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* La Secesión: Malekith
 
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Revisión del 22:40 2 ene 2020

Ealith es una antigua fortaleza ubicada al sur de Anlec, en la parte oriental del reino. Se trata de una de las puertas erigidas por Aenarion para proteger el camino que recorre Nagarythe desde el Naganath, avanzando hacia el nordeste hasta llegar a Anlec.

Se llega a la fortaleza atravesando el Naganath en la frontera sureste de Nagarythe con Tiranoc y avanzando hacia el nordeste. Avanzando hacia el nordeste tras pasar un pueblo, se accede a un tramo que avanza hacia las montañas, avanzando cuesta arriba ininterrumpidamente durante varios kilómetros, hasta alcanzar una densa arboleda llamada Athel Sarui. Más adelante la carretera gira y abandona el bosque, hasta llegar en unas horas a un profundo barranco, desde donde se divisan los dominios septentrionales de Nagarythe, conocidos como Urithelth Orir. Desde aqui el camino gira hacia el norte como una flecha atravesando suaves repechos y declives, numerosos arroyos y puentes anchos. Al oeste de este punto a dos días de marcha se erige Enith Atruth (que también dista a dos días de marcha de Ealith al norte), mientras Ealith solo está a una jornada a caballo de distancia hacia el norte. La marcha continua por el camino principal aunque también es posible avanzar por un camino más discreto que serpentea hacia el norte desde la cresta de una colina. El sendero en cuestión se trata de un camino de cabras lleno de maleza que cruza una seria de pequeñas colinas bañadas por la sombra agigantada de las montañas mientras varios riachuelos y arroyos atraviesan el camino, permitiendo que crezcan matojos de arbustos bajos y macizos espesos de hierbas resistentes en el ligeramente fertil suelo. La peligrosidad del terreno imposibilita una marcha rápida por esta zona, siendo a veces necesario marchar en fila de uno. La marcha conduce hasta los alrededores del cerro de Elthuir Tarai, donde se levantaba la antigua Tir Anfiroc, y más adelante el paisaje se vuelve mucho más agradable. Cubierto por una alfombra de hierba amarilla que sobrepasa la altura de las rodillas, el terreno se extiende a lo largo de una monótoma pradera que contrasta con los tenebrosos páramos anteriores. Tras pasar este terreno se llega en unas horas a la fortaleza al norte.

Ealith se levanta sobre un espolón rocoso solo accesible por un paso elevado dominado por torres y murallas. La fortaleza ha permanecido abandonada durante siglos y sus secretos cayeron en el olvido salvo para unos pocos entre ellos Malekith y los Heraldos Negros. El hecho es que Ealith tiene otra entrada consistente en un pasadizo excavado en la roca que comunica la ciudadela con el exterior. Excavado con la intención de que las tropas defensoras pudieran salir y atacar a las fuerza sitiadoras por la retaguardia, tiene la entrada de una cueva a casi un kilómetro de las murallas.

La fortaleza está erigida sobre un enorme montículo que se eleva varias decenas de metros sobres los pastos que lo rodean. En la penumbra puede distinguirse en lotananza la figura de la ciudadela, iluminada por las hogueras que arden en el interior y confieren a las murallas un resplandor amarillo y rojo. En la torre se divisan sombras danzarinas. Una torre delgada se estira por encima del pináculo más alto, hasta alcanzar las estrellas, sus estrechas ventanas arrojan una extraña luz verde que ocasionalmente parpadea fugazmente.

Hay una pequeña y densa arboleda cercana a Ealith. En el centro de la arboleda se levanta un enorme roble, tan imponente como una torre de vigilancia. En el espacio que media entre dos raices, donde solo parece haber tierra y árbol se ubica una cavidad de la anchura y la altura de una puerta de entrada a una ciudad. La raices del arbol se convan para formar un dintel a modo de arco, y al otro lado se extiende un pasadizo, con la paredes cubiertas por paneles de piedra gris y de una altura suficiente para que unos jinetes montados lo atraviesen en columna de tres en fondo. Mientras se avanza en el sinuoso pasadizo hacia las entrañas de la tierra, los paneles de piedra no tardan en dar paso a la roca desnuda tallada con esmero pero con sencillez por manos desconocidas. La galería empieza a ascender y gira a la derecha para iniciar una espiral cerradisima, que va estrechándose, hasta que se hace necesario avanzar en fila de uno durante un pequeño tramo. Cuando el pasadizo se nivela de nuevo, a la altura de los muros interiores de Ealith, vuelve a ensancharse y permite el paso simultáneo de cinco caballos. Enfrente no tarda en alzarse un muro de roca desnuda en el que no se distingue ninguna puerta ni abertura. Para salir del pasadizo es necesario hacer uso de un conjuro y conocer las runas mágicas que hacen que la sólida roca desnuda de paso a una abertura, del tamaño suficiente para permitir que un jinete montado pase sin dificultad hasta el patio de armas de Ealith.

En el patio de la fortaleza de altos muros muros y pavimentado con baldosas blancas, una docena de fuegos arden en braseros de bronce y despiden un humo acre. Cuando la ciudad estuvo ocupada por los sectarios de los Cultos del Placer, los muros blancos exhibían repulsivas runas pintarrajeados con sangre y los prisioneros sollozaban encadenados unos a otros en pequeños grupos, mientras los cultistas los torturaban o se dedicaban a atender los braseros. La torre central se eleva sesenta metros desde la superficie del patio.

Desde que Malekith abandonó Tor Anroc para partir al frente de la primera expedición contra los Cultos del Exceso en Nagarythe tuvo conocimiento de que Ealith había sido ocupada

Fuentes

  • La Secesión: Malekith