Caledrian era el príncipe que regía el reino de Caledor durante la época de Bel Shanaar como Rey Fénix. Era el primogénito de lo tres hijos que tuvo Menieth, cuyo padre era Caledor Domadragones. Sus hermanos menores eran Imrik, quien posteriormente sería coronado como Rey Fénix bajo el nombre de Caledor I, y de Dorien.
Como señor de Caledor, Caledrian solía ir vestido con una larga túnica blanca con sinuosas llamas bordadas con hilo de oro, con un cinturón ancho ceñido a la cintura y con una delgada corona abierta en la cabeza.
Historia[]
Príncipe Regente[]
Caledrian heredó el gobierno del reino de Caledor al morir su padre Menieth en la batalla. Durante su regencia, el reino de Caledor prosperó enormemente, siendo superado solo por el reino de Nagarythe, gobernado por Malekith, hijo de Aenarion y Morathi. Su obligaciones le obligaron a quedarse en Ulthuan mientras sus hermanos menores Imrik y Dorien, junto con su primo Thyrinor, viajaron a Elthin Arvan para enfrentarse a las amenazas que allí vivían y acrecentar su reputación y la del reino de Caledor.
Durante décadas, Ulthuan vivió en paz, pero en los últimos años un creciente mal se estaba expandiendo por la isla. El príncipe Malekith, había abandonado su reino hacía casi medio siglo, y su ausencia había dejado las manos libres a Morathi para encumbrar su propia figura. En las ultimas décadas se fue expandiendo desde Nagarythe al resto de reinos de Ulthuan numerosas sectas y cultos que adoraban abiertamente a los Cytharai, los dioses más siniestros del panteón élfico. Con el tiempo, estos cultos empezaron a causar toda clase de disturbios por los reinos. Sólo la severidad del empeño Caledrian y los príncipes de Caledor había mantenido al reino libre de esas sectas.
Caledrian empezó a oír noticias inquietantes sobre el crecimiento del culto impúdico a los cytharai así como rumores cada vez más abundantes de disturbios en las fronteras de Nagarythe, y temía que las revueltas se extendieran a los reinos vecinos de Tiranoc, Ellyrion y Cracia. Sospechaba que esos cultos proliferaban bajo el influjo de Nagarythe, habiendo jurado lealtad a Morathi. Para él estaba claro que no podían permitir que la situación continuara así, y aunque el propio Bel Shanaar, tenía la misma opinión, se negara a actuar directamente contra el reino fundado por Aenarion, decidiendo primero reunir un consejo con todos los príncipes regentes de Ulthuan para discutir la acción a tomar.
Preocupado por el continuo comportamiento extraño de los naggarothi, Caledrian envió un mensaje a Imrik en el que le pedía que regresara a Ulthuan, con Dorien y con Thyrinor si quería, para representar a Caledor en el consejo del Rey Fénix. Sus dos hermanos y su primo regresaron rápidamente montados en dragones, y al poco de llegar, participaron en un consejo que reunió a toda la corte de Caledor para informar a los presentes de la situación y discutir el asunto. Aceptaron acudir a la invitación de Bel Shanaar donde discutir un plan de actuación.
Caledrian pidió a Imrik que lo acompañara, pues él mismo reconoció no haber cimentado la prosperidad de Caledor en el cultivo de la amistad con sus pares gobernantes de otros reinos. Sin embargo sabia que su hermano era muy respetado por los otros príncipes, pese a su falta de diplomacia, lo que lo hacía mucho mas adecuado para tratar con los demás gobernantes de Ulthuan como representante de Caledor.
En la corte de Tor Anroc, junto con Bel Shanaar y otros príncipes, recibieron la noticia de que Aeltherin, príncipe regente de Eataine, se había convertido en un adepto de los cultos de los Excesos, quitándose la vida cuando se le intentó arrestar. Caledrian ya había recelado del príncipe, pero oír la confirmación de la sospecha era una noticia de extrema gravedad pues demostraba que la sectas se había infiltrado incluso en los estratos superiores de la sociedad, y representaban una amenaza mayor de la que se pensaban. Antes de dar por finalizada la reunión y que los principe regresaran a su territorios a poner orden, se acordó formar una fuerza formada por guerreros de todos los reinos para combatir las sectas y, en caso de necesidad, invadir Nagarythe.
Posteriormente llegarían más mensajes a Caledor para discutir sobre el asunto del ejército, muchos de ellos con el ruego de que Caledrian o alguno de sus príncipes aceptara el puesto de general del Rey Fénix. Todas las súplicas habían sido rechazadas. Caledrian no albergaba deseo de abandonar su reino durante aquellos tiempos turbulentos, y había prohibido al resto de los príncipes responder a la llamada del rey. Caledrian insistía, respaldado por Imrik, en que Caledor no debía enredarse en los intríngulis políticos de aquel nuevo ejército. Cuando se nombrara al candidato adecuado, el reino enviaría a todos los guerreros que pudiera ceder para luchar bajo el mando de otro elfo.
Thyrinor y Dorien habían levantado su voz en contra de la decisión del par de elfos, y no sin razón. Ambos afirmaban que era una estupidez permitir que los demás reinos eligieran un general sin contar con la opinión de Caledor. Cuando llegaron noticias de un guerra civil en Nagarythe entre los leales a Morathi y los querían derrocarla, Caledrian pidió a Imrik que regresara a Tor Anroc para participar en los debates para la elección, considerándolo mucho más adecuado que Thyrinor, Dorien o incluso él mismo. Al principio Imrik se había negado en redondo, pero al final Caledrian consiguió convencerlo, pidiéndole que se asegurara de que Bel Shanaar perseverase en la campaña hasta el final y ayuda a los demás príncipes a elegir un buen general.
Para sorpresa de los presentes, cuando se discutía a quien elegir, Malekith regresó en secreto la corte de Bel Shanaar, tras décadas de viajes y exploraciones, y se ofreció ser el comandante de las fuerzas del Rey Fénix para restaurar el orden y la paz en Nagarythe. Todos los príncipes aceptaron de manera unánime su elección, pues era considerado el mayor general de su época, y al ser por derecho el príncipe regente de Nagarythe, daba más validez a la invasión militar que si un príncipe de otro reino fuera elegido.
Cuando la noticia de la elección llegó a Caledor, Caledrian organizó una nueva reunión con los diversos príncipes y nobles del reino. Dado que nadie quería estar al mando de Malekith, se acordó que ninguna casa noble de Caledor se uniera al ejército de Bel Shanaar ni que los dragones surcarán los cielos de Ulthuan. Aún así Hotek, el Sumo Sacerdote de Vaul, aconsejó que Caledor debería dar alguna muestra de respaldo a la empresa para no ser acusada de desatender sus obligaciones con el Rey Fénix, sugiriendo que ofrecer armas forjadas bajo las artes del Yunque de Vaul, a lo que Caledrian aceptó.
La fuerzas lideradas por el príncipe Malekith marcharon sobre Anlec y cosecharon una gran victoria, restableciendo su autoridad sobre Nagarythe y arrestando a su madre Morathi, llevándola cautiva a Tor Anroc para que fuera juzgada por el Rey Fénix y los restantes príncipes de Ulthuan. Al oír esto, antes incluso que Caledrian se lo pidiera, Imrik se presentó voluntario para asistir al juicio. Su hermano le advirtió que Malekith pediría clemencia para su madre, así que debía asegurarse de que no se la concedieran. Pese a todo, Malekith logró convencer a Bel Shanaar de encarcelar a su madre y mantenerla bajo constante vigilancia.
Tragedia en el Templo de Asuryan[]
A la encarcelación de Morathi siguió un periodo de relativa paz. Con Nagarythe de nuevo bajo el control de Malekith y con las sectas del placer desbaratadas, las turbulencias y la violencia que habían asolado Ulthuan amainaron. Sin embargo, tras más de dos décadas de calma y orden, la armonía de Ulthuan volvió a hacerse añicos. La sectas resurgieron con más fuerza que nunca. Ciudades y pueblos de toda Ulthuan fueron escenario de disturbios o sufrieron incendios, y varios príncipes y nobles de menor rango fueron asesinados o tomados como rehenes. Incluso Malekith se había visto obligado a huir de Nagarythe con un cuerpo de guerreros leales y buscar asilo en Tor Anroc, en la corte del Rey Fénix.
Ante esta situación, Bel Shanaar convocó a todos los príncipes para un nuevo consejo en el Templo de Asuryan, en la Isla de la Llama. El Rey Fénix deseaba que aquella nueva revuelta fuera aplastada rápidamente. Se revisará la propuesta de un ejército unido bajo su estandarte y se buscaría nombrar al comandante de ese ejército. Caledrian volvió a pedir a Imrik que asistiera, pero en esta ocasión se negó, replicándole a su hermano mayor que llevaba demasiado tiempo evitando a los demás príncipes. Por su parte, había aceptado una invitación de su lejano primo Koradrel para participar en una cacería en las montañas de Cracia. Sin otra opción, Caledrian viajó a la Isla de la Llama, acompañado por su primo Thyrinor.
Una vez en el Templo de Asuryan, las conversaciones que se daban alrededor de las mesas y de las sillas dispuestas en la cámara central del templo, frente a la llama sagrada de Asuryan. Hubo un cierto malestar entre los príncipes por el retraso de Bel Shanaar. Finalmente llegó un barco con la insignia de Tiranoc pero de ella solo salió Malekith y sus guerreros. Malekith declaró que Bel Shanaar se había suicidado cuando se descubrió que era un miembros de las sectas. Esta revelación causó gran consternación y confusión entre los príncipes, estallando discusiones en la sala.
Caledrian no prestó atención a Malekith, sino que paseaba su mirada por el resto de los príncipes, evaluando sus reacciones. Pudo notar que Bathinair, príncipe regente de Yvresse, estaba con Malekith. También se dio cuenta de que los guerreros que acompañaban al príncipe de Nagarythe empezaban a bloquear la puerta del templo con sus cuerpos recubiertos por armaduras y que sostenían fardos. Comprendiendo que algo malo estaba punto de ocurrir, se preparó para ello, advirtiendo a Thyrinor.
Ante la noticia de la muerte de Bel Shanaar, Bathinair fue el primero en sugerir la elección de un nuevo Rey Fénix, generando aún más discusiones y disentimientos entre los. Caledrian trató de poner orden a aquel jaleó, y Bathinair le espetó si estaba postulándose como sucesor al Trono del Fénix. El príncipe dragonero recibió con perplejidad la sugerencia. Entonces fue Malekith quien se presentó como sucesor a la Corona del Fénix, pero Caledrian y no pocos príncipes que se opusieron a la proposición, alegando que la muerte de Bel Shanaar estaba sin aclarar.
Al final, frustrado ante esta negativa, Malekith decidió apoderarse del trono por la fuerza, y él y sus guerreros sacaron sus armas y atacaron. Los restantes príncipes estaban totalmente desarmados, pues habían acatado la antigua ley que prohibía entrar en el Templo de Asuryan con armas, y trataron de defenderse como pudieron de sus agresores. Caledrian agarró una silla y arremetió con ella contra el guerrero naggarothi que tenía más cerca, y del golpe el caballero salió disparado contra la pared. Este se recuperó rápidamente, desviando la siguiente acometida del príncipe y lanzando al caledoriano contra una mesa de un empujón. En un abrir y cerrar de ojos, el caballero había desenfundado su espada.
Thyrinor fue en ayuda de su primo, pero el caballero le derribó de un codazo. Caledrian aprovechó aquel momento de distracción y cogió otra silla para utilizarla como escudo. La espada del caballero hizo añicos la silla y una lluvia de astillas empezó a caer a su alrededor. Caledrian se tambaleó por la fuerza del impacto. Thyrinor embistió de nuevo al guerrero, que esta vez se dio la vuelta y descargó la espada contra el caledoriano, e hiriéndolo de gravedad. Pese al aturdimiento provocado por el dolor, acertó a ver a Caledrian sorprendiendo al guerrero por la espalda y apretándole el brazo alrededor de la garganta.
El caballero dio unas sacudidas, pero no consiguió zafarse del príncipe caledoriano. Thyrinor intentó levantarse, sin embargo, le fallaron las piernas y cayó de nuevo desplomado en el suelo. Con la mano libre, Caledrian arrancó la espada del puño del caballero, y el arma aterrizó repiqueteando sobre las baldosas. Una sombra se cernió sobre Caledrian por su espalda. Thyrinor intentó gritar para avisar a su primo, pero fue demasiado tarde. Una fuente de sangre reemplazó a la cabeza de Caledrian, decapitado de un solo tajo por la espada de un caballero.
Mientras el pandemónium continuaba, Malekith se introdujo en las llamas sagradas de Asuryan para demostrar que era digno de ser el nuevo Rey Fénix, pero por su corrupción y transgresión, el rey de los dioses élficos, le castigó quemando por completo su cuerpo y expulsándolo de las llamas. Los seguidores de Malekith recogieron el su cuerpo completamente destrozado y huyeron del Templo de Asuryan, dejando el interior del templo lleno de elfos asesinados.
Pese a sus heridas, Thyrinor fue uno de los pocos príncipes que logró sobrevivir a aquella tragedia, llorando la muerte de su primo y haciéndose cargo de su cadáver para que fuera enterrado. Con la muerte de Caledrian, Imrik era nuevo el príncipe regente de Caledor, y como la mayoría de príncipes regentes habían sido asesinado, y él era el más adecuado para liderarlos en la inminente guerra, también fue coronado como Rey Fénix, adoptando el nombre de Caledor I en honor a su abuelo.
Fuentes[]
- Saga de La Secesión, Caledor, por Gav Thorpe.
- Cap. 1: El orgullo de Caledor.
- Cap. 2: El regreso del príncipe.
- Cap. 3: Se avivan las llamas.
- Cap. 4: El Consejo de los príncipes.
- Cap. 8: El nacimiento de una leyenda.
- Cap. 9: Desde las llamas.