
Los dereliches son criaturas malignas que habitan edificios abandonados o partes de los mismos. Intentan atraer a la gente a sus zarpas haciendo que el edificio parezca habitado y acogedor; cuando las víctimas entran dentro de su alcance, las matanzas se dan lugar. De algún modo, los dereliches obtienen sustento de estas muertes.
Descripción[]
En edificios pequeños nunca hay mas de un dereliche, aunque cada una de las alas de un edificio grande puede albergar una de estas criaturas. Aun así, cada dereliche se limita a su propia zona, y parecen ignorarse mutuamente. Sin embargo un dereliche puede manifestarse como un gran número de espíritus, hasta veinticuatro en algunos casos, cada uno de los cuales puede adoptar la forma de cualquier criatura viva y jugar un papel en la charada del edificio y en el ataque posterior. Estos fragmentos pueden abandonar el edificio, pero no llegan muy lejos; no más de unos metro mas allá del recinto del edificio dependiendo de cuanta vida les quede.
Un dereliche también puede alterar la apariencia de su edificio, tanto el interior como el exterior, dándole el aspecto que tenía en su mejor momento. Esto hace que los agujeros de las paredes sean invisibles, pero no llega al punto de reparar realmente edificios peligrosamente deteriorados.
Aunque los dereliche son espíritus, no parecen ser muertos vivientes ni demonios del Caos. Su naturaleza es un misterio, y casi no se ven en la mayor parte del Viejo Mundo. En Aquitaine, sin embargo son bastante habituales.