufrimiento. Cada ciudad oscura tiene al menos un templo consagrado a Khaine y hay un templo de Khaine en cada Arca Negra.
El templo más grande se halla en Har Ganeth donde día y noche se hacen sacrificios constantes al Dios de la Mano Ensangrentada. Allí, las Elfas Brujas se inducen a sí mismas a entrar en un fervor místico en ceremonias brutales mientras arrancan los corazones de los pechos de sus víctimas y los lanzan a braseros de hierro encendidos, se embadurnan runas de Khaine en sus cuerpos con la sangre de sus víctimas y decoran los altares de su maestro sediento de sangre con huesos y entrañas.
Las Elfas Brujas reciben también el nombre de Maibd, Esposas de Khaine. Siendo doncellas élficas, sus sirvientas se casan con él durante un ritual de sacrificios de sangre y crueles excesos que tiene lugar a medianoche. Cuando los fuegos del templo arden con mayor intensidad y la noche es oscura y fría, Khaine toma nuevas esposas, y los torrentes de sangre fluyen por los escalones que llevan a su altar. Sólo las más fuertes y gráciles son elegidas para honrar a Khaine de esta forma.
Su cadavérica belleza es legendaria incluso entre los hermosos Altos Elfos de Ulthuan. Su inmaculada piel es pálida como la leche, y sus cabellos son blancos como el hielo u oscuros como la noche. Sus despiadados ojos son pálidos y sus bocas rojas están siempre prestas a reír ante el dolor de los demás. Muchos están dispuestos a morir (y, verdaderamente, lo hacen) con tal de ver una sonrisa en los labios rojo sangre de las Elfas Brujas. Es mejor no desear la caricia de una Bruja, pues una esposa de Khaine ha consagrado su vida al servicio del Señor del Asesinato y Khaine es un dios celoso que no está dispuesto a compartir a sus elegidas.
Pero las ceremonias solo son una parte del culto de las Maibd, cuando su señor convoca a los Elfos Oscuros para la batalla, las Elfas Brujas afilan sus espadas y marchan a la guerra junto a los ejércitos del Rey Brujo dispuestas a probar su valía ante los ojos de su dios. Para las esposas de Khaine, los campos de batalla no son sino otro templo de Khaine, los gritos de los soldados agonizantes son plegarias en honor del dios de la mano ensangrentada, y las batallas simplemente otra oportunidad de llevar a cabo sacrificios de sangre en su nombre. En batalla son igual de despiadadas y se las considera las criaturas más crueles de todos los Elfos Oscuros, y también las más sedientas de sangre.
Antes de que empiece la batalla, las Elfas Brujas beben una mezcla de sangre y hierbas venenosas que provocan en ellas una enloquecida furia asesina. No utilizan escudos ni ningún tipo de armadura, pues en este estado de comunión con su dios, a las Elfas Brujas ya que no les preocupa su propia protección ni piensan en defenderse, solo desean despedazar a sus enemigos en una masacre orgiástica y sanguinaria, y armadas con afiladas espadas y largos cuchillos con el filo impregnado de veneno. No hay ninguna elegancia en su asalto, nada más que un vendaval de hojas emponzoñadas que rajan al enemigo con una furia desquiciada.
Una vez que la batalla ha empezado, las Elfas Brujas se lanzan completamente enloquecidas sobre sus enemigos en una tormenta de hojas envenenadas, aullando con lujuria, buscando desesperadamente saciar su deseo de matar. Mientras rompen huesos y desgarran la carne, ríen como posesas, y sus pálidos cuerpos quedan cubiertos por la sangre derramada durante la batalla. Los enemigos desafortunados que no sucumben a sus heridas son rematados por las Elfas Brujas cuando la batalla ha finalizado, elegidos como víctimas que se sacrificarán a Khaine. Estas pobres almas son desgarradas en salvajes celebraciones de victoria y su sangre se utiliza como ofrendas de agradecimiento a su dios, renovando continuamente su siniestro pacto con el Señor del Asesinato.
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Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (4ª Edición), págs. 28-29, 36.
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (6ª Edición), pág. 10.
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (7ª Edición), pág. 50.
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (8ª Edición), pág. 46.
- Total War: Warhammer II.