Imagen ilustrativa.
Príncipe de Lothern.
Aeltherin, Héroe del Valle de Mardal y Protector de Linthuin, fue un Príncipe de Lothern, que vivió durante el reinado de Bel-Shanaar. Fue aliado de Morathi y un miembro destacado de los Cultos de los Excesos y el Placer.
Fue el primero en patrocinar la construcción de las Naves Dragón. Obsequiando al Príncipe Regente de Nagarythe, Malekith con la primera Nave Dragón jamas construida; la Indraugnir, la cual sería usada por Malekith en su expedición al noroeste de Ethil Arvan para explorar las costas heladas y frías de las Tierras Yermas del Caos.
Finalmente gracias a un suceso causal (un nombre balbuceado en sueños por un prisionero), pudo descubrirse la afiliación de Aeltherin al culto local de Atharti en Lothern. Llegando a conocimiento de las autoridades que estaba confabulado con Damolien; la Suma Sacerdotisa local de Atharti, y desde su posición desencaminaba los esfuerzos del gobierno legítimo por desbaratar las tramas de la secta.
Carathril, lugarteniente de la Guardia de Lothern, junto a su teniente Aerenis dirigió secretamente en mitad de la noche una partida de sus soldados para arrestar al príncipe en su mansión siguiendo órdenes del Rey Fénix y la Corte de Eataine. Aeltherin fue sorprendido en mitad de un obsceno ritual de adoración a Atharti, en el que miembros de todos los niveles de la sociedad élfica se contorsionaban y retorcían en el suelo alfombrado de una espaciosa sala de mármol blanco en la mansión del príncipe, víctimas de las volutas de vapores narcóticos azules y púrpura que desprendían varios braseros sobre los cuales yacían huesos de animales.
Herido de gravedad por Carathril, Aeltherin irrumpió en la sala donde se estaba llevando a cabo el ritual para pedir ayuda a Daomolien y sus sacerdotisas y los elfos que yacían en el suelo. Ignorando las demandas de rendición de Carathril, las sacerdotisas hicieron frente salvajemente a la Guardia de Lothern pero fueron vencidas, y Carathril se acercó a un indefenso Aeltherin que se arrastraba entre los elfos drogados para ofrecerle su ayuda. En un acto final de desafío Aeltherin rechazó la ayuda de Carathril, y maldijo al usurpador y advenedizo Bel-Shanar, para a continuación alzarse con sus últimas fuerzas y volcar uno de los braseros donde ardían las llamas azules sobre su ropa, siendo calcinado instantáneamente por las llamas, que a continuación se expandieron por toda la sala a través de las alfombras y los tapices que colgaban de los muros blancos. Carathril y sus soldados pusieron a salvo con gran destreza a tantos adeptos inconscientes como pudieron, entre una nube de humo cada vez más densa. Pero las llamas se avivaron y tuvieron que abandonar a doce elfos en aquel infierno, entre los que se encontraba Glarionelle, amante de Aerenis.
Fuente[]
- Trilogía de la Secesión: Malekith, por Gav Thorpe.