
Imagen ilustrativa.
El Cráneo Negro del Califa fue embrujado con las cenizas de los libros quemados por el califa de Ka-Sabar, después de que hubiera ordenado la destrucción de miles de copias del prohibido Libro de los Muertos del príncipe Abdul ben Rachid.
Más tarde, un soldado lo recuperó durante las cruzadas de Arabia del siglo XVI. Profundo devoto de Morr, el muchacho reclamó el cráneo para sí, creyendo que el hueso ennegrecido con inscripciones amarillas en cuneiforme era una señal del favor del dios. Desde entonces el cráneo sirvió como estandarte para su unidad hasta su muerte. Después de esto, se cree que fue reclamado por los sacerdotes del dios de la muerte.
Si se monta sobre una vara, el cráneo negro del califa hace que los aliados que estén a 8 metros de él sean un poco más valientes y no sientan miedo.