Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Minero - Gargali

Aunque los ciudadanos del Imperio rinden homenaje a nueve cultos principales, existen docenas, incluso centenares de dioses menores que todavía son venerados por toda la nación. Cada provincia cuenta con sus propios dioses únicos, algunos de los cuales ni siquiera son conocidos a varios kilómetros de las zonas en que son venerados. La mayoría de las Deidades Menores Imperiales son adoradas fervientemente por un pequeño puñado de feligreses, a menudo en secreto, sobre todo si se trata de dioses de cariz sanguinario o cuestionable. Por lo demás, el grueso de la población homenajea a estas deidades menores en festividades concretas, y las ignora el resto del tiempo.

Los sacerdotes de los nueve cultos principales admiten la existencia de estos dioses menores, aunque su grado de aceptación depende de varias circunstancias. Si se descubre un nuevo dios en alguna región atrasada e inexplorada, los sacerdotes hacen todo lo posible por clasificarlo como aspecto de uno de los nueve dioses principales. Dependiendo de la zona y de la actitud de los lugareños, esta “inclusión" de su deidad en el panteón reconocido puede ser completamente aceptada o rechazada y declamada como herejía. No obstante, la mayoría de los dioses menores son simples aspectos del panteón central, aunque muchos los consideren entidades totalmente distintas. Así es el caso, por ejemplo, de Ranald el Negociador y Ranald el Acechador Nocturno. Los burgueses y mercaderes casi siempre realizan ofrendas al primero, pero también lo harían para que el segundo se mantuviese alejado de sus asuntos. Sorprendentemente, la mayoría de los ciudadanos del Imperio aceptan este tipo de contradicciones sin ningún problema.

Otras deidades menores incluyen a los dioses extranjeros importados al Imperio. Los inmigrantes siguen venerando a sus propios dioses, y en algunos casos esta devoción se extiende a otros, incrementando potencialmente el prestigio de la divinidad. Un buen ejemplo de esto es el de Myrmidia, que evidentemente procede del sur del Viejo Mundo (aunque aún se discute si viene de Tilea o de Estalia), y que sin embargo se ha hecho extremadamente popular entre los ciudadanos del Imperio. No cabe duda de que esto podría volver a suceder; es posible que, en el futuro, aparezcan dioses nuevos y las costumbres de los antiguos dioses se olviden o sean relegadas a un segundo plano. Pero afirmar esto abiertamente se considera una herejía.

Deidades Localizadas y Dioses de la Naturaleza[]

El Imperio está compuesto por una enorme cantidad de personas muy diferentes con una vaga percepción de unidad. Está atestado de dioses, espíritus y otras entidades que exigen ser adoradas. Más allá de los nueve dioses convencionales, existe todo un espectro de dioses menores; algunos datan de eras pasadas, otros son nuevos, y también están los que son relativamente novedosos para el culto colectivo de los lugareños. La mayoría de los dioses comunes pueden definirse como deidades locales propias de un pueblo, burgo o provincia concreta, o bien vinculadas a ríos, bosques y demás emplazamientos naturales. La diferencia entre estas dos categorías depende de a quien se pregunte.

Las deidades localizadas son solo eso, dioses cuya influencia o reputación apenas se extiende a unas pocas decenas de kilómetros, aunque algunos son reconocidos a grandes distancias. Esto suele ocurrir con ciertos tipos de deidades asociadas a caminos o senderos, a lo largo de los cuales hay diseminados varios santuarios pequeños. A menudo hay una línea un tanto confusa que separa a una verdadera divinidad de algún alma venerable del pasado, aunque el poder y el respeto que se le conceden es el mismo. Las personas que adoran a estas fuerzas locales suelen ser muy extremas en su fe, y se niegan a creer que sus prácticas sean herejes; muy a menudo se ven en la tesitura de tener que convencer a los cazadores de brujas itinerantes de que lo que hacen es un acto de devoción, no de blasfemia.

Las deidades de la Naturaleza son mucho más comunes. Dependiendo de a quien se pregunte, estas deidades pueden ser aspectos menores de Taal, Rhya o Manann, algún espíritu que ha sido confundido con un dios, o incluso una antigua deidad con raíces en las tradiciones élficas o enanas. Los dioses de la Naturaleza suelen estar asociados a una arboleda sagrada (o incluso a un único árbol), caverna, arroyo o cualquier otro paraje de belleza natural. Otras son en realidad ninfas, dríades, náyades y demás criaturas feericas a quienes se ha tomado por divinidades. Si una persona cree en una deidad de la Naturaleza concreta, es probable que deje una ofrenda al dios en cuestión y también a Taal y Rhya, para honrarlos a todos. Los ritos que solicitan estas deidades pueden parecer absurdos y anacrónicos para los no creyentes, pero son de una importancia vital para quienes creen en su poder. Por ejemplo, el dios de un río local podría exigir el sacrificio anual de una marrana virgen, mechones de pelo de tres doncellas y la sangre de un gallo negro, pues de lo contrario provocar una crecida del río que anegará el paisaje circundante.

Sean deidades locales o de la Naturaleza, los forasteros pueden creer que estas demandas tienen poco peso, pero para los lugareños es tremendamente importante celebrar los ritos y sacrificios necesarios. No sería la primera vez que un ciudadano imperial comete el error de contravenir las exigencias y edictos de estos dioses, a menudo sin ni siquiera darse cuenta, para luego recibir un correctivo a manos de los lugareños. Así, cualquier extranjero que visite una provincia lejana podría convertirse en un sacrificio para estos dioses, más debido a la ignorancia que a un propósito intencionado de causarles una grave ofensa.

Algunos dioses Menores[]

Existen cientos o incluso miles de dioses menores en el Imperio, algunos de los cuales tan solo cuentan con algunas docenas de seguidores. Además, algunos viejomundanos veneran a deidades no humanas que han tornado prestadas de los enanos, los elfos o incluso los halflings, y las incluyen en sus oraciones y ceremonias. Esta lista describe a varias deidades menores más del Imperio, junto con su esfera de influencia y la provincia o región en la que son más populares.

Averland[]

Hochland[]

La Asamblea[]

Middenland[]

  • Artho: Moral, valores, costumbres.
  • Helgis: Viudas.
  • Haleth: Caza.
  • Karnos: Bestias.
  • Ktharta: Lago Delb.
  • Rudric: Gloria.
  • Uutann: Robles.

Nordland[]

  • El Hombre Azul: Cielo.
  • Karog: Bosques.
  • Loerk: Danza.
  • Manalt: Pescadores.
  • Stovarok: Relatos.
  • Vallich: Herreros y construcción de barcos.

Ostermark[]

  • Arvala: Carpintería;
  • Eldal: El Pastizal.
  • Gid: Paso de los Picos.
  • Gorol: Arroyos.
  • Kavarich: Caballos.
  • Millavog: Danza.
  • Styriss: Cazadores furtivos.
  • Urvijak: Rocío de la mañana.

Ostland[]

  • Aach: Río Aach y Aachen.
  • Guvaur: Toros.
  • Kakarol: Caballos
  • Narlog: Inevitabilidad.
  • Skalor: Trueques.
  • Urash: Cazadores de osos.
  • Wulfor: Lago Wolfen.

Reikland[]

Stirland[]

Talabecland[]

Wissenland[]

  • Ahalt: Caza, fertilidad, sacrificio.
  • Gargali: Vetas Ocultas; Wissenland.
  • Khirreth: Bosque de Oberstein; Wissenland.
  • Millavog: Danza; Wissenland.
  • Mittlmund: Guardián de espíritus sin descanso; Wissenland.
  • Söll: Sol.
  • Wendred: Deber y Servicio.

Otros[]

Fuente[]

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