
Este ritual invoca a un siervo de una deidad procedente del plano divino, que aparecerá a menos de 12 metros de distancia. Todo siervo divino reacciona de distinta forma, pero a casi ninguno se le pasaría por la cabeza matar a un sacerdote de su dios (aunque algunos pueden ser especialmente terroríficos, como los lobos blancos de Ulric). El sacerdote invocador no posee ningún tipo de control sobre el siervo divino, por lo que es mejor que tenga una muy buena razón para haberlo invocado; de lo contrario es muy posible que incurra en la cólera del dios o, si le ha molestado especialmente, en su venganza divina.
Entre los siervos divinos que pueden convocarse mediante este ritual se incluyen las criaturas sagradas para la deidad del sacerdote (cuervos de portal para Morr, o ciervos astados para Taal), miembros del culto de especial importancia (Caccino para Verena, o Pergunda para Shallya), entidades mitológicas asociadas al dios (Tritón para Manann, o Perifata para Myrmidia) o algo más peculiar (un cometa de colas gemelas que cae del cielo en el caso de Sigmar, o una pequeña zarpa de gato si se trata de Ranald).
Cada variante de este ritual sirve para invocar a un siervo divino específico, y normalmente se recoge en un único tomo sagrado celosamente custodiado por el culto. Muy pocos intentan estos rituales, pues se consideran una imposición divina; quienes lo hacen acaban fracasando o desapareciendo para siempre. De hecho, algunos miembros de culto ni siquiera creen que funcionen, y atribuyen la existencia de entidades sobrenaturales a meros mitos y fantasías.
Para llevar a cabo este ritual, hacen falta un litro de líquido bendecido (cada culto prefiere un tipo distinto, aunque los más comunes son agua fresca, salmuera, sangre animal y cerveza) y un símbolo sagrado del culto. Para lanzarlo debes purificar tu cuerpo durante toda una semana antes de celebrar este ritual. La forma de hacerlo varía según el culto, y puede consistir en recluirse, ayunar, bañarse, flagelarse, beber, jugar o combatir. Una vez completada la semana de purificación, debes meditar sobre los textos sagrados del culto durante dos días antes de usar el líquido bendecido para dibujarte el símbolo de tu deidad sobre la superficie apropiada de tu cuerpo. El ritual comienza inmediatamente después.