
Los Hombres Bestia construyen Campamentos provisionales, normalmente situados en las zonas de bosque más densas u oscuras y más cercanas a las rutas mercantiles y pueblos, desde los que pueden atacar las zonas circundantes fácilmente. Los Hombres Bestia no son criaturas estúpidas y no permanecen mucho tiempo en el mismo lugar para evitar ser detectados y dados caza. Los Hombres Bestia llegan a caminar más de ciento cincuenta kilómetros antes de montar otro campamento y luchan contra otras manadas por las mejores tierras de caza.
Los campamentos suelen construirse junto a alguna de las Piedras de la Manada de todas las que hay diseminadas por los bosques más tenebrosos.
Descripción[]

Los campamentos de los Hombres Bestia son muy toscos y primitivos, y a menudo suelen consistir en poco más que una enorme hoguera central rodeada por un grupo de rudimentarias madrigueras y parapetos hechos con pieles curtidas de animales. A veces, se cuelgan en grandes palos las pieles recién arrancadas a sus enemigos de los que aún gotea la sangre para formar una especie de tienda que albergue a los miembros más importantes del rebaño.
Cuanto más poderosa sea una bestia del Caos, como es el caso de los minotauros y los bestigors, más cerca se colocarán del fuego y de la comida. Los ungors más pequeños son empujados hasta la parte más exterior del anillo central que se forma en torno al fuego, así que no es extraño que algunos de ellos mueran congelados en invierno. Los mastines rondan por los límites del campamento, peleándose por los huesos, sobras y restos de comida, y en ocasiones llegando a devorar a algún que otro Hombre Bestia de los más pequeños y separados del grupo. Días antes de que los Hombres Bestia vayan a entrar en batalla, atan tanto a los mastines como a los engendros a estacas y no los alimentan hasta el momento del combate, cuando podrán comer hasta hartarse.

En los árboles alrededor del campamento se posan las Arpías, deformes criaturas que desde la distancia podrían pasar por mujeres humanas aladas. Estas bestias siguen a la tribu allá donde va, atraídas por los numerosos restos de víctimas sacrificadas, y se pasan la mayor parte del tiempo riñendo entre ellas por conseguir los mejores trozos de la comida descartada por los Hombres Bestia. En algunos campamentos también pueden verse terribles Engendros del Caos, monstruosas bestias mutantes que son contenidas en rediles rodeados de estacas afiladas, a fin de ser martirizadas y mantenidas al borde de la inanición hasta que llegue el momento de soltarlas y enviarlas a la batalla.
Tras una incursión especialmente buena, el caudillo de la manada celebrará una fiesta que durará toda la noche y en la que no parará de beber junto a la hoguera hasta que no pueda mantenerse en pie, aterrorizará a los cautivos y disfrutará del mal que ha sembrado. Para el mediodía del día siguiente, el rebaño habrá abandonado ese campamento y dejado atrás todo aquello que no les sea de utilidad.
Tropezarse con un campamento de los Hombres Bestia no supone sólo ser testigo de una visión del infierno en todo su esplendor, sino exponerse a sufrir una muerte extremadamente truculenta.
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Bestias del Caos (6ª Edición), pág. 14.
- Ejércitos Warhammer: Hombres Bestia (7ª Edición), pág. 12.