Redactado por el odioso demonólogo Adel Alsden de Wolfenburgo hace unos doscientos años, el Catálogo de la Carne exuda maldad en estado puro. La cubierta (un extraño cuero rojo cubierto de un áspero pelo negro) es cálida al tacto, y casi parece palpitar. las páginas están hechas con piel humana, y las palabras están escritas con una perversa mezcla de sangre humana y polvo de piedra de disformidad. El lector siempre tienen la impresión de ver por el rabillo del ojo cómo se retuercen las páginas.
Descripción[]
Según los cazadores de brujas que descubrieron a este magister negro y lo quemaron, Adel estaba obsesionado con los demonios y su ralea, y consagró su vida a la creación de un índice completo de todas sus diferentes formas. Cada sección tiene una ilustración correspondiente que capta a la perfección la figura de las abominaciones convocadas por el autor. La mayoría creen que Adel dibujó a los demonios tal y como los conjuro él mismo desde el Reino del Caos. La verdad es que lo que hizo fue atar a dichas entidades al libro, utilizando sangre de halflings sacrificados (célebres por su resistencia al Caos) para atarlos al tomo. El Catálogo de la Carne contiene un total de 200 secciones en total. Alsden era también un poderoso brujo oscuro, y probablemente no habría sido derrotado jamás de no haber cometido un error en una de sus invocaciones.
Tras un esfuerzo particularmente repugnante por convocar a un poderoso demonio mayor, no sucedió nada. Examinó el octagrama que había usado para conjurar a la bestia, pero estaba vacío (o al menos, eso parecía). Mientras repasaba el ritual para asegurarse de que no había cometido ningún error, el halfling sacrificado, que aún gemía mientras la vida se le escapaba en la sangre que caía al suelo, alargó la mano hacia el polvo de plata, piedra de disformidad y sangre que formaban el circulo hermético. Su contacto deshizo el círculo y liberó la esencia que contenía en su interior.
El brujo oscuro esperaba convocar a una poderosa bestia, y en efecto lo consiguió. Pero el poder del demonio no radicaba en su tamaño o su fuerza, sino en su capacidad para devorar la mente. El diablo, que no era mayor que una mota de polvo, se aferró a la base del cuello del demonólogo, horadando su carne hasta afianzarse en su espinazo. Como si fuera una garrapata, bebió los fluidos del brujo oscuro, haciéndose cada vez más fuerte. Instantes después de haberse pegado a él, Adel se desplomó al suelo, con la mente llena de visiones enloquecedoras y el cuerpo retorcido por la agonía, mientras la criatura se saciaba con él. Antes de que el demonio pudiera terminar, los cazadores de brujas que habían estado siguiendo el rastro del brujo oscuro irrumpieron en la sala y lo arrestaron. Temiendo ser descubierto, el diablo empapado y abotargado se desprendió de su anfitrión y se arrastró por el suelo hacia el compendio diabólico de Alsden. Cubrió las tapas con su cuerpo, fusionándose con el libro hasta encontrar a un nuevo anfitrión al que matar.
Los cazadores de brujas juzgaron y quemaron al hombre sin demora, y luego procedieron a preparar la sala para prenderle fuego. Mientras apilaban los impíos artefactos e instrumentos sobre la hoguera empapada de aceite, el libro se liberó a si mismo del montón y se ocultó en un carruaje cercano. Desde entonces el libro ha estado perdido, reapareciendo aproximadamente cada veinte años. Y cada vez que aparece, siempre que los rumores de su existencia llegan a oídos de los Templarios de Sigmar, se produce un gran revuelo para encontrar y destruir el volumen, pues sospechan que se trata de uno de los libros mas peligrosos del Viejo Mundo.
El Catálogo de la Carne es un índice de todo lo relacionado con los demonios. Cada una de las páginas esta dedicada a los frutos extraídos de las oscuras imaginaciones de las Fuerzas Malignas. Esto dota a su portador una fuente de referencia para sus investigaciones sobre demonología. Incluso se dice que en su interior se alberga el nombre verdadero de 66 demonios.
A pesar de sus amplios conocimientos, el tomo no esta excento de peligro. Manipular el grimorio puede despertar al demonio e incluso pasar sus paginas es una provocación a la catástrofe. Si llega el momento en que la criatura despierte, esta se separará del grimorio y volará hacia su victima, intentando adherirse a ella y alimentarse hasta no dejar más que un cascarón vació como cadáver. Pero si el demonio se alimenta en demasia, estallará rociándolo todo a su alrededor con corrupción e inmundicia.