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Hace mucho tiempo, Drycha era el centro de atención entre las raíces de Addaivoch, una antaño gloriosa criatura conocida más recientemente como el Roble de la Congoja. La mayoría piensa que Drycha se volvió loca cuando la muerte de [[Morghur, Señor de las Calaveras|Morghur]] corrompió para siempre el Llano del Roble Partido, la zona del bosque a la que ella estaba unida, aunque en realidad este espectro de los árboles ya era caprichoso y hostil mucho antes de que ocurriera eso.
 
Hace mucho tiempo, Drycha era el centro de atención entre las raíces de Addaivoch, una antaño gloriosa criatura conocida más recientemente como el Roble de la Congoja. La mayoría piensa que Drycha se volvió loca cuando la muerte de [[Morghur, Señor de las Calaveras|Morghur]] corrompió para siempre el Llano del Roble Partido, la zona del bosque a la que ella estaba unida, aunque en realidad este espectro de los árboles ya era caprichoso y hostil mucho antes de que ocurriera eso.
   
Al igual que muchos otros espíritus de [[Athel Loren|Loren]], Drycha es extremadamente anciana y de ella se dice que aún recuerda bien los tiempos anteriores a la llegada de los [[Elfos]] y siempre ha lamentado la locura que llevó al bosque a someterse a la voluntad de los mortales. Drycha se refiere a estos tiempos con ira y tristeza, pues piensa que la alianza entre [[Athel Loren]] y los Asrai no ha provocado otra cosa que la destrucción del bosque (aunque la intervención de los [[Elfos Silvanos]] salvase, en su momento, a Athel Loren de las hachas de los Enanos). Por tanto, es raro verla conversar con alguien, ni siquiera con las dríades que la sirven de doncellas, y se pasa las horas entonando cánticos de disculpa a todos los espíritus afines a los que, a su entender, han sido traicionados por los Elfos. Aunque sea muy vieja y posea una formidable memoria, no parece plausible que algún día llegue al final de sus plegarias, ya que con cada una de las batallas que acontecen en Athel Loren y contra el mundo exterior añade más y más nombres a sus cánticos.
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Al igual que muchos otros espíritus de [[Athel Loren|Loren]], Drycha es extremadamente anciana y de ella se dice que aún recuerda bien los tiempos anteriores a la llegada de los [[Elfos]] y siempre ha lamentado la locura que llevó al bosque a someterse a la voluntad de los mortales. Drycha se refiere a estos tiempos con ira y tristeza, pues piensa que la alianza entre [[Athel Loren]] y los Asrai no ha provocado otra cosa que la destrucción del bosque (aunque la intervención de los [[Elfos Silvanos]] salvase, en su momento, a Athel Loren de las hachas de los Enanos). Por tanto, es raro verla conversar con alguien, ni siquiera con las dríades que la sirven de doncellas, y se pasa las horas entonando cánticos de disculpa a todos los espíritus afines a los que, a su entender, han sido traicionados por los Elfos. Aunque sea muy vieja y posea una formidable memoria, no parece plausible que algún día llegue al final de sus plegarias, ya que con cada una de las batallas que acontecen en Athel Loren y contra el mundo exterior añade más y más nombres a sus cánticos.
   
 
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==Vídeo de trasfondo==
 
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''Cortesía de [https://www.youtube.com/channel/UCm6FIHQ0ndgzIJCHkFPSUxw ElKai]''
 
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[[Archivo:📚¿Quién es DRYCHA? (LORE - TRASFONDO) Conociendo a los personajes de Warhammer Fantasy|750px|center]]
 
[[Archivo:📚¿Quién es DRYCHA? (LORE - TRASFONDO) Conociendo a los personajes de Warhammer Fantasy|750px|center]]
   

Revisión del 11:04 20 mar 2021

Drycha por Oleg Saakyan

"Recuerdo la llegada de los elfos, mucho antes de que se convirtieran en Asrai. Observé cómo se aventuraron por primera vez en la espesura. Estaban tan llenos de miedo. Me reí cuando su sangre se derramó sobre el suelo del bosque. Grité mi furia cuando nuestro destino se entrelazó con el de ellos. Fue un error, pero su tiempo entre nosotros ha llegado a su fin..."

Drycha

Drycha, el Brezo de la Aflicción, es uno de los espíritus del bosque más poderosos de Athel Loren.

Historia

Hace mucho tiempo, Drycha era el centro de atención entre las raíces de Addaivoch, una antaño gloriosa criatura conocida más recientemente como el Roble de la Congoja. La mayoría piensa que Drycha se volvió loca cuando la muerte de Morghur corrompió para siempre el Llano del Roble Partido, la zona del bosque a la que ella estaba unida, aunque en realidad este espectro de los árboles ya era caprichoso y hostil mucho antes de que ocurriera eso.

Al igual que muchos otros espíritus de Loren, Drycha es extremadamente anciana y de ella se dice que aún recuerda bien los tiempos anteriores a la llegada de los Elfos y siempre ha lamentado la locura que llevó al bosque a someterse a la voluntad de los mortales. Drycha se refiere a estos tiempos con ira y tristeza, pues piensa que la alianza entre Athel Loren y los Asrai no ha provocado otra cosa que la destrucción del bosque (aunque la intervención de los Elfos Silvanos salvase, en su momento, a Athel Loren de las hachas de los Enanos). Por tanto, es raro verla conversar con alguien, ni siquiera con las dríades que la sirven de doncellas, y se pasa las horas entonando cánticos de disculpa a todos los espíritus afines a los que, a su entender, han sido traicionados por los Elfos. Aunque sea muy vieja y posea una formidable memoria, no parece plausible que algún día llegue al final de sus plegarias, ya que con cada una de las batallas que acontecen en Athel Loren y contra el mundo exterior añade más y más nombres a sus cánticos.

Drycha 8ª

En los primeros años de la alianza entre los Elfos y el bosque, Drycha no dejaba de observar las acciones de los Elfos y examinar todos sus actos en busca de un signo de traición. Sin embargo, poco se la ha visto después de que la sangre de Morghur se derramase en su claro, aunque se sabe que se relaciona con Coeddil, un Hombre Árbol muy anciano y poderoso, y que le sirve de heraldo mientras este permanece aletargado en lo profundo del Bosque Salvaje. Esta situación no favorece a nadie, pues de todos es sabido del legendario desprecio y desconfianza que Coeddil siente por los Asrai. Además, Coeddil es tan increíblemente anciano que nadie está seguro de cuáles serán sus acciones cuando despierte, pues recuerda cosas más información a lo largo de su vida de la que las razas más jóvenes (Elfos incluidos) llegarán a conocer jamás. Si estos dos amargos espíritus han hecho causa común, como así parece, cabe la posibilidad de que el equilibrio del bosque esté a punto de tornarse en caos.

En los últimos años han empezado a escucharse extraños relatos sobre las actividades de Drycha por todo Athel Loren, lo que ha causado gran preocupación en los consejos de los elfos. Los caminantes cuentan que en los límites del gran Bosque de Drakwald, en el Imperio, los árboles cobran vida para saciar su sed de sangre. En los lindes del Bosque de Arden, en Bretonia, los campesinos solamente recogen madera muerta, pues dicen que los vengativos árboles se toman venganza sobre los incautos (ya sean individuos o poblados), que se atreven a talarlos destruyendo completamente los asentamientos de la noche a la mañana y sus habitantes despedazados. Aunque algunos de estos hechos llevan la marca de los Asrai, ellos saben que no son los responsables. Algunos piensan que estos ataques tienen poco sentido y que están hechos al azar, un rasgo de la forma de actuar de Drycha y sus doncellas, tras cuyos actos se esconden, sin duda, propósitos mayores que la mera destrucción (aunque nadie puede siquiera adivinarlos). Ni siquiera Naieth la Vidente es capaz de ver lo que pretende Drycha, pues sus intenciones están ocultas por un manto de sangre y horror.

Batalla del Roble Eterno

"Conozco todas tus esperanzas y deseos, mortal. Nada se me oculta. Puedo darte lo que quieres. Puedo guiarte por los senderos oscuros que serpentean y se entrelazan..."

Drycha, dentro del Roble Eterno

En algún momento, Drycha pudo intervenir en el antiguo ritual que despertó a Orión, Rey de los Bosques. Con el semidiós atrapado en un sueño helado, el Brezo de la Aflicción reunió un vasto ejército de espíritus del bosque y deshonrados elfos con tatuajes de arañas del Bosque Salvaje. Marchando sobre el Roble Eterno, buscando liberar a su señor, los Elfos Silvanos de Athel Loren entablaron una gran batalla con las malévolas fuerzas de Drycha.

Inusualmente, el ejército Asrai contaba entre sus efectivos dos humanos. Eran Anara y Calard de Garamont, una bendita Damisela del Grial y un Caballero Andante de Bretonia. Mientras Anara prestó su poder mágico para combatir a los espíritus del bosque, Calard cargó con valentía hacia el mismo corazón del Roble Eterno, donde el Brezo de la Aflicción aguardaba.

Envenenado como estaba por las flechas venenosas de una docena de elfos, Calard aún pudo combatir las ilusiones que Drycha conjuró para atraparlo, fuerte en su fe en la Dama del Lago. Cuando el Brezo de la Aflicción intentó atacar, Calard hundió su espada en su pecho, desterrándola al reino de Cythral...

El Fin de los Tiempos

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

Defensa del Claro de la Eternidad

Drycha defensa del claro de la eternidad

Drycha y Coeddil estaban inundados por sus propios resentimientos, sus propios recuerdos de cuando los elfos habían fallado a Athel Loren. Ambos habían sido marcados por Morghur en tiempos pasados, y tal vez era su locura la que impulsaba sus acciones. Ciertamente, Be'lakor había explotado sus almas mancilladas, utilizando la mancha de Morghur como una debilidad que los dejaba susceptibles a sus manipulaciones. Sin embargo, todo el tiempo, el brezo de la aflicción y el hombre árbol creían que estaban usando al demonio para sus propios fines, que Athel Loren volvería a la normalidad una vez que los elfos fueran expulsados de debajo de los árboles, dándose con ello la batalla conocida como la Defensa del Claro de la Eternidad.

Coeddil y Drycha golpearon del suroeste, acompañados por una multitud de locos espíritus del Claro Salvaje, enfrentándose a las fuerzas de Alarielle, no ofrecían ni recibían cuartel de los elfos que habían odiado durante tanto tiempo, aun así, no todos los espíritus del bosque apoyaban Drycha. Muchas dríades y arbóreos seguían fieles a su amistad con los elfos, luchando contra su propia especie. Durante la batalla Durthu clavó su espada a través de la espalda de Coeddil traspasando su pecho. Aunque no se encontraba en el lugar, Drycha sabía que su amo estaba muerto, y soltó un grito de rabia y pena tan puro que enfrió la sangre de todos los que la escucharon. El ululante gemido fue tomado por otras dríades de los Parientes Salvajes, y se lanzaron de nuevo a la lucha con una ferocidad renovada, causado una terrible ruina a las fuerzas de Alarielle.

Mientras Drycha siseaba órdenes a los Parientes Salvajes, Malekith descendió sobre ellas montado en Seraphon, que barrio a las dríades con una con una bocanada de espuma asfixiante. Aunque los espíritus no podían se ahogados, porque no respiraban como lo hacían los mortales, el espeso humo y tóxico se comían los cuerpos de las dríades, envenenando la savia dentro de sus venas, muriendo docenas en agonía, huyendo y dispersándose las pocas supervivientes.

Drycha vio a sus hermanas perecer, y se lanzó hacia Malekith. Cuando el Brezo de la Aflicción se acercaba, alcanzó las magias del bosque, dando nueva vida a los caídos. Brotes verdes brotaron de cuerpos machacados y negros de hollín. Las estaciones del crecimiento pasaron en un parpadeo mientras los brotes crecían a enredaderas que se enrollaban y inmovilizaban los miembros de Seraphon. La dragona se liberó, pero más zarcillos se lanzaron para atraparla, y deslizándose más lejos para agarrar a Malekith.

El Rey de la Eternidad cortó a la izquierda y a la derecha, cortando los zarcillos con cada golpe, pero más llegaban a contenerlo. Debajo de él, Seraphon fue arrastrada por el suelo, mientras las raíces brotaban del suelo del claro para ayudar a las enredaderas. Todavía cortando, Malekith trató de contrarrestar las magias de Drycha. Sin embargo, el veneno de Shadowblade estaba empezando a entumecer sus sentidos. Esto, tomado junto con el hecho de que la completa furia desatada del Brezo de la Aflicción estaba detrás de cada cántico de su hechizo, significó que Malekith no podría encontrar ninguna grieta para explotar en ella. Un momento después, Drycha estaba sobre él, cortando y apuñalando al enredado Rey de la Eternidad.

Aprovechando el momento de auge de la batalla, Be'lakor destruyo el Roble Eterno y de inmediato, el Tejido gritó, y el mundo se estremeció en respuesta. Drycha apartó su atención de su duelo y vio a Be'lakor agarrándose como una sanguijuela al Roble Eterno. Por fin, la amargura de milenios dio paso a la comprensión de cómo había sido manipulada. Olvidando a Malekith, el Brezo de la Aflicción se lanzó hacia el Roble Eterno, con la jaula de enredaderas y raíces que sostenían al Rey de la Eternidad colapsándose mientras su concentración se situaba en otra parte. No dio dos pasos antes de que la espada del Rey de la Eternidad tomara su cabeza, ya que aunque la intención de Drycha había sido bastante clara, Malekith no tenia deseos de hacerse con un aliado tan poco fiable.

Vídeo de trasfondo

Cortesía de ElKai

Miniatura

Imágenes

Fuentes

  • Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (6ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (8ª Edición).