Los primeros experimentos de Madam Kalfon con los duendes produjeron numerosos fracasos. Pudo obtener uno de sus primeros éxitos tras renunciar a sus intentos por restaurar la capacidad de vuelo de los duendes y fusionarlos con cuerpos arácnidos. Creó este horror en miniatura cosiendo el torso de un hada muerta al cuerpo de una araña negra y peluda. Unas ponzoñosas mandíbulas distorsionan su rostro. El Duende Araña corretea por toda la torre, colándose por entre las piernas y comportándose como un verdadero incordio. Aunque a los visitantes que no son inmunes a sus picaduras venenosas les parece algo más que un mero incordio.
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