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Dríades

Las Dríades son espíritus de los árboles, seres mágicos que viven en los bosques y que pueden adquirir el aspecto de un árbol concreto o incluso adoptar la forma de un árbol, a voluntad. Sólo se las encuentra en lo más profundo de los bosques del Viejo Mundo, lejos de las ciudades y de los asentamientos de las razas inteligentes. Las dríades son corpóreas: su carne es como la madera verde y flexible de un pimpollo joven y su piel es como la corteza. Su pelo se asemeja a las hojas o también al musgo o al liquen. Su estatura media puede llegar a ser doble que la de un Elfo normal. Los Elfos Silvanos procuran no enfurecer a estos espíritus, pues son extremadamente rencorosas y vengativas si se las ofende, o si el árbol en el que viven es amenazado o dañado, y los Cantores de los Árboles sabios pueden pedirles ayuda.

Descripción[]

Dryads

Las Dríades son criaturas resentidas y maliciosas con corazones similares a fragmentos de hielo. En el alma de una Dríade no hay espacio para la compasión o la misericordia. Son seres dedicados exclusivamente a Athel Loren, y su defensa a ultranza del bosque convierte en ridículos los juramentos de los Elfos y los humanos. Cualquier daño ocasionado al bosque es invocar una venganza mortal e inflexible, pues torna iracundas a las Dríades, quienes se vengarán implacablemente del agresor y no descansarán hasta que el cuerpo del transgresor haya sido dañado y destruido. Sólo un insensato insultaría deliberadamente a una Dríade pero, por desgracia, estos espíritus femeninos son tan diferentes a las criaturas mortales que siempre se toman la ofensa en serio independientemente de si fue intencionada o no. Pocos mortales se equivocan dos veces, y sólo si el individuo en cuestión tuvo mucha suerte o fue muy rápido.

Las Dríades son capaces de adoptar diferentes formas y, a menudo, tienden a imitar la figura de los Elfos. En tales ocasiones, cuando se presentan ante elfos u hombres con aspecto amistoso o seductor, las dríades adoptan la apariencia de ágiles y bellas doncellas de ultratumba, con una piel de tonos marrones, verdes o grises plateados; con hojas verdes, ramitas y plantas rojizas enredadas entre sus largas y sedosas cabelleras.

Driade por Des Hanley

Bajo esta apariencia, las Dríades recorren los límites de Athel Loren. No son exigentes en sus víctimas, ya que atacan a los asesinos de árboles, invasores e inocentes perdidos con la misma saña. El único curso de acción razonable cuando se acerca una criatura así es huir tan lejos y tan rápido como sea posible, aunque la mayoría de víctimas potenciales de una Dríade queda embelesada por su forma gentil o por las evocadoras melodías de su canciones que no pertenecen a este mundo. En poco tiempo, la víctima queda tan aturdida que hará lo que el espíritu desee, y se vera atraída irremisiblemente a las sombrías profundidades del bosque.

La Dríade no ataca hasta que su víctima está completamente indefensa. Sólo cuando la presa desafortunada queda atrapada bajo su hechizo, con su mente perdida en un mar de deseo y promesa, la Dríade actúa. Despojándose de su hermosa forma, se transforma en un ser belicoso, y el odio y el rencor en su alma convierten su aspecto exterior en un ser terrorífico. Su cabellera se convierte en una masa retorcida de espinos, zarzas y ramas, con el rostro distorsionado en una terrorífica máscara con aspecto salvaje, sus extremidades se vuelven largas y similares a ramas animadas, y sus dedos se convierten en garras capaces de desgarrar y empalar a su presa. Antes de que la víctima llegue a entender la situación de extremo peligro en la que se halla, su sangre será derramada sobre el suelo hambriento del bosque y su cuerpo será desgarrado con un salvajismo implacable.

Dríade por Dimitri Bielak Thornflesh Dryad

Cuando Athel Loren se convierte en un campo de batalla, las Dríades adoptan su aspecto más terrible y belicoso y se sitúan en los flancos del ejército, respondiendo a la llamada de las Espectros de los Árboles, las más viejas y poderosas de su especie. Su agilidad y presteza naturales les permiten cubrir grandes distancias a gran velocidad y golpear a enemigos que momentos antes se consideraban a salvo. De hecho, un ataque por sorpresa de las siseantes Dríades es, con frecuencia, la primera advertencia tangible que tiene un ejército enemigo del inminente ataque de los ejércitos de Athel Loren. También es habitual que el general del ejército enemigo desaparezca del campamento la víspera de la batalla y sea encontrado destrozado y sin vida en un claro cercano al amanecer. Las Dríades no son conocidas por su misericordia.

El aspecto y las capacidades de cada Dríade variará dependiendo de la forma que tengan. Así, una dríade en forma de abedul adopta un aspecto blanco plateado con una masa de delicadas hojas verde amarillentas o tostadas como pelo, dispondrá de largos dedos como látigos con lo que golpear a sus enemigos. Por su parte, una dríade en forma de roble es más resistente y robusta a las heridas, su piel se vuelve dura y nudosa y sus extremidades se hacen más gruesas, mientras que su pelo se transforma en una masa de hojas de roble y bellotas. Una dríade en forma de sauce es una criatura de piel verde y un largo pelo amarillento, cuyos dedos son increíblemente largos con lo que puede enredar y atrapar el arma de un oponente, dificultando su manejo.

Dríades notables[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]