Carlomax era un simple campesino más, hasta el día en que vio cómo ahorcaban a su hermano por sonreírle a la hija del señor, y cómo golpeaban a su madre hasta dejarla lisiada por haber llorado durante la ejecución. Dos semanas más tarde, más por suerte que por habilidad, Carlomax secuestró a la hija del señor y huyó al bosque. Su plan era hacerle cosas inconfesables a la muchacha por venganza, pero cuando se dispuso a hacerlo descubrió que no tenía valor para torturar deliberadamente a otro ser humano.
La llevó hasta el camino, la dejó ir y volvió a desaparecer en el bosque. Entonces fue abordado por un sin rostro que le invitó a unirse a los herrimaults; el sin rostro le dijo que ya había demostrado poseer la habilidad y la fuerza moral necesarias. Carlomax accedió gustoso, pues no tenía ningún otro sitio al que ir.
Carlomax encajó a la perfección y no tardó en demostrar su talento como herrimault. Ascendió por la jerarquía y se convirtió en un sin rostro. Los nobles opresivos eran su objetivo en particular, y así fue como se involucró en la sublevación de Derrevin Libre. Esperaba poder matar al noble y luego huir antes del contraataque, pero el retraso del mismo le cogió por sorpresa, y elaboró un grandísimo plan: ¡tal vez podría liberar toda Bretonia de la opresión!
Carlomax es ahora un idealista revolucionario con suficientes conocimientos de tácticas de guerrilla como para causar un verdadero problema a la nobleza. También es muy consciente de que un ataque conjunto de la nobleza aplastaría su incipiente república, y está dispuesto a contratar agentes para distraer a los nobles y hacer que luchen entre ellos.