El Decreto de la Reina Eterna es una ley de Ulthuan decretada por la Reina Eterna de la Isla Continente tras el final de la Guerra de la Barba. El decreto sostiene que ningún Alto Elfo deberá alterar mediante ciencia o magia la naturaleza o forma de una especie ya sensible en cualquier parte del Mundo Conocido que no hubiera sido corrompida por las energías deformantes del Caos. En otras palabras, a los Asur se les prohibió remodelar la vida como habían hecho sus propios creadores los Ancestrales.
Historia[]
Cuando Ulthuan estaba abandonando sus colonias en el Viejo Mundo al victorioso Imperio Enano tras el final de la Guerra de la Barba, la Reina Eterna del momento, en solidaridad con el entonces Rey Fénix Caradryel, emitió un decreto que presagiaba una nueva era de aislacionismo. La Reina Eterna había estado preocupada por informes de los colonos Altos Elfos, que "jugaban a ser dioses", en su búsqueda y adquisición de los secretos de los Ancestrales.
La mayoría de Altos Elfos consideran que el Decreto está ahora obsoleto, una reliquia de tiempos pasados destinada a salvar la dignidad tras la derrota. Sin embargo, la actual Reina Eterna, Alarielle, insiste en que el decreto sigue siendo ley en el continente de Lustria. Los colonos Altos Elfos son inconsistentes en su interpretación y adherencia al decreto. Algunos lo ignorar por completo, mientras que las devotas de Isha, la diosa de la naturaleza, no dejan ningún signo de su paso excepto las huellas en el suelo.